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La economía española crece un 2 % en el tercer trimestre tras el fin de las restricciones

  • Se trata del mayor ritmo de avance desde el fin del confinamiento, si bien sigue por debajo de las previsiones
  • El INE avanza la contabilidad nacional de julio a septiembre, después de que tuviera que corregir la del segundo trimestre

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Un camarero sirve una mesa en una terraza de Alicante
Un camarero sirve una mesa en una terraza de Alicante

El significativo avance en el ritmo de vacunación y la buena marcha del empleo en plena campaña de verano tras el fin de las restricciones han permitido a la economía española crecer un 2 % en el tercer trimestre del año, lo que supone el mayor ritmo de avance desde el fin del confinamiento, aunque el Producto Interior Bruto (PIB) aún se sitúa lejos del escenario dibujado por el Gobierno para final de año.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha avanzado este viernes la contabilidad nacional de España correspondiente a los meses de julio a septiembre, después de que tuviera que corregir la del segundo trimestre para el que adelantó un crecimiento del 2,8 % que luego rebajó al 1,1 %. El organismo explicó que la revisión a la baja se debía a la actualización de la información sobre ventas de grandes empresas y pymes, que no fue tan buena como se esperaba.

Esta revisión obligó a varios organismos económicos a recortar sus previsiones de crecimiento para España este año. Entre ellos, el FMI rebajó en medio punto el alza del PIB español en 2021 hasta el 5,7 %, la Airef lo situó en el 5,5 %, mientras que el Banco de España señaló que también realizaría una "revisión significativa a la baja". Unas previsiones que sin embargo contrastan con el escenario macroeconómico del Gobierno incluido en los Presupuestos Generales del Estado de 2022, que prevé que la economía española crezca un 6,5 % este año.

Con este repunte del 2 %, nueve décimas superior al del segundo trimestre, el PIB mantiene la tendencia positiva iniciada en abril con la mejora de los datos epidemiológicos, después de haber registrado a comienzos de año un retroceso del 0,6 % debido al impacto de la tercera ola y a la borrasca 'Filomena'. Por su parte, el avance interanual de la economía ha sido del 2,7 %, lo que significa que, desde el pasado verano, la actividad apenas se ha recuperado un 2,7 %.

La pandemia supuso un duro golpe para la economía española en 2020, después de que el Producto Interior Bruto (PIB) cediese un 10,8 % en 2020, la mayor caída registrada desde la Guerra Civil y la más alta de los países de nuestro entorno. Tras el avance del tercer trimestre, la recuperación aún se antoja lejos, ya que España sigue un 6,6 % por debajo de los niveles precrisis. Los principales organismos internacionales apuntan a que llegará a finales de 2022.

El secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés, ha señalado este viernes a los micrófonos de RNE que el dato del PIB es bueno y, aunque no sea definitivo, considera que es congruente con el resto de indicadores económicos. García Andrés ha mantenido la previsión de crecimiento anual en el 6,5 %, aunque ha reconocido que existen incertidumbre y riesgos: “La previsión no está tallada en piedra. Vamos a seguir analizando los datos. Los riesgos han evolucionado. El riesgo sanitario sigue estando ahí. Tenemos otros riesgos y vamos a integrar todo eso en nuestro análisis”.

Entre esos riesgos está la inflación. Este jueves conocíamos que el Índice de Precios de Consumo (IPC) subió en octubre y disparó su tasa interanual hasta el 5,5 %, lo que supone 1,5 puntos por encima de la tasa de septiembre y su nivel más alto en 29 años, debido el encarecimiento de la electricidad. Según el INE, a través de los datos conocidos este viernes, el deflactor implícito del PIB -que mide el comportamiento de la inflación- aumentó el 1,5 %, cuatro décimas por encima del trimestre anterior. Precisamente los organismos económicos han advertido que, de seguir al alza, será necesario revisar aún más el dato del PIB para final de año.

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Crece la inversión, pero cae el consumo de los hogares

El crecimiento del PIB en los meses de verano se vio impulsado fundamentalmente por la inversión, que aumentó un 2 % gracias al alza de la dirigida a bienes de equipo y maquinaria (3,6 %); mientras que el gasto público moderó su crecimiento trimestral ocho décimas, hasta el 0,1 %. De esta forma, aún se constata un cierto retardo por la demora en la llegada de los fondos europeos.

El dato contrata con el consumo de los hogares, un indicador que de abril a junio registró un importante repunte del 4,7 % y, en esta ocasión, ha caído un 0,5 % en plena campaña de verano. En este sentido, la demanda nacional -consumo e inversión- apenas ha contribuido al empuje del PIB en 0,2 puntos respecto al trimestre anterior, mientras que la demanda externa aportó 1,8 puntos. Por un lado, las exportaciones crecieron un 6,4 %, fiel reflejo del avance de los socios comerciales; mientras que las importaciones avanzaron un 0,7 %, lo que evidencia la debilidad de la demanda interna.

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Si lo comparamos con el pasado año, el sector peor parado fue el de la Construcción, que anotó una caída del 6,2 %; un mal dato que también se puso de manifiesto en la Encuesta de Población Activa (EPA), conocida este jueves, que registró en esta industria una caída de 31.300 ocupados en verano. Por su parte, el sector Servicios, con la hostelería, el comercio y los transportes como actividades principales, consiguió tirar del PIB en el tercer trimestre y anotó un crecimiento de 10,6 puntos respecto a los meses de julio a septiembre del año anterior. Un repunte que también se constató en el empleo: ganó 377.200 ocupados.

Baja la productividad por hora trabajada

Estos buenos datos en el mercado laboral conocidos este jueves contrastan con el leve repunte del PIB del tercer trimestre, lo que se podría explicar por la productividad: a pesar de que el número de trabajadores activos ha crecido y los ocupados superan ya los 20 millones, el nivel de productividad apenas se ha incrementado de julio a septiembre. Según el INE, la productividad por hora trabajada cayó un 0,6 % en el tercer trimestre respecto al mismo periodo del año anterior y por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo, un 3,3 %.

Esto, a pesar de que el empleo de la economía, medido en horas trabajadas, aumentó un 0,3 % respecto al trimestre anterior, tasa que fue más elevada en el caso de los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo (4 %), debido a la caída de las horas trabajadas y de la jornada media. Si lo comparamos con el pasado año, los puestos equivalentes a tiempo completo subieron un 6,2 %, lo que supone un incremento de 1.069.000 puestos de trabajo en un año.