Ni hippies, ni enfermos, ni ricos: "El presente y el futuro es vegano"
- El veganismo puede producir un conflicto interno en quien no lo es “porque siente que sus valores son inferiores”
- Esta filosofía de vida va mucho más allá de la alimentación y los motivos para seguirla no se limitan a la compasión animal
Hoy se celebra el Día Mundial del Veganismo para promover esta forma de vida basada en el respeto a la vida de los animales. Sin embargo, el veganismo va mucho más allá de la alimentación y los motivos para aplicarlo no se limitan a la compasión animal. La sostenibilidad, el ahorro de recursos y el impacto medioambiental en nuestro planeta son otros factores que llevan cada vez a más gente a sumarse a este movimiento social.
En España ya hay cerca de un 8 % de personas que siguen dietas ‘veggie’, según un estudio de la consultora Lantern. Recientemente se celebró la primera Feria Vegana de Vigo y se convirtió en una de las tres más visitadas de Europa, demostrando el creciente interés de la población en esta filosofía de vida “que rechaza cualquier tipo de uso, maltrato y abuso animal”, según nos cuenta la creadora de contenido La Vaca Style. Para ella, esto es “un movimiento de protesta social en contra del maltrato animal”. Pero ¿qué implicaciones tiene ser vegano?
Los animales son amigos, no comida
Aunque el animalismo y el veganismo suelen ir de la mano, no siempre es así. La diferencia está en si eres o no especista, es decir, en si consideras que la vida de algunas especies tiene un valor mayor que la de otras. La premisa de la que parten la mayor parte de veganos es, como nos cuenta La Vaca Style, “no ser partícipe de ese sufrimiento y podía evitarlo en cada uno de mis hábitos diarios”.
El principal cambio que se da al entrar en el veganismo es la dieta. Ni carne, ni pescado, ni marisco, ni lácteos, ni huevos, ni miel. Cualquier alimento que proceda de origen animal queda descartado y, en su lugar, entran otras proteínas de origen vegetal. A priori puede parecer complicado, pero cada vez hay más opciones en el mercado que nos facilitan conseguir los nutrientes necesarios de manera rápida y rica. Elisa Blanco, fundadora de Madrid Vegano, explica que la clave está en las legumbres y en el suplemento de B12.
También surgen alternativas a la carne que imitan su sabor, como Heura, la empresa catalana que produce carne vegetal saludable. Y en pleno corazón de Madrid se cocina Compasión, una carnicería vegana en la que puedes encontrar desde morcillas hasta entrecots pasando por hasta 30 recetas diferentes. ¿Qué tienen en común? Que ambas basan su sabor en la gastronomía española.
@rtvenoticias##CocinaEnTikTok ##carnevegetal ##vegan ##diamundialdelveganismo ##aprendecontiktok
♬ FEEL THE GROOVE - Queens Road, Fabian Graetz
Elena nos cuenta desde el obrador de Compasión que para ellos era importante “huir de los químicos”, pero esto no les impide “conseguir ahumados y sabores con todas las especies que manejamos en el obrador, que son las mismas que ha trabajado mi madre, su madre y su abuela”. Pero son conscientes del debate que genera que se llame “carne” a algo que no procede de un animal. “Si yo te pregunto por qué un sándwich vegetal le pones atún no me sabrías contestar. ¿Por qué no hablar de carne cuando un champiñón es carnoso?”.
Además, es una palabra que sirve de referencia a la hora de comprar para saber qué te esperas de ese producto: “un segundo plato, un embutido, un aperitivo…” y, sobre todo, “porque la carne ha sido y sigue siendo un símbolo”. Es un producto muy presente en nuestra gastronomía y en torno al que formamos nuestras reuniones familiares. A base de prueba y error, muchas horas y dedicación constante, han conseguido “una cocina libre de sufrimiento animal”.
El egoísmo también es un buen motivo
Si has crecido en una casa de campo donde se criaban animales de ganado, es difícil que puedas empatizar con una vaca como con un perro. Toda tu vida te han enseñado que debes cuidar a los animales y agradecer el alimento que te proporcionan. Entonces, ¿por qué iba a tener sentido para ti el veganismo? Por egoísmo.
La ganadería es una de las principales causas del cambio climático. Para combatirlo, la ONU sugirió reducir el consumo de carne y reducir el desperdicio de alimentos, pero ni siquiera la COP26 ha conseguido que el menú sea 100 % vegano, algo que para Elisa es una incoherencia: “Son ellos los que tienen los datos sobre la mesa sabiendo lo que hace la ganadería y el impacto fortísimo que tiene, ¿y van a comer ternera?”.
Your browser does not support the video tag.
A esto debemos sumarle que la deforestación del Amazonas está, principalmente, causada por la ganadería y la agricultura, normalmente destinada a la soja. Aunque los veganos basan parte de su dieta en la soja, en realidad “aproximadamente el 87% de la soja importada por la UE se destina a alimentación animal”, según un estudio de Greenpeace. Como consecuencia, las comunidades indígenas se ven desplazadas de sus territorios. Y no debemos olvidar el gasto de agua de la ganadería: para producir una única hamburguesa se necesitan 1.695 litros de agua. “Es caro para el planeta, para el medioambiente, no es una dieta sostenible” apunta Elena, y señala la urgencia de la situación: “No podemos esperar al plan 2030”.
Como indica la ONU, “el consumo de carne es una de las formas más destructivas en las que dejamos una huella en el planeta”. Así que tan solo por el egoísmo de la supervivencia de nuestra especie, el veganismo debería tenerse en cuenta: “El presente y el futuro es vegano. Por nuestra salud, por los animales y por el hogar en el que habitamos todos los seres sintiendo”, asegura La Vaca Style.
Ni hippies, ni enfermos, ni ricos
Quizá por falta de conocimiento o por desconfianza, cuando nos enfrentamos a algo nuevo suelen surgir mitos y conflictos. El veganismo no iba a ser una excepción, a pesar de que lleva siglos entre nosotros.
El mayor mito sobre el veganismo es que es difícil seguirlo porque “a la gente le cuesta trabajo abandonar privilegios”, según Elisa. La Vaca Style recuerda que lo difícil es “estar en el lado que se encuentran esos animales explotados, y lo mejor de todo es que podemos evitarlo”.
Uno de los mitos más extendidos se basa en el prejuicio de que los veganos son hippies o incluso una secta. Elisa nos lo deja claro: “Solo somos personas con trabajo que vivimos en una sociedad especista e intentamos con nuestro ejemplo que vaya mejor, es lo que nos une”.
Otro de los más repetidos tiene que ver con la salud. Aunque hay numerosos estudios que afirman que se puede llevar una estudiosdieta sin carne saludable y que, además, es más saludable para nuestro organismo, todavía mucha gente duda de la capacidad nutricional de legumbres y verduras.
Elisa no solo es vegana, sino que es madre de dos niños veganos y nos recuerda que “ser vegano es adecuado en todas las etapas de la vida”, muy al contrario de la creencia popular. Decidió que sus hijos fueran veganos, porque “es lo más coherente”, al ser ambos padres también veganos. Al igual que unos padres omnívoros aplican una dieta omnívora en sus hijos.
Y ligada a la dieta, también se cree que el veganismo es caro. La Vaca Style asegura que más barato que una dieta omnívora: “Una alimentación basada en plantas es accesible para todas las personas y muchos de los productos que consumimos los veganos están en todas las despensas de los hogares”. Para Elisa el ejemplo más claro de esto está en los garbanzos porque “son mucho más baratos que un filete y nutricionalmente hacen el mismo papel”.
Elena también apoya este argumento, pero además nos aporta un dato importante: “El problema no es si es caro o barato, es que cada vez cocinamos menos. Queremos que sea barato y no hacer nada”. El cambio que ha sufrido nuestro ritmo de vida, muy ajustado a las jornadas laborales, nos impide en ocasiones dedicarle todo el tiempo que deberíamos a cocinar y a preocuparnos sobre nuestra alimentación.
Coherencia y juicio constante
Pero como hemos comentado, el veganismo no solo se basa en la alimentación. Hay muchas otras acciones que se enmarcan en lo que Elisa llama “coherencia vegana”. Los veganos respetan todas las vidas y evitan causar daño en ellas, sean personas o animales, y cualquier consecuencia negativa para ellas. Por eso, es lógico que se preocupen por el cambio climático, el uso de recursos o el reciclaje. En su libro ‘Viaja Vegano’ Elisa elabora una guía para poder sortear la barrera que supone en muchos destinos seguir esta forma de vida. También la reducción de plásticos, comprar a granel y evitar la experimentación animal (productos cruelty free) están muy relacionados con el veganismo.
““
Incluso buena parte de las empresas veganas, no solo las de alimentación, sienten la responsabilidad de hacer activismo: “Nos dimos cuenta de que teníamos que hacer pensar y educar. El cliente no solo quiere que te dediques a eso, es muy importante la imagen que das y tiene que ser coherente y sincera”, cuentan desde Compasión. Y Elisa desde Madrid Vegano apuesta por el “microactivismo”, que ella misma define como “el activismo que podemos hacer cualquiera estando en nuestro trabajo, en casa, saliendo. Te preguntan, respondes y estás dejando tu semilla”.
Pero si no cumples con todas las premisas veganas, no te preocupes. Lo importante “es la convicción que tienes”. Y precisamente por esa idea de perfección que rodea al veganismo, muchos se sienten sometidos a un juicio constante. La Vaca Style nos cuenta que “el desconocimiento y ese conflicto interno que creas en otras personas suele llevarlos a crear siempre un debate”. Elisa, por su parte, agradece tener una pediatra también vegana porque “me comprende, no me atosiga y no me juzga” por hacer que sus hijos sean veganos.
Este debate entre veganos y omnívoros nos explica la psicóloga Claudia Pradas que se produce “porque sienten que sus valores son inferiores” y en ese momento se activan las defensas. Los comentarios como “¿no vas a comer jamón?” o “¿vas a arreglar el mundo comiendo lechuga?” solo generan tensiones. Para rebajarla, Claudia recomienda basarse en el respeto, “nadie te está imponiendo nada”, y “si tienes preguntas, pregunta desde la amabilidad”.
Pero, ¿por qué creemos que los veganos tienen unos valores superiores? Ahí entra la moral y un fenómeno conocido como disonancia cognitiva. Esto ocurre cuando se produce un conflicto interno entre lo que decimos, pensamos y sentimos. Te gusta la carne, pero no estarías dispuesto a matar a un pollo. O a lo mejor no comes carne, pero vas a espectáculos con animales. O puede que uses productos ‘cruelty-free’, pero no te plantees dejar de beber leche.
Pradas indica que para conseguir esa coherencia, debemos permitirnos flexibilizar: “Si no quieres hacer un cambio categórico, nadie te está apuntando con una pistola en la cabeza, no tienes por qué sentirte presionado”. Simplemente hay que ir abriéndose a nuevas experiencias dejando de lado los prejuicios.
Para celebrar este Día Mundial del Veganismo, La Vaca Style anima a todo el mundo a cambiar su consumo de animales poco a poco, informándose sobre los nutrientes y “sobre todo si convives con un perro o un gato, reflexiona que hay más animales que sienten igual que ellos y que puedes evitar que acaben en tu plato”.