¿El fin del 'efecto Greta'? Los jóvenes recuperan la "ilusión" del movimiento climático más allá de su símbolo
- Los jóvenes activistas vuelven a salir a la calle tras una pandemia que frenó en seco el impulso del ecologismo en 2019
- Glasgow es el escenario de movilizaciones masivas después de dos años en los que ha aumentado la "urgencia" de actuar
Esta semana la activista sueca Greta Thunberg ha encabezado de nuevo protestas climáticas en Glasgow. Sin embargo, su presencia ha pasado prácticamente desapercibida para la opinión pública. Thunberg ya no mueve masas como ocurría antes: lejos quedan aquellas movilizaciones masivas, las huelgas por el clima y marchas como la de Madrid en 2019, que sacó a la calle a medio millón de personas, según sus organizadores.
Dos años después y tras una pandemia que ha paralizado todo, especialmente a los movimientos sociales, los jóvenes vuelven a salir a la calle aprovechando que el foco mediático mundial está puesto en la Cumbre del clima en Escocia.
Sergio Aires tiene 17 años y es uno de los jóvenes que se contagió del ímpetu climático de 2019. "Veníamos de todas las movilizaciones con la COP en Madrid, y llegué con muchas ganas, pero entré en Juventudes por el Clima en pandemia y fue un shock. Todo era online, muy lento" explica a RTVE.es. Desde hace unos meses, sin embargo, algo ha cambiado: "La gente se está empezando a mover y las movilizaciones cogen fuerza. Me hace ilusión", señala.
El optimismo, siempre con cautela, se propaga entre los activistas a medida que se recupera la normalidad. "Este año ha sido magnífico. Es increíble como hemos recuperado muchísima de la fuerza que teníamos", asegura desde Glasgow Eduardo Rovira, de 28 años y miembro de la organización ecologista Extinction Rebellion. Rovira, que se considera él mismo refugiado climático al haberse mudado de su Cádiz natal a Francia porque allí hay "más agua potable", ha conducido tres días para llegar a Escocia y participar en las movilizaciones, que se esperan masivas este sábado.
"Greta fue un símbolo, pero lo que lo sostiene es el movimiento juvenil"
También comparte este optimismo Alfonso, estudiante de Filosofía de 19 años. "Estoy viendo que con el curso que empieza gente nueva, más joven que yo, que nunca había estado en espacios así, están viniendo y se están viendo nuevas acciones, nuevas propuestas", relata.
Cree que el 'efecto Greta' es "complicado mantenerlo durante mucho tiempo". "Es evidente que el efecto ya está de bajada, pero eso no tiene por qué ser completamente negativo. Es un momento para dar la imagen también mucho más horizontal y menos personificada".
Marina Pascual, biotecnóloga de 23 años, coincide con él. "Thunberg tuvo un papel muy relevante en el movimiento climático, en tanto que llegó a atraer mucho la atención mediática", pero advierte: "Es importante que se entienda que las experiencias son muy diversas y que no solo está Greta Thunberg, sino que somos muchas".
Ella entró en Extinction Rebellion a principios de 2019, en pleno fragor del activismo climático. Lo hizo porque, cuando se publicó el informe del IPCC a finales de 2018 sobre el calentamiento de 1,5 ºC, sintió "una angustia ecológica. "No sabía muy bien cómo canalizarlo, porque era consciente de que la acción individual no era suficiente, era necesaria una visión colectiva del cambio", relata.
No obstante, esa visión colectiva se vio interrumpida profundamente con el confinamiento y las restricciones a las reuniones de la pandemia. Según indica Alfonso, los "grupos activistas viven mucho de la reunión social y el movimiento continuo, algo muy complicado de mantener después de varios meses encerrados".
La COP, un escaparate de la acción climática mundial
A nivel global, las protestas volvieron el pasado septiembre. El día 24 fue el primer Viernes por el Futuro después de un año y medio de parón, con movilizaciones y huelgas por el clima en 16.000 ciudades de todo el mundo. Conforme se acercaba la COP de Glasgow, que se espera que sea la más importante desde la de París, se intensificaba el movimiento climático para presionar a los negociadores.
Los jóvenes activistas son escépticos sobre el éxito de esta cumbre. "Hay pocas expectativas, porque al final los que negocian son los Estados que han tomado las decisiones catastróficas que nos han llevado al día de hoy", asevera Eduardo.
Pero, a pesar de ello, sí que tienen esperanzas en aprovechar la atención para reivindicar la "urgencia" del cambio climático y el papel de la movilización social. Para Alfonso, "la COP no es tanto como una oportunidad para tomar grandes decisiones, por los ejemplos del pasado, pero sí que es un momento en que en la opinión general vuelve al centro el debate sobre el cambio climático".
Una primera manifestación ya ha recorrido Glasgow este viernes, aunque el sábado está previsto que suba la temperatura de las protestas. Se espera una marcha de 50.000 personas y ocupaciones de diez aeropuertos en diez aeropuertos británicos, incluido el de la sede de la COP, todo ello rodeado de un amplio dispositivo policial.
España: preocupación climática creciente aunque aún baja
Los movimientos climáticos son la punta de lanza de una preocupación por el calentamiento global que ha ido a más en los últimos años, a medida que se hacen más evidentes los efectos de la crisis ecológica, como los incendios o los fenómenos extremos. España es uno de los países desarrollados donde hay más consenso sobre el cambio climático: un 84 % de los encuestados cree en él y en que el ser humano es el responsable, según el CIS, y la presencia de negacionistas es muy reducida (apenas un 2,4% no cree que se esté produciendo).
Sin embargo, los números cambian cuando se pregunta sobre las tres mayores preocupaciones de los ciudadanos. La respuesta "problemas medioambientales" apenas llega al 5%, aunque con grandes diferencias a medida a lo largo de los años. Alcanzó picos en 2002, con el desastre del Prestige y al final del verano de 2005, con una terrible ola de incendios que dejó 11 muertos en Guadalajara. Tras muchos años sin apenas atención por la crisis económica, la cumbre de Madrid de 2019 y de nuevo incendios en 2020 devolvieron cierto protagonismo a esta preocupación.
Según Marina Pascual, el hecho de que estas catástrofes sean "más intensas y frecuentes" a medida que empeora la crisis climática, puede hacer que como le ocurrió a ella, mucha más gente a la que "le toca de cerca esta realidad" tome conciencia y se una a los movimientos por el clima.
Para Eduardo, que los jóvenes encabecen las manifestaciones se debe a que la crisis climática "no es esa gran amenaza de la que se hablaba hace tres o cuatro años, sino que ya está aquí y la estamos viendo con nuestros propios ojos".
"Antes se hablaba de 2050 como algo muy lejano, pero yo en ese momento tendré 50 años. Tener toda mi vida montada y la perspectiva de que el sistema se estará cayendo y viviremos en Mad Max es poco alentadora", afirma Sergio.
Pero la preocupación por el futuro del planeta no es solo cosa de los más jóvenes. Según el CIS, muchas veces los que más atención muestran son aquellos las franjas de edad entre los 25 y 34 y entre los 35 y 44. En algunos meses, incluso, encabezan las estadísticas los situados aquellos entre los 55 y 64 años.
Por sexos, entre la COP de Madrid y el último barómetro, son los hombres quienes más preocupados se muestran por los problemas medioambientales. En las últimas encuestas superan a las mujeres por un punto o incluso más.