Las claves de la COP26: se celebra con un año de retraso y con trabajo acumulado
- Esta cumbre del clima es la última llamada para evitar los peores efectos del calentamiento global
- Una reunión de la ONU con 20.000 personas emite unas 60.000 toneladas de CO₂, lo mismo que 7.000 casas al año
Se celebra con un año de retraso, por la pandemia, y tiene trabajo acumulado. La COP26 será la prueba de fuego del Acuerdo de París, la última llamada para evitar los peores efectos del calentamiento global. Pero, ¿qué es una COP?
Las Conferencia de las Partes o cumbres del clima son pequeños universos climáticos que se celebran anualmente desde hace 26 años y en los que conviven mandatarios internacionales, empresarios y ecologistas. Así, miles de negociadores de todo el mundo viajan a algún punto del planeta elegido para tratar de llegar acuerdos que frenen el impacto de la crisis climática.
Pero los participantes suelen tener muchos intereses contrapuestos y la dificultad de llegar a acuerdos por unanimidad entre los casi 200 países ha provocado que sea habitual escuchar las palabras "decepción" o "fracaso" al término de cada conferencia. No obstante, incluso los más críticos reconocen lo crucial de que funcione este instrumento de gobernanza climática global.
Si quieres saber cuáles son los puntos fuertes y los puntos débiles de estas reuniones, cuáles han sido más trascendentales, cómo funcionan y qué se espera de la última, la Conferencia de las Partes de Glasgow (COP26), no te pierdas estas Claves de la mano de Álvaro Caballero.
¿Cómo llegamos a la COP26?
Francamente mal. En 2015 los países firmaron en París rebajar sus emisiones de CO₂ para evitar que la temperatura global subiese más de dos grados e incluso de 1,5, a poder ser. Seis años después, ha tocado revisar los planes y los científicos ya han dicho que se han quedado cortos.
Gambia es el único país que cumple a día de hoy. Por su parte, los planes de Estados Unidos o la Unión Europea son mejorables. Y, a falta de que se concreten, los de China y buena parte de Suramérica están a la cola.
¿Qué se espera de esta cumbre?
La clave está en aumentar la ambición climática. Entre los objetivos que se persiguen es concretar cuánto más se van a reducir las emisiones de CO₂ y los plazos, qué van a hacer algunos países para abandonar el carbón, cómo frenar la deforestación o conseguir que el coche eléctrico destierre a los de combustión. Y el más peliagudo: cómo gestionar la compra y venta de los derechos de emisiones.
Por ahora estamos a años luz del objetivo de llegar a las emisiones cero en 2050.
¿De qué hay que estar más pendientes?
De los países más ricos, los más contaminantes. Se espera mucho de la vuelta de Estados Unidos, con Biden, al Acuerdo de París, después de que Trump lo abandonara. China, el mayor contaminador del mundo, ahora también ha cambiado su discurso y dice que no financiará centrales de carbón en el extranjero.
Sobre el papel, la Unión Europea es la más ambiciosa y aventajada, pero falta que todos los miembros concreten qué van a hacer y cómo.
¿Cuáles son las principales trabas?
Teniendo en cuenta que los compromisos actuales se quedan cortos, lo más difícil será actualizar el plan de recortes de CO₂ de cada país. Los de Rusia, Arabia Saudí, China o Australia son extremadamente insuficientes. Asimismo, pagar para contaminar menos y paliar los efectos del calentamiento es clave y es uno de los puntos de negociación que menos ha avanzado desde 2015.
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"Seamos claros, 100.000 millones de dólares al año de fuentes públicas y privadas para la mitigación y adaptación del mundo en desarrollo es lo mínimo. Se necesitará mucho más", contó al respecto el secretario general de la ONU, António Guterres.
¿Cuánto contamina una COP?
El Gobierno polaco hizo los números en la COP de 2018: una reunión de la ONU con 20.000 personas emite unas 60.000 toneladas de CO₂, lo mismo que emiten al año 7.000 casas. Sobre todo por viajar en avión. Para conseguir ser climáticamente neutrales en Glasgow habrá transporte eléctrico, se contratará a locales y habrá comida de proximidad y de temporada.
Para evitar contaminar y dar ejemplo, Greta Thunberg fue en barco y en tren desde Nueva York a Madrid en la COP25, lo mismo que han hecho algunos ecologistas que ya están en Glasgow.