¿Para qué sirve una cumbre del clima? Una semana para desactivar una bomba que amenaza al planeta
- Cada año, miles de negociadores con intereses contrapuestos intentan llegar a acuerdos para frenar el calentamiento global
- Desde 1996 hay más fracasos que conquistas y la emisiones no han hecho más que aumentar en este período
Cada año, desde hace 26, miles de negociadores de todo el mundo viajan a algún punto del planeta para tratar de llegar acuerdos que frenen el impacto de la crisis climática. Una bomba que amenaza con hacer saltar por los aires nuestro futuro inmediato y solo una semana para desactivarla. Es la cumbre del clima.
En la ciudad elegida -este año en Glasgow- las cumbres del clima o COP se convierten en un pequeño universo climático en el que conviven mandatarios internacionales, empresarios y ecologistas, muchos con intereses contrapuestos.
Por ello, y por la dificultad de llegar a acuerdos por unanimidad entre casi 200 países, es habitual escuchar las palabras "decepción" o "fracaso" al término de cada conferencia, pero incluso los más críticos reconocen lo crucial de que funcione este instrumento de gobernanza climática global, creado hace tres décadas, cuando todavía se discutía sobre el alcance del cambio climático.
Desde 1995, cuando se celebró el primer encuentro, la mochila está llena de fracasos, pero también de conquistas. Las más importantes fueron el Tratado de Kioto de 1997 y el Acuerdo de París, de 2015, aún vigente. Pese a ello, desde el inicio de las reuniones, las emisiones no han hecho más que aumentar.
En esta cumbre de Glasgow -y tras el parón de la pandemia- se revisarán por primera vez los compromisos de París, para que sean más ambiciosos. También deben aprobar un reglamento que defina lo que ocurre si no se cumpre lo prometido o la regulación del mercado de emisiones.