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Ecoansiedad: miedo a un planeta, ¿sin futuro?

  • La juventud es la que más sufrirá los efectos del cambio climático y del calentamiento global
  • Es tal la angustia y la incertidumbre que muchos llegan incluso a plantearse la paternidad en un futuro

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Ecoansiedad, la preocupación por el cambio climático que está haciendo a los jóvenes plantearse la paternidad

La ecoansiedad, el miedo al futuro incierto del planeta, es cada vez más común entre los jóvenes, los que más sufrirán los efectos del cambio climático y del calentamiento global. De hecho, es tal la angustia y la incertidumbre que muchos experimentan que llegan incluso a plantearse la paternidad en un futuro. Para la autora del libro Ecoansiasa, Irene Baños, puede describirse como la sensación de que "nunca sea suficiente lo que haces para alcanzar esa perfección que nos autoimponemos" y de creer "que cargamos con ese peso de salvar el planeta".

Para Naiara Fernández, una joven que la padece en primera persona, esta inquietud es resultado de "una sucesión de crisis que no sabes exactamente donde meterte". "Es un sentimiento de angustia en general sobre todo cuando estamos pensando en el futuro", apunta.

Es la ansiedad que todos sentimos cuando pensamos en los problemas ambientales

"Es la ansiedad que todos sentimos cuando pensamos en los problemas ambientales y en el cambio climático", describe por su parte la investigadora Caroline Hickman, quien considera que tenerla "es algo de lo que sentirse orgulloso". "Los adultos se sentirán ansiosos por esto, pero los niños y los jóvenes no solo están preocupados por el cambio climático que nos afecta ahora", sino que se están preguntando por cómo será su futuro.

Ocho de cada diez jóvenes padecen ecoansiedad

Como recuerda Hickman, un estudio realizado con 10.000 personas mostró que ocho de cada diez niños y jóvenes padecen ecoansiedad. "Se nos está quedando un panorama muy muy poco favorecedor", opina Baños respecto al por qué de la preocupación en la juventud.

Respecto a su gravedad, mientras que Hickman considera que "no es una enfermedad de salud mental" aunque "si se conecta con otros factores estresantes en la vida podría causar cierta angustia", Baños aporta que cada vez más se está planteando como un trastorno psicológico. "Es una respuesta saludable", insiste la investigadora.

Entre los culpables de la cada vez más creciente ecoansiedad Fernández apunta a las empresas petroleras y energéticas que "nos han ocultado información". "Hay una culpabilidad muy grande por parte de los gobiernos porque son quienes tienen toda la información necesaria para hacer las cosas", pero no han actuado oportunamente. Una situación que Hickman traduce en un sentimiento de "traición y abandono".

¿Qué se puede hacer para evitar padecerla?

Según la escritora Baños, el primer paso para evitar padecer ecoansiedad es "aceptar que siempre se va a poder hacer algo". "Que no lo veamos como una situación catastrófica de la que no podemos salir, sobre todo frente a la cual no tenemos herramientas" se vuelve, así, indispensable para no caer en ella.

Hablarlo entre personas que nos sintamos iguales

Por su parte, la joven Fernández recomienda "hablarlo entre personas que nos sintamos iguales" y, si es necesario, también con especialistas. "Creo que es algo que va a ir a más porque es una consecuencia directa de empezar a entender y comprender exactamente el cambio climático", explica.

Sin embargo, la investigadora anglosajona no comparte dichos consejos, sino que apuesta porque experimentar ansiedad climática "nos salvará". "Tarde o temprano la realidad se pondrá al día y será aterradora", por lo que es bueno "despertarnos ahora, sentir algo de ansiedad y luego usarla para actuar".