Carla Berrocal: "Concha Piquer me ha enseñado a reivindicar a las mujeres con carácter"
- La dibujante publica Doña Concha. La rosa y la espina
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Carla Berrocal (1983) nos invita a redescubrir a Concha Piquer (1906-1990),en el cómic Doña Concha. La rosa y la espina (Reservoir Books). Una original biografía mezclada con testimonios de expertos, en la que se reivindica, no solo a Concha, sino también a la Copla, un género muy denostado por su identificación con la dictadura.
Carla nos confiesa cómo se le ocurrió la idea de hacer un cómic sobre la popular cantante: “En realidad en mi casa nunca se escuchaba copla. Yo la descubrí porque mi abuela tenía una demencia senil muy severa y le empezamos a poner copla en la residencia. Y de todas las cantantes que escuché, la que más me llamó la atención, sin lugar a dudas, fue Concha Piquer”.
“Me gustaba, sobre todo, por su capacidad interpretativa –añade- y porque tenía una cosa como muy vivencial con las letras. Era la que más me gustaba de todas”.
La primera artista española que vivió el sueño americano
El cómic se abre con una anécdota en la que Concha Piquer, siendo todavía una niña, dice al productor de una función que, o le paga o no canta. “Esa anécdota es real pero ocurrió más tarde, cuando Concha ya era una joven. Pero decidí adelantarla porque pensaba que era una excelente presentación para el personaje. Porque nos demuestra que tenía muchísimo carácter desde muy pequeña”.
“Cuando empezó a cantar –añade Carla-, llegó directamente al teatro y dijo: “Yo quiero cantar”, sin ni siquiera pedir permiso. Tenía un carácter muy fuerte y con esa presentación ya dejaba claro que era muy brava desde niña”.
En el cómic vemos cómo esa jovencísima Concha pasó casi de robar patatas (su familia era muy pobre) a triunfar en Broadway. “Fue literalmente así –nos explica Carla-. Ella empezó a cantar en teatros de Elche, en la zona de Valencia, y enseguida la descubrió el compositor Manuel Penella (El gato montés), que la cogió como su aprendiz y la formó, con la idea de llevársela a Broadway”.
“Lo que no podía sospechar Penella –continúa- es que Concha lo iba a petar tanto en Broadway, a dónde se la llevó con 13 o 14 años. Porque en principio ella salía en el descanso de la obra, a entretener a la gente con una canción, y, de repente, se comió el espectáculo totalmente. Ahí nació Doña Concha”.
Pero… ¿Cómo consiguió esa jovencita tanto éxito? “Yo creo que triunfó porque tenía mucha determinación y mucha valentía –asegura Carla-. Cuando cantaba se transformaba ,porque era lo que realmente le apasionaba. Tenía mucha gracia en los espectáculos y era una cosa como muy exótica. Piensa que estamos hablando de Estados Unidos en los años 20 o 30, cuando lo español también despierta cierta curiosidad. Penella fue allí con su obra, El gato montés, pero quién realmente triunfó fue Concha Piquer disfrazada de niña pequeña vendiendo flores. Se acabó comiendo el espectáculo y si lees las críticas de la época verás que ponen muchísimo énfasis en la aparición de Conchita”.
Tras ese triunfo, enseguida comenzaría sus numerosas giras que darían lugar a la famosa frase: “Viajas más que el baúl de la Piquer”. “Ella siguió la gira por Estados Unidos, principalmente haciendo “El florero” –asegura Carla-. Y luego empezó una gira por toda Centroamérica, que tuvo mucho éxito y que ella aprovechó para estudiar, cultivarse e incluso aprender a conducir. Lo que nos demuestra lo avanzada y preparada que era para su época”.
Su regresó a España se saldó con un fracaso
Tras su éxito en las américas, Concha volvió a España justo antes de la Guerra Civil. “Quiso hacer un espectáculo como los de Broadway, pero no funcionó en España porque en aquella época eran culturas totalmente diferentes. Y ahí es cuando surge la verdadera Concha Piquer, cuando se le ocurre hacer un espectáculo como los de Broadway, pero con espíritu español. Ese fue su gran acierto, saber adaptar el espectáculo de variedades americanos al contexto cultural español”.
Otra de las pruebas de que Concha era una mujer adelantada a su tiempo es que, tras la Guerra Civil, formó su propia compañía teatral. “Para ello se alió con los grandes nombres de la copla: Antonio Quintero, Rafael de León y Manuel Quiroga –nos explica Carla-. Juntos idearían el espectáculo de variedades que triunfaría durante décadas en la España franquista. Juanita Reina la copiará y luego otras artistas, sentando las bases de lo que es ser una folclórica y del espectáculo folclórico español”.
Concha también tenía fama de no llevarse muy bien con las otras folclóricas, como nos cuenta Carla: “Ella llevaba muy mal el tema de que la ensombrecieran. Tenía mucho carácter, y cuando eres casi como una diosa, porque ella era como Una Britney Spears de la época, que con veinte años ya había grabado hasta una película, ella podía creerse que era lo más, porque realmente lo era”.
“Por eso –continúa Carla-, llevaba muy mal el tema de la competitividad. No le gustaba que la hicieran sombra. De hecho, Estrellita Castro vivió en el mismo edificio que Concha y, además, en un piso por encima de ella. Por lo que Estrellita solía decir, con mucha sorna, que ella “estaba por encima” de Concha Piquer. Eso no le hacía ninguna gracia a Concha”.
Otra anécdota sobre el fuerte carácter de Concha fue cuando echó a Manolo Caracol de su compañía por llegar tarde a los ensayos. “Si, era muy estricta –asegura Carla-. Al haberse criado en Estados Unidos, donde el espectáculo es una cosa muy seria y todo funciona como un engranaje de un reloj suizo, para ella la profesionalidad era fundamental. Y en la España de esa época las cosas eran muy distintas, no eran tan profesionales. Yo creo que Concha tenía mucho respeto por el público y por eso exigía tanto a su compañía”.
“A Concha Piquer la hemos juzgado desde la misoginia”
Ese carácter fuerte y decidido de Concha Piquer ha hecho que la juzguemos de antemano, sin conocerla. Por eso preguntamos a Carla qué hay de cierto en esa leyenda: “Concha era una mujer un poco especial, pero también creo que se la ha juzgado desde la misoginia. Por eso hay que hacer una relectura de su figura, menos sesgada por el machismo o la misoginia, que le han pasado factura a Concha”.
¿Fue Concha una precursora del feminismo o simplemente una mujer que hizo lo que quiso? “Creo -nos contesta Carla-, que una mujer privilegiada porque tuvo una gran capacidad económica para hacer lo que quiso y para para sentirse muy libre, artísticamente hablando. Yo hago una lectura feminista del personaje, pero ella no es un icono feminista, creo que simplemente hacía su arte, su trabajo, y lo que le preocupaba era hacer bien las canciones. Y todo era una perspectiva muy profesional, que era lo que ella era”.
La Patrulla-X de Concha Piquer
Ya hemos comentado que gran parte del éxito de Concha se debió a su talento para rodearse de los mejores compositores y letristas del momento: Antonio Quintero, Rafael de León y Manuel Quiroga “Yo destacaría que fue una colaboración tremendamente fructífera y fundamental para la cultura española. Rafael de León tenía unas letras que son Poesía con letras mayúsculas. Tenía una forma de relatar las cosas que es increíblemente bella y creo que hay que ponerla en valor”.
“Junto a Quintero y Quiroga –añade- aportaron a la música española un patrimonio increíble y digno de reivindicar. Yo creo que Concha fue como una especie de profesor Xavier que supo reunir a su Patrulla-X de la canción española”.
Sus dos grandes amores estaban casados
También sorprende que, siendo esa mujer fuerte e independiente, tuviera dos largas y complicadas relaciones con hombres casados. “Con Manuel Penella fue una relación de admiración, porque él la descubrió. Había una diferencia de edad de más de 20 años y, cuando iniciaron su relación, él nunca fue del todo honesto porque la ocultó que estaba casado y tenía hijos. Descubrirlo fue un golpe muy duro para Concha y sufrió mucho”.
“Por eso –continúa Carla-, lo último que Concha quería era volver a enamorarse de un hombre casado. Pero en estas cosas de la vida, parece que cuanto más huyes de algo, más se te pone delante, ¿no? Entonces conoció al torero Antonio Márquez. Me decía el biógrafo de Concha que fue un amor muy bonito, muy de película. Aunque Antonio estaba casado, vivía prácticamente en una situación de separación desde hacía tiempo. Pero eso no impidió que Concha lo llevará fatal porque se sintió “la otra”, durante mucho tiempo. De hecho, Rafael de León escribió “La otra” inspirándose en la historia de Concha”.
“Pero otra prueba del carácter de Concha –añade- es que, como en España no podía casarse con Antonio, dijo: “Pues me voy a otro sitio”. Y se fue a Sudamérica y se casó. Ya estaba embarazada, lo que en la España de esa época, también era un escándalo, porque no podías quedarte embarazada de un hombre casado”.
Una excelente documentación
Destacar la excelente documentación que maneja Carla en el cómic. “Sobre todo me he documentado leyendo la biografía de Martín de la Plaza, que sale en el cómic. También la biografía que escribió su hija, Concha Márquez Piquer y Coplas para sobrevivir (Stephanie Sieburth). Y me ví sus películas, sus entrevistas… Fue un proceso largo pero muy bonito, porque también aprendí mucho sobre la Copla”.
Además, Carla Berrocal ha entrevistado a historiadores y musicólogos para conocer todas las facetas sobre Concha y sobre la Copla. “Sobre todo no quería hacer la típica biografía –confiesa- y también quería que el cómic pusiera la Copla en valor. De ahí las entrevistas con los expertos, que son como un manifiesto en favor de Concha y de la Copla”.
Pero… ¿Qué tiene la Copla de especial para Carla? “Yo creo que hay que reivindicarla por la belleza literaria y su importancia cultural. Pienso que la música de esa época tiene una cosa, como de intemporalidad, muy bonita. Sucede también cuando escuchas boleros o tangos. Son músicas que siempre van a emocionar y siempre van a gustar. Yo creo que ese es el valor de la Copla”.
El problema es que la Copla suele asociarse a la dictadura franquista. “Yo creo que eso es porque a Franco le venía muy bien, porque era una música que daba una imagen de ‘Una España’ centralista. Pero la Copla estaba hecha por gente de todos los colores, que incluso podían estar en contra del régimen. Pero a la derecha le venía muy bien apropiársela y el problema es que la izquierda renunció a ella. Ese es el gran problema”.
Lo que ha aprendido de Concha Piquer
Preguntamos a Carla Berrocal qué ha aprendido de Concha Piquer al hacer su biografía. “Muchísimo. He aprendido que la cultura popular española es increíblemente bella; he aprendido la importancia de la profesionalidad, y he aprendido que las mujeres con carácter tienen que ser reivindicadas muchísimo. Ella fue pionera y eso es lo que hay que poner en valor”.
En cuanto a algún tema de Concha que nos recomendaría, Carla nos comenta: “Me gusta mucho “No me quieras tanto”, porque me recuerda mucho a mi abuela, ya que fue la canción que escuché cuando falleció en la pandemia. Hice una especie de ritual para sobrellevar el duelo, y como estaba en Roma, en la Academia de España, puse esa canción a todo volumen mirando al Trastevere. Tengo mucho cariño a esa canción porque, aunque fue un momento doloroso, fue muy útil para poder seguir adelante con la obra y acabarla”.
Ha hablado con la familia de Concha
La salida de este cómic casi ha coincidido con el fallecimiento de Concha Marquéz Piquer, hija de Concha y también una famosa cantante. “Cuando empecé el cómic, hace tres años, me puse en contacto con el marido de Concha, Ramiro Oliveros, y ella ya estaba un poco flojita. Por eso no quise insistir”.
“Pero ahora, justo hace un par de días, me ha llamado la nieta de Concha, porque han visto el cómic, y ha sido muy emocionante. Casi me pongo a llorar porque tenía muchas ganas de ponerme en contacto con ellos y darles el libro. Pero como había ocurrido el fallecimiento no quería molestar. Pero hemos hablado y en algún momento nos conoceremos”.
En cuanto a sus proyectos, Carla Berrocal nos comenta: “Estoy ahora mismo trabajando en el cómic de La tierra yerma. Ciencia ficción en la España rural, que también es una especie de western protagonizado por mujeres y con toques de amor inspirados en el shojo manga. Con personajes que son como dinastías y con esa cosa rural y oscura, donde una amenaza acecha en los límites de las tierras de los personajes. Paso de algo intenso y documental, como Concha, a algo mucho más ligero y divertido, que es lo que me apetecía”.