La COVID-19 dejó 74.839 fallecidos en 2020, según la estadística por causa de defunción del INE
- La cifra incluye 60.358 casos de virus identificado y otros 14.481 donde existía sospecha de COVID-19
- El 31 de diciembre de 2020, el Ministerio de Sanidad solo llevaba contabilizadas 50.837 muertes
La pandemia de COVID-19 dejó 74.839 fallecidos en 2020 en España, según la Estadística de defunciones según la causa de muerte publicada este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística y elaborada a partir de los certificados de defunción. La cifra resulta de sumar las 60.358 muertes donde el virus estaba identificado mediante prueba diagnóstica y otras 14.481 con sospecha de COVID-19, las dos categorías que creó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en marzo del año pasado para identificar las causas de fallecimiento.
Al margen, los médicos certificaron otras 14.481 muertes donde la COVID no fue la causa principal de fallecimiento pero contribuyó al desenlace final.
A 31 de diciembre de 2020 el Ministerio de Sanidad solo había notificado el fallecimiento de 50.837 personas por el nuevo virus coronavirus SARS-CoV2. Son 24.002 muertes menos de las que realmente se habían producido al término del año. Este desfase de debe a que las cifras oficiales de defunciones solo contabilizan los decesos de los enfermos diagnosticados con una prueba positiva. De hecho, hasta este lunes 8 de noviembre la cifra oficial que da Sanidad tras la recopilación de los datos autonómicos es de 87.558 fallecidos.
Por su parte, el sistema MoMo para la Vigilancia de la mortalidad diaria por todas las causas en España que elabora el Instituto de Salud Carlos III detectó en 2020 un exceso de mortalidad de 73.000 fallecidos más de los esperados, una cifra muy parecida a la que ahora da el INE analizando los certificados de defunción.
75.000 fallecidos más que en 2019
En 2020 se produjeron en total 493.776 muertes, 75.073 más que el año anterior, por lo que prácticamente todo el exceso de mortalidad puede atribuirse a la nueva enfermedad que sigue teniendo en jaque al planeta a pesar de las vacunas. La COVID-19 ha disparado la tasa bruta de mortalidad hasta los 1.042,7 fallecidos por 100.000 habitantes en 2020, un 17,3 % más que el año anterior.
Los fallecimientos crecieron en todos los meses del año excepto en enero, febrero y junio. Los mayores incrementos, según subraya el INE, se produjeron en abril (78,4 %) marzo (57,1%), coincidiendo con lo peor de la primera ola, y en noviembre (21,8%). El mayor número de fallecidos se produjo en abril (26.488 decesos) y mayo (15.530).
Por grupos de enfermedades, las del sistema circulatorio siguen siendo la primera causa de muerte al estar detrás del 24,3 % de todos los fallecimientos, seguidas de los tumores (22,8 %) y las enfermedades infecciosas (16,4 %), que incluyen la COVID-19.
Si se ve cada una de las enfermedades por separado, entonces la COVID-19 virus identificado encabeza el ranking de las principales causas de fallecimiento con una tasa de 127,5 decesos por 100.000 habitantes. Con 60.358 muertes -y sin contar los casos sospechosos- duplica a la segunda causa de muerte más frecuente en España: las enfermedades isquémicas del corazón.
La mortalidad aumentó en todo los grupos de edad salvo entre los menores de 20 años. Los mayores incrementos se produjeron entre los mayores de entre 70 79 años -un 20,5 % más de fallecimientos- y entre los ancianos de más de 80 años (19,5 %).
La estadística del INE también aporta información sobre el lugar donde se produce el fallecimiento y aunque la mayoría de decesos siguen produciéndose en los hospitales o en los domicilios particulares, llama la atención que en las residencias de ancianos falleció un 33,7 % más de personas que en 2019.
En estos centros -golpeados especialmente durante la primera ola- murieron durante el año pasado 73.216 personas en total, entre ellas, 17.349 ancianos de COVID-19 virus identificado y sospechoso. Este número solo engloba a los que murieron en los centros, no aquellos que si fueron trasladados a los hospitales.
Según el INE, las tasas brutas más elevadas de fallecidos por COVID-19 virus identificado por cada 100.000 habitantes se registraron en Castilla y León (243,5), Castilla-La Mancha (235,8) y Madrid (215,2).