Más casos, más muertes y menos vacunas: la pandemia golpea con fuerza al sureste y centro de Europa
- Europa lleva una doble velocidad en la lucha contra la pandemia, en función de su ritmo de vacunación
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que Europa afronta un "invierno duro" por el repunte de los casos de COVID-19 y que esta región está de nuevo en el "epicentro" de la pandemia. Según ha afirmado el director regional de la OMS para Europa, Hans Kluge, esta parte del mundo -que incluye a 53 países de Europa y Asia central, entre ellos Rusia y varias repúblicas exsoviéticas- podría sumar medio millón de muertos por coronavirus hasta principios de febrero de 2022 si la tendencia creciente de la pandemia se mantiene.
Europa se ha desmarcado en la última semana de la tendencia a la baja de la pandemia a nivel global, al registrar un incremento de 7 % de casos confirmados de COVID-19 con respecto a la semana anterior, mientras que las muertes en el continente aumentaron un 10 %, según los datos de la OMS. En todo el mundo, el alza de los contagios se limitó a un 1 % y las muertes bajaron un 4 %. Según el último informe semanal de la OMS, la tasa de incidencia en Europa se sitúa ahora en 208,9 casos por cada 100.000 habitantes, muy por delante de la segunda región con la tasa más elevada, América, con 68,6 casos.
¿Qué está pasando? Ocurre que hay una Europa a dos velocidades en el control de la pandemia, separadas básicamente por su actitud ante el coronavirus y su apuesta por la vacunación. El centro y sureste de Europa se han convertido en los nuevos focos de la pandemia del coronavirus en el continente, con una virulenta cuarta oleada que, propiciada por los bajos índices de vacunación, ha elevado las tasas de infecciones y mortalidad hasta máximos absolutos.
De los diez países mayores de cinco millones de habitantes que han reportado más casos en los últimos 14 días en relación con su población, nueve son europeos, y casi todos -excepto Bélgica y Reino Unido- son del centro y este de Europa.
Desde el verano se ha venido observando una disparidad en el ritmo de vacuna entre el oeste y el este del continente, un "telón de acero" de inmunidad que recordaba al telón de acero ideológico y político de la Guerra Fría. Los países occidentales se iban acercando al ansiado 70 % de población inmunizada, con una brecha muy marcada en los países del este, mientras otros como Bulgaría apenas pasaban del 20 %.
Pero ahora la situación es más grave, por la llegada del frío y la expansión de la variante delta del SARS-CoV-2 -más contagiosa que las cepas anteriores- en poblaciones poco inmunizadas. Está sucediendo sobre todo en la parte centro y sureste de Europa. Los datos son elocuentes: los países que están sufriendo un repunte más intenso en casos y fallecimientos (en tonos más oscuros en los primeros mapas) son aquellos más retrasados en la vacunación (en un color más claro en su correspondiente mapa).
En los países de la Unión Europea (UE), como promedio el 65,7 % de la población adulta ha recibido ya la pauta completa de la vacuna y en muchos países se está poniendo una dosis adicional a las personas mayores y vulnerables. Sin embargo, cuando nos fijamos en la inmunización completa en los países del conjunto de Europa la media es diez puntos menor (55,7%). Y muchos países, casi todos al este del continente, no han llegado ni a la mitad de la población diana vacunada.
Bulgaria, el país más pobre de la UE, está a la cola de la inmunización, con apenas un 23 % de la población inmunizada por completo, y a la cabeza en la tasa de mortalidad, con una media diaria de casi 16 muertos por cada millón de habitantes en la última semana. Solo en octubre murieron por coronavirus más de 3.000 personas, siete veces más que en el mismo mes del año pasado. Con 723 pacientes en cuidados intensivos, cuando la capacidad máxima de las UCI se estima entre 750 y 800 camas, los hospitales búlgaros están al borde del colapso.
En Rumanía, apenas un tercio de la población (33,9 %) ha recibido la pauta completa de una vacuna. Es el segundo país menos vacunado de la UE. Aunque en Rumanía la cifra de contagios ha caído un 50 % en los últimos días, a unos 10.000 casos diarios, la situación es crítica con más de 300 muertes diarias y cerca de 19.000 hospitalizados, un 10 % de los cuales están en UCI. Muchos hospitales continúan colapsados o al límite de sus capacidades, lo que ha obligado a trasladar a decenas de pacientes a otros países y a suspender las hospitalizaciones no urgentes.
En Serbia, que no es miembro de la UE, el 44 % de los adultos ha recibido la vacuna completa, pero el porcentaje en los jóvenes de 18 a 30 años no pasa del 25 %. Las muertes diarias han ido aumentando también en las últimas semanas hasta alcanzar el domingo pasado un nuevo máximo, con 69 fallecimientos.
Con las UCI al límite, aumentan las restricciones
También en Croacia, Eslovaquia, República Checa, Eslovenia y Hungría, con índices de inmunización de entre el 42 y 60 %, los hospitales se están llegando de nuevo con pacientes de COVID-19. Por ejemplo, en Eslovaquia (5,4 millones de habitantes), hay más de 2.100 hospitalizados. En España, con más de 47 millones de habitantes, había 1.858 ingresados con coronavirus, según el último informe de Sanidad.
En los hospitales de Croacia, país de 4,5 millones de habitantes, que en las últimas 24 horas registró 59 muertes, hay 253 pacientes de COVID-19 conectados a respiradores, más que el doble que hace un mes.
Las autoridades sanitarias de los países más golpeados han adoptado nuevas restricciones, sobre todo para los no inmunizados, para impulsar la vacunación. Por ejemplo, la República Checa, con una incidencia acumulada de 867 contagios diarios por 100.000 habitantes, no ha introducido nuevas restricciones en medio de una transición de gobierno tras las últimas elecciones, pero su Ministerio de Sanidad ha anunciado una agresiva campaña para impulsar la vacunación, con imágenes impactantes que muestran la crudeza de la situación de pacientes de covid que fallecieron o están en ucis después de haber cuestionado la utilidad de las vacunas.
En Hungría, donde la propagación de la COVID sigue creciendo, con un promedio de 72 muertes diarias mientras que la vacunación se ha estancado en el 60 % de la población, el Gobierno ha dado luz verde a las empresas para que puedan exigir vacunarse a sus empleados.
También en Austria, con un 63 % de personas vacunadas, está buscando medidas para incentivar la vacunación, y desde esta semana solo las personas vacunadas pueden acceder a locales de ocio, gastronomía, hoteles y servicios como peluquerías o cosméticas. Además, es obligatorio tener un pasaporte COVID, que incluye test PCR negativo, para poder acudir al puesto de trabajar.
Al respecto, el director de la OMS para Europa hizo un llamamiento a intensificar la vacunación a la población en general, pero especialmente entre el personal sanitario, para "mantener el virus a raya", y remarcó que en hasta siete países de la región hay menos del 20 % de los sanitarios con la pauta completa. Es el caso de Ucrania, que no llega al 19 %.
Marcha atrás en Dinamarca, tercera dosis exigida en Francia
Sin embargo, las alarmas no solo están saltando en los países de Europa central y del este. Dinamarca ha dado marcha atrás y volverá a pedir el pasaporte COVID para entrar en bares, cines o museos, dos meses después de haber eliminado las últimas restricciones. El país ha entrado en una tercera ola de la pandemia: el número de casos diarios se ha multiplicado por más de diez desde mediados de septiembre, en un país en el que tres de cada cuatro habitantes tienen la pauta completa de vacunación.
En Francia, los franceses mayores de 65 años tendrán que ponerse una tercera de dosis de recuerdo de la vacuna contra la COVID-19. Si no lo hacen perderán a partir del 15 de diciembre el pasaporte sanitario que da acceso a lugares públicos, según ha explicado el presidente, Emmanuel Macron, que exhortó a los seis millones de franceses que aún no se han vacunado a hacerlo en un momento en el que la incidencia semanal en Francia se ha disparado un 40 %. Asimismo, lanzará una campaña a partir del diciembre para incitar a que los franceses de entre 50 y 64 años se apliquen también una tercera dosis, pues "más del 80 % de los ingresados en UCI" tienen más de 50 años.
En Reino Unido, todo el personal sanitario, 1,4 millones de personas, deberá vacunarse contra el coronavirus antes de abril o perderá el trabajo, según anunció su Ministerio de Sanidad. El 90% tiene ya las dos dosis pero unos 100.000 sanitarios de primera línea aún no tienen la pauta completa. Para los trabajadores de residencias el plazo acaba esta semana.
Y en Portugal, un país donde más del 81 % de la población tiene la pauta completa de la vacuna, los expertos alertan de que podría producirse una nueva ola de coronavirus -que allí sería la quinta- si el índice de transmisión del virus se mantiene como hasta ahora, con un aumento de casos pero menos muertes. Portugal volvió a notificar este martes más de un millar de nuevas infecciones de COVID-19 (1.182), con ocho muertes y un repunte de los hospitalizados, mientras que la incidencia a 14 días está en 116,9 casos por 100.000 habitantes, el doble que la actual en España.
Para evitar un impacto sanitario grave y fallecimientos, en Portugal confían en la tercera dosis de la vacuna en los ancianos, una clave en la que también se aplican otros países de Europa. Además, el estudio en Portugal también indica que el incumplimiento de uno de los requisitos como el uso de mascarillas, ventilación de espacios o la falta de vacuna es una explicación "probable" del repunte de casos en Europa. Porque en estas cifras también influye la disciplina social e individual que se aplica en la lucha, aún sin fin, contra la pandemia de coronavirus.