Más protegidos y con menos restricciones: así afronta España la posible sexta ola de la pandemia
- Las altísimas tasas españolas de vacunación permiten afrontar el invierno y las Navidades con un moderado optimismo
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La cara más amarga de la pandemia recorre Europa de nuevo, un continente en el que el coronavirus se está cebando especialmente con los países que tienen las tasas de vacunación más bajas. Es el caso de Bulgaria y Rumanía, que están a la cola de la vacunación europea, y cuyos hospitales y morgues se encuentran al borde del colapso, en una pesadilla que para España solo podría compararse con el comienzo de la primera ola. Sin embargo, España presume ahora de los mejores datos de vacunación, junto con Portugal, y también de una situación epidémica relativamente controlada, a pesar de que la incidencia ha repuntado levemente en los últimos días.
El regreso a la vida en interiores, sumado a una mayor agresividad de la variante Delta, abren de nuevo un horizonte de incertidumbre de cara a los meses más fríos del año y la posibilidad de que España sufra una nueva ola epidémica, que sería ya la sexta. Con más de un 90% de la población diana vacunada, las comunidades autónomas administran contra reloj la tercera dosis a los más vulnerables, para reforzar el escudo inmunológico contra el virus y evitar en la medida de lo posible que ese aumento de la incidencia vuelva a llenar hospitales y unidades de cuidados intensivos.
Los expertos recuerdan que las vacunas siguen siendo la herramienta más eficaz contra el virus, pero también que de momento deben ir acompañadas de otras medidas, como las mascarillas en interiores o la ventilación de espacios cerrados. En lo que también coinciden es en apuntar a que una posible sexta ola sería muy diferente de las anteriores, especialmente de las cuatro primeras.
Impacto menor en la presión asistencial
"En otoño e invierno, debido a los eventos sociales y a la vida en interiores, es previsible que aumente el nivel de contagios. Pero nuestra percepción, en vista de los datos que tuvimos en la quinta onda epidémica, cuando la protección funcionó y hubo un incremento importante de los contagios que no se tradujo en hospitalizaciones, es que probablemente ahora si se produce una nueva ola tendrá un impacto mucho menor en la presión asistencial", expresa a RTVE.es Jonay Ojeda, especialista en medicina preventiva y uno de los portavoces de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS).
Este experto apunta a que, incluso en un escenario tan desfavorable como el que se prevé en las próximas semanas, el virus tendrá muchas dificultades para circular entre la población española, que no ha alcanzado la ansiada inmunidad de grupo, pero sí algo bastante parecido. "Hemos comprobado con datos empíricos y con las incidencias acumuladas de los últimos meses que las vacunas ayudan a controlar también la transmisión comunitaria del virus. No lo podemos llamar inmunidad de grupo, porque seguimos teniendo muchas incógnitas respecto a la propia inmunidad que otorgan estas vacunas; pero probablemente, sumando las infecciones naturales y las personas que se han vacunado, ya hemos conseguido el suficiente porcentaje de población protegida como para dificultar la transmisión comunitaria del virus".
Ojeda admite que se trata de un "equilibrio inestable" que puede verse alterado por la llegada del frío y las reuniones en interior, pero confía en que las dosis adicionales de la vacuna "ayuden a que estén más protegidos los colectivos que probablemente se puedan ver más perjudicados por el incremento de contagios". Lo que no quita que pida también prudencia de cara a las próximas semanas, puesto que "seguirá siendo necesario mantener una buena parte de las medidas preventivas que hemos incorporado durante este tiempo, como la mascarilla en interiores y la distancia de seguridad". "El hecho de estar vacunado no nos hace inmunes, porque no es una vacuna esterilizante", recuerda.
Situación más favorable que otros países europeos
Un moderado optimismo que comparte Rafael Bengoa, codirector del instituto SI-HEALTH, ex consejero de Sanidad en el País Vasco y ex director del sistema de salud de la OMS, quien destaca que la situación española es en principio mucho más favorable que la de los países donde las tasas de incidencia llevan ya tiempo disparadas. "España está en unas condiciones mucho mejores que el resto de países europeos por el volumen de personas vacunadas, y también porque ya se está preparando y acelerando una tercera dosis. Además, hay que tranquilizar un poco a la población sabiendo que hay nuevos medicamentos si la gente se infecta. Por lo tanto, estamos en una situación muchísimo mejor que las Navidades pasadas, y también mejor que nuestros vecinos", ha asegurado en los micrófonos de RNE.
Este especialista en salud pública hace referencia a la aprobación inminente de dos antivirales por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que sumados a otros fármacos ya en uso, ayudarán a evitar los cuadros más graves de la COVID-19 en aquellas personas a quienes las vacunas no consigan proteger adecuadamente.
Sobre posibles restricciones ante fechas tan complicadas desde el punto de vista epidemiológico como son las Navidades, Bengoa no cree que "las vayamos a ver", aunque recalca la necesidad de "acelerar y poner mucha energía en la tercera dosis de las personas más vulnerables, que son las personas mayores, ya que en ese grupo de edad son mil veces más susceptibles que los niños".
"Lo más importante, la prudencia"
Jaime Jesús Pérez, miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Vacunología, califica como "un sueño" que hasta ahora se haya vacunado en España "casi el 92% de la población vacunable", pero insiste en que "hay que seguir vacunando y que la población más vulnerable, que tiene recomendada la tercera dosis, se la ponga".
Este especialista en medicina preventiva recalca que, a pesar de las elevadísimas tasas de vacunación española, "al final, lo más importante es la prudencia", y por eso pide a la población que no se relaje en exceso, para no tener que recuperar medidas ingratas como el control de aforos en espacios públicos. "Confío en que lo que hemos vivido ya no lo vamos a volver a vivir, pero esto no quiere decir que no pueda producirse un aumento de casos que vaya acompasado de un pequeño aumento de hospitalizaciones. Aunque combinando la vacunación, y la dosis de recuerdo cuando sea necesaria, con el uso de mascarilla en interiores, creo que no serán necesarias las restricciones que hemos visto en el año anterior", manifiesta a RTVE.es.
Jaime Jesús Pérez puntualiza que aunque a veces las vacunas de ARN mensajero, cuando pasa el tiempo, "pueden reducir su efectividad a un 45% o 50%, se mantienen por encima del 90% frente a la hospitalización y la enfermedad grave". "Hay determinados indicadores, como los de incidencia, que ya no nos valen para representar lo que realmente es la epidemia. Si nos damos cuenta, las consecuencias de la quinta ola en cuanto a enfermedad grave y muerte ya fueron muy diferentes a las de olas anteriores. Lo esperable es que si medimos las olas por incidencia, efectivamente pueda haber una sexta ola en esta época de invierno a la que vamos, pero la repercusión en cuanto a hospitalizaciones será probablemente más limitada", augura.