Manel Monteagudo, tras 35 años en coma: "Lo peor al despertar fue mirarme al espejo después de tanto"
- NOTA AL LECTOR: Manel Monteaguado ha reconocido que el testimonio que ofreció el pasado 9 de noviembre en La Hora de La 1 de TVE es falso y que no estuvo en coma 35 años. Lee aquí la nueva información. Un día antes, ante las numerosas contradicciones que contenía su relato, VerificaRTVE analizó el caso y encontró que las diferentes versiones difundidas por este escritor gallego en medios de comunicación eran incompatibles con un estado de coma continuado durante tres décadas. RTVE pide disculpas por el error.
Manel Monteagudo se quedó en coma en 1979 por un accidente en un barco cuando trabajaba en Irak. Fue el 28 de febrero, el mismo día que cumplió 22 años. Y permaneció en estado vegetativo durante 35 años. Se durmió en una España que comenzaba a dar sus primeros pasos en democracia y se despertó en un país totalmente distinto. Cuando en 2014 abrió los ojos de nuevo, Manel tuvo que aprender a andar, pero hoy se hace cada día 20 kilómetros con su perro. Asegura que la vida antes era mejor que ahora porque, "aunque había menos recursos, la gente era más feliz y se podía vivir más tranquilo".
Aunque su vida tampoco fue fácil en sus inicios. Pertenecía a una familia de siete hermanos, y su padre se quedó medio ciego por culpa de un accidente de trabajo. Estudió hasta los 14 para sacarse el Certificado de Primaria y cuando terminó se fue a Canarias de marinero. Estuvo nueve meses en el sur de África navegando y luego en la Marina Mercante Española. Como vio que ganaba muy poco, con 17 años se fue a Alemania a trabajar de marinero.
Primer despertar tras el coma
Tras quedar en coma, su novia de juventud, Conchi, se encargó de cuidarlo durante todos estos años que pasó postrado en una cama: "En el primer momento estaba muy desconcertado, estaba en una habitación que no conocía. Pensé que había tenido el accidente el día anterior, en ningún momento sabía que había regresado en España", ha relatado en La Hora de la 1.
Cuando despertó del coma, Manel tenía 58 años, y lo primero que ven sus ojos es a Conchi sentada a los pies de su cama. En cuanto la ve la reconoce: "La vi, era mi novia, pero cuando despierto ya era mi esposa. La reconocí al primer momento, pero lo que me extrañó fue su cabello. Tenía canas, tenía muchas canas".
Tras este primer encuentro visual, es Conchi la que habla, pues Manel puede articular sonidos, pero deberá pasar por una rehabilitación para recuperar el habla tras llevar tanto tiempo en estado comatoso: "Me costaba mucho hablar, no sabía", ha recordado.
¿Qué piensas al despertar de un coma?
"Fue muy desagradable. En ningún momento pensé que podía estar en una casa, en España. Mi cabeza estaba en Irak. No comprendía que pudiera estar en una casa atendido por mi esposa", relata. Su mujer le acercó un espejo que había comprado previamente, porque estaba segura de que Manel iba a despertar: "Cuando vi mi reflejo, le dije a mi mujer que ese no era yo, ese era un viejo, yo tenía 22 años. Y poco a poco, lo fui asumiendo", ha afirmado.
Manel pasó 35 años dormido, pero la vida fuera de su habitación, de su cama, continuaba girando: "Sinceramente, no lamento nada, por una causa, porque como no recuerdo nada... lo único que lamento es la muerte de mi padre, cuando me desperté mi padre ya se había muerto. Me dio mucha tristeza", ha relatado.
¿Qué ha pasado en su cuerpo durante 35 años?
El 15 de octubre de 2014 es el día que Manel vuelve a la realidad y seis días después nace su nieta. Pero, además, descubre un mundo en el que existen los teléfonos móviles, Internet, una moneda nueva, cosas totalmente desconocidas para él: "Fue muy impactante, no asumía lo que estaba viendo, era increíble, como si estuviese en otro mundo. No lo asimilaba, bajo ningún concepto. No entendía nada de lo que estaba viendo".
A lo largo de estos años, han sido muchos los médicos que han estado viendo a Manel: "Pasé por varios médicos al llegar a España tras el accidente. Todos ellos coincidían en lo mismo, en que yo no me iba a recuperar jamás", ha subrayado
Además, los especialistas sanitarios aseguraron, ha explicado Manel, que el coágulo que tenía en la cabeza no se lo podían operar porque estaba en un sitio muy malo: "A mi mujer le decían que cualquier día cuando se despertase me encontraría frío. Nada más. Mi camino era el cementerio. Le dijeron que asumiera que estaba muerto en vida".