Lasso encara la crisis de seguridad en las cárceles de Ecuador con la coordinación de la policía y los militares
- Las Fuerzas Armadas controlarán de "manera indefinida" la cárcel de la masacre en Guayaquil
- el Gobierno ha anunciado que aprobará unas normativas para garantizar el uso progresivo de la fuerza
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, ha anunciado un plan de pacificación de las cárceles que incluye la participación de los militares como parte de las medidas para hacer frente a una ola de violencia que ha dejado decenas de presos muertos.
Así, ha anunciado que las Fuerzas Armadas (FFAA) y la Policía Nacional se encargarán de "mantener el orden y la seguridad" del sistema carcelario de "manera indefinida" y estarán permanentemente dentro de las prisiones. Esta operación ha comenzado este lunes y ha contado con la participación de "cerca de mil efectivos", unos 500 de la Policía y una cifra similar de militares, ha señalado la Secretaría General de Comunicación de la Presidencia.
El mandatario ha asegurado que el trabajo del Ejército y la Policía Nacional en los reclusorios se realizará "de conformidad con la Constitución y la ley" y ha llamado a estar "unidos ante este problema", "una de las crisis más grandes de las últimas décadas en Ecuador".
Asimismo, el Gobierno de Ecuador ha anunciado que aprobará unas normativas para que la fuerza pública pueda garantizarse el uso progresivo de la fuerza, con el objetivo de encarar asuntos como la crisis carcelaria, que el pasado sábado dejó más de sesenta reos muertos en un centro penitenciario de Guayaquil.
Se aprobarán "normas para el uso progresivo de la fuerza"
En un mensaje a la nación, el presiente Guillermo Lasso, ha dicho que para garantizar que "la fuerza pública cuente con las herramientas necesarias para la defensa ciudadana y el control de los sistemas carcelarios", se aprobarán "normas para el uso progresivo de la fuerza", sin indicar de qué se tratarían.
Algo similar ya fue negado en mayo pasado por la Corte Constitucional, que declaró como ilegal un reglamento para el uso progresivo, racional y diferenciado de la fuerza por parte de soldados y que fue presentado durante el Gobierno del expresidente Lenín Moreno, antecesor de Lasso.
El actual mandatario, que ha recogido muchas de las estrategias de Moreno, ha dicho que también atacará la raíz del problema carcelario: las mafias del narcotráfico que intentan controlar el sistema penitenciario.
"Ellos no podrán seguir eludiendo sus responsabilidades penales, escondiéndose detrás de sus secuaces" y, por ello, en la normativa penal se propondrá la tipificación del nuevo delito de "autoría por dominio de organización", por el que los jefes mafiosos "pagarán por los delitos que ordenen cometer".
El narcotráfico, la causa de la crisis
Según Lasso, el Estado, en la crisis carcelaria, ya no se enfrenta a delincuentes comunes, sino "a los más grandes carteles de la droga de todo el mundo, que han visto cómo aquí, hasta hace algunos meses, podían operar sin mayor resistencia".
Se trata de "grandes organizaciones con modernas infraestructuras, sofisticadas armas, complejas plataformas tecnológicas y respaldadas por un músculo económico que rivaliza con los presupuestos de seguridad de muchos estados", apuntó el mandatario.
Y pese a que las autoridades militares han advertido de un desperfecto mecánico como causa de una avería en un radar militar antidrogas instalado recientemente en la provincia costera de Manabí (oeste), Lasso ha insistido en que se trató de un "sabotaje" que tendría una supuesta relación con la acción de los carteles de la droga.
El gobernante ha dicho estar seguro de que los esfuerzos de su gobierno contra la inseguridad "trascenderá fronteras" y que en el combate al narcotráfico cuenta con el apoyo de países como Estados Unidos, Israel, Colombia, Reino Unido y España, y de organizaciones internacionales como Naciones Unidas y la Unión Europea.