Santipérez, el maestro del terror que desapareció durante dos décadas
- El taxidermista y otras histerias macabras recupera sus primeros cómics
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En 1990, con apenas 20 años, Santipérez ganó el concurso de cómic de Zona 84 /Totem y durante tres años 1990-93 nos sorprendió con sus inquietantes historias de terror para la revista Creepy. Pero con la crisis del cómic adulto desapareció sin dejar rastro ¡durante casi 20 años! Reapareció en 2011 y, desde entonces nos ha maravillado con sus historias cortas para la revista Cthulhu (Diábolo ediciones) y la serie Diablo House (Norma). Y ahora se recuperan aquellas primeras historias de Creepy en el cómic El taxidermista y otras histerias macabras (Isla de Nabumbu).
“La culpa de que estas historias se hayan recuperado –nos cuenta Santipérez- ha sido de Javier Alcázar, un tipo extraordinario, que tiene una pasión y un amor a los cómics que no puede contener. Hace unos meses Javier me escribió y me comentó que en Isla de Nabumbu tenía las puertas abiertas para lo que fuera, yo por entonces manejaba la idea de publicar clones de libretas, así como suena, copias exactas de estos cuadernillos con sus buenos y no tan buenos apuntes o con sus manchas de café o insectos atrapados, sin retoques…”
“La propuesta no era solo por mí -añade- sino también para otros autores que, como yo, siempre llevamos uno de estos cuadernos para recolectar ideas, guardar proyectos (para después desarrollarlos), o simplemente hacer ejercicios anatómicos… Pero me dijo que vale, que sí, que de eso ya hablaríamos pero que el tenía otros planes. Y los planes fueron estos, recolectar en un tomo todas las historias de mi primera etapa en el mundo del cómic”.
30 años no son nada
Preguntamos a Santipérez qué recuerdos le traen estas historias, casi 30 años después. “Estas historias me han transportado a mi juventud e incluso a mi infancia -confiesa-, recuerdos emocionantes y recuerdos a veces amargos por el entorno y el ambiente en el que fueron creadas; de hecho en el álbum doy algunos detalles de las circunstancias en las que nacieron”.
“Ver todas estas historias juntas me ha causado todo tipo de sensaciones –añade-, ya que en este libro se concentran todos los trabajos que realicé entre 1985 y 1993 y cuando digo todo es todo. Al verlas una detrás de otra, juntitas, parece que tengan continuidad pero entre ellas hay un abismo espacio-temporal que no se nota y esto es debido a la cuidada edición en la que anidan. Un libro fabricado al detalle, tapa dura, portada mate con barniz de resalte, papel satinado suave, encuadernación cosida…”
Santi asegura que estas historias “No ha hecho falta restaurarlas, los originales estaban en muy buen estado. Sí que tuve que recuperar un par de páginas que no tenía, pero fue el único contratiempo; sus dueños me las enviaron sin necesidad de amenazas. Con la rotulación sí que tuvimos que hacer una buena revisión, vamos que tuvimos que hacerla de nuevo, por erratas, puntuación etc.; y sobre todo porque había mucha diferencia entre unas historias y otras”.
Cuando los concursos eran una vía de entrada al cómic
Como comentábamos, Santipérez logró publicar estas historias tras ganar el concurso de cómcis de Toutain. “Fue al segundo intento –confiea-, la primera vez que participé, envié la historia Amigos hasta la muerte y al poco tiempo me devolvieron las páginas sin decirme nada ni darme ninguna explicación, así que yo pensé que no había habido suerte y ya está. Fue al año siguiente, cuando participé con El Taxidermista y resultó premiada, cuando Josep Toutain se puso en contacto conmigo y entonces ya sí me explico que el año anterior fui descalificado porque pensaron que había plagiado a Berni Wrightson, así que se disculpó y me pidió esas páginas para publicarlas en la resucitada revista Creepy”.
“En aquella época –añade- los concursos eran muy importantes para que los artistas pudieran darse a conocer, incluso entre los miembros del jurado de esos concursos podías encontrarte profesionales que podían requerirte; de hecho esto me ocurrió varias veces. Por ejemplo, mi contacto con la publicidad se dio por medio de un concurso de mascotas en la emisora Radio Vinilo y mis colaboraciones en la revista Tres60 Skate también tuvieron el mismo origen”.
“Me gusta hacer cosas diferentes cada vez"
En cuanto a su reconocible estilo, Santipérez asegura: “Creo que no tengo un estilo muy definido ni ahora ni al principio, me gusta experimentar y hacer cosas diferentes cada vez, entintado o dando color. Lo que quizá puede diferenciar mis trabajos de otros artistas, si a eso lo llamamos estilo, creo que está en otros aspectos que no tienen nada que ver con un tipo u otro de pincelada, tramado, etc., sino que quizá pueda estar en cosas como por ejemplo la anatomía, acting de personajes o cosas así…”
"En ese aspecto -añade- sí que se puede decir que ha evolucionado mi “estilo”, no sé si para bien o para mal, pero en un principio dibujaba dejándome llevar más por la intuición y hoy en día lucho por que los personajes tengan una anatomía más coherente, algo que unas veces consigo y otras no tanto. Ni siquiera el trabajar en digital me ha condicionado, compré mi primera wacom en 1994, pero solo fue un medio más, y hoy en día combino técnicas sin que afecte a ese supuesto estilo".
Santipérez nunca ha ocultado su influencia del norteamericano Bernie Wrightson (1948-2017). “Con 8 o 9 años me pasaba las horas copiando páginas de Rompetechos del gran Ibáñez, y para mí el cómic hasta ese momento era eso –asegura-. Pero cuando descubrí los trabajos de Wrightson o Corben por casualidad, mi visión del cómic cambió. Este shock que me produjo el descubrir que había otras cosas además de los entrañables de Bruguera el Supermortadelo, las colecciones Olé o los gruesos Super Humor, fue lo que dio la vuelta a mi mente.Wrightson me transmitió sobre todo la pasión por el horror, no tanto su estilo que también variaba dependiendo del trabajo…”
“Fueron muchos artistas los que me inspiraron –añade-, no solo los nudillos o venas de Berni, o los increíbles volúmenes de Corben, también otros autores hacían que mi mente hirviera y quisiera crear historias y mundos como ellos: Wally Wood, Eisner, Arthur Suydam… los recursos narrativos de Carlos Giménez, las historias de Bruce Jones…”
Toutain le pidió un terror “más urbano”
En los imprescindibles comentarios que acompañan a las historias del cómic, Santipérez confiesa que, en aquella época, Toutain le pidió un terror “más urbano”. “Toutain, en aquellos tiempos en los que cada vez se vendían menos cómics de autor, veía como el negocio poco a poco se venía abajo y supongo que por lo desesperado de esa situación, él quería que se hicieran cosas diferentes, de ahí que cada vez que hablábamos por teléfono él intentara insuflarme que mis historias se desarrollaran en otros lugares que no fueran pantanos o casas encantadas… Él quería cosas diferentes a lo que se había hecho hasta ese momento. Y de hecho podríamos decir que fue casi un visionario, porque no hay más que echar un vistazo a los títulos que se publican hoy en día para ver que el horror cotidiano, más pegado a la realidad, engancha”.
“En realidad –añade-, el género del terror te permite cualquier cosa, y da lo mismo una granja abandonada en Round Rock que un campo de margaritas en Suecia a pleno día… A mí me encanta cualquier opción, ¡playa o montaña!”.
20 años alejado del cómic pero no del dibujo
En cuanto esas dos décadas alejado del cómic, Santipérez nos comenta qué estuvo haciendo: “En esos últimos años del cómic de autor o cómic para adultos, cuando yo aún no había cumplido los veinte, las ventas estaban descendiendo (como explico en El Taxidermista… Toutain me dijo que nos habían ganado los videojuegos) y cuando mi carrera empezaba todo se vino abajo. Así que con el cómic me tomé un descanso casi obligado”.
“Una empresa del mundo del gambling me contrató como dibujante y así hasta principios de los 2000 -añade-. Después ya como freelance retomé la publicidad y otras colaboraciones en prensa. Durante esos años seguí acudiendo al Saló del cómic de Barcelona hasta que el gusanillo me fue entrando de nuevo y decidí, aunque fuera por amor a las viñetas, y a mi ritmo, volver a dibujar historietas. Empecé con una historia que titularía Carne seca, donde el protagonista se nos muestra como un despojo humano, la historia juega con nosotros mostrándonos el estado de ánimo del personaje de una manera muy cruda…”
“Fui subiendo a mi blog el proceso y enseguida Javi Santonja, que fue otro de los fichajes de Toutain para Creepy, me escribió y me puso en contacto con Manuel Mota y con Álex Ogalla y estos me propusieron volver a trabajar. Dio la casualidad que el siguiente número de la revista Cthulhu sería un especial zombies y Carne seca encajaba perfectamente en ese especial. Desde entonces he ido colaborando en Cthulhu con historietas o portadas ¡y… hasta hoy!”
'El taxidermista', 20 años después
Para la portada, Santipérez ha realizado una nueva versión de El Taxidermista, la historia con la que ganó el concurso de cómics de Toutain. “Javier Alcázar, el editor de Isla de Nabumbu y yo coincidimos en que era la más representativa por lo que había significado y porque daba juego para hacer la versión actualizada de la portada. En su momento, cuando fue premiada, se hizo un especial concurso con todas las historietas finalistas y Toutain me pidió una ilustración referente a la historia del taxidermista. Así que salió esta cosa tan repulsiva para muchos, y tan llamativa para los que amamos el terror”.
En cuanto a las otras historias del cómic, Santipérez asegura que: “Pues cada una tiene su encanto, quizá las primeras son algo más ingenuas, pero aun así, por la edad en las que las escribí, tienen algo especial”.
En cuanto a sus proyectos, Santipérez nos avanza que: “Ahora estoy trabajando en otro álbum para Diábolo, Various Horror Visions II, que recopilará algunas historias de Cthulhu pero además contará con algunas nuevas inéditas, una a todo color de 26 páginas, y otra más relajada en cuanto a dibujo pero que narrativamente podría ser muy interesante. También habrá extras como en el álbum anterior, siguiendo en la línea del primer recopilatorio, bocetos, commissions y algunas ilustraciones. Mi intención es poderlo tener para el próximo Saló de Barcelona”.
“Además –añade-, me considero parte de la revista Cthulhu y amigo de Manuel, de Álex y todos los colaboradores y seguiré estando ahí siempre que pueda. Y en principio no tengo pensado hacer nada para el mercado europeo o americano al menos hasta que termine el mencionado Various Horror Visions II. Después, no lo descarto”.