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El auge de los establecimientos 'solo para adultos': ¿aumenta la niñofobia?

  • Las familias señalan que cada vez más restaurantes y hoteles prohíben la entrada a los menores
  • Padres, abogados y psicólogos advierten de la discriminación que supone y de las consecuencias psicológicas

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Una familia llega a un hotel a pasar las vacaciones
Una familia llega a un hotel a pasar las vacaciones.

Cada vez son más los que huyen del 'ruido' infantil buscando hoteles 'solo para adultos', vagones silenciosos sin niños o eligiendo las mesas más apartadas de las familias en los restaurantes, una tendencia que está provocando el auge de estos establecimentos adults only. Estos sectores buscan salvaguardar la "tranquilidad" de sus clientes utilizando estrategias como el derecho de admisión. No obstante, padres, abogados y psicólogos han advertido de la discriminación que esto supone y su descontento ha llegado hasta las asociaciones de consumidores, que ya ha tramitado múltiples denuncias.

El Hotel Neptuno fue el primero de muchos en Gran Canaria en pasarse al lado del 'solo para adultos', pero, como reconoce el director de establecimiento, Armando Romero, "han crecido como la espuma". "Ahora lo que faltan son los que acepten niños", bromea. Un reflejo de este vertiginoso crecimiento es la web Adults Only Holidays. Esta página ofrece cientos de alojamientos en casi todo el mundo para, según la web, poder disfrutar "de unas agradables vacaciones sin niños". Algunos padres, por su parte, no opinan lo mismo.

Hemos recibido un número importante de quejas, más de las que nos gustaría

"Hemos recibido un número importante de quejas, más de las que nos gustaría", cuenta a RTVE.es el vicepresidente de FACUA, Miguel Ángel Serrano. Muchos ciudadanos que acuden con sus hijos a un hotel o restaurante y se ven forzados a quedarse en la puerta por ir con menores se han puesto en contacto con la organización, que procede a denunciar a los establecimientos ante las autoridades competentes "para que investiguen y, si corresponde, inicien un expediente sancionador".

"Nos parecería una auténtica aberración no dejar entrar a una persona por su color de piel". Así de contundente se muestra la psicóloga Verónica Pérez, que habla incluso de niñofobia. Y lo argumenta: se trata de niñofobia porque esta se define como la exclusión de la infancia de muchos espacios "que no tiene como fin su protección de lugares peligrosos o inadecuados", sino que se debe a que la presencia de los niños molesta, fastidia y sobra.

Por su parte, al presidente de la Asociación para la Defensa del Menor (Aprodeme), Francisco Cárdenas, no le agrada el concepto de "fobia" y se limita a hablar de "problema de convivencia". La psicóloga y vicepresidenta de la asociación Espacio Crianza Leganés, Belén Fernández, lo achaca a una "falta de perspectiva de infancia". Pero, pese a la disparidad de juicios en cuanto a la palabra adecuada a la hora de hablar de la discriminación de la infancia, todos reconocen la prohibición de la entrada a los niños como algo injusto. ¿Lo es realmente?

El complejo debate legal detrás del 'adults only'

La demanda de una clientela dispuesta a pagar más con tal de no compartir espacio con niños ha hecho que muchos establecimientos hagan uso de estrategias como el derecho de admisión para garantizar un espacio libre de infantes. Ahora bien, esto no es legal. O al menos no del todo. Se trata de un asunto que las letradas consultadas por RTVE.es califican de "muy complejo" y no se atreven a hablar de blancos o negros.

Según el artículo 14 de la Constitución, los españoles son iguales ante la ley sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Hasta ahí, va contra la Constitución negar el acceso a alguien por su edad. Pero tres estrategias pueden jugar con esta afirmación: el derecho de admisión, el interés superior del menor y las ofertas solo atractivas para el público adulto, como los packs románticos, que desincentivan la presencia de menores.

No es un día cualquiera - Niñofobia - Escuchar ahora

El derecho de admisión, que varía ligeramente de una comunidad a otra, está recogido en el Real Decreto 2816/1982 y supone que los espacios puedan prohibir la entrada amparándose en que el individuo no mantendrá la debida compostura o llevará a cabo cualquier acción que pueda producir peligro o malestar. No obstante y como apunta la abogada María Giráldez, se podría llevar a los tribunales la prohibición de acceso sobre la base de este subjetivo derecho y entonces el debate giraría en torno al límite entre la "discriminación y el interés superior del menor".

Se escudan en una supuesta protección

El principio del interés superior del menor busca proteger el desarrollo íntegro de los niños, una excusa a veces utilizada para vetar la presencia de la infancia. Según la letrada, pueden así usarse motivos como la presencia de alcohol o un ambiente no favorable para evitar dar la bienvenida a los pequeños. "Se escudan en una supuesta protección", pero no tienen en cuenta al niño "como un sujeto de derechos".

Además, en España la oferta de los servicios solo para adultos no se penaliza si está adecuadamente publicitado, por lo que otra de las estrategias para evitar menores podría basarse sencillamente en la forma de anunciarse para un público concreto. Por ejemplo, un hotel que ofrece packs románticos y ubica en su web el distintivo adults only, seguramente no reciba muchas peticiones de familias, que normalmente buscan planes más asequibles e inclusivos. De hecho, el director de establecimiento del Hotel Neptuno, Armando Romero, reconoce que, aunque no es legal prohibirles la entrada de acuerdo con el artículo 14, sí recomiendan "que no lleven a los niños porque no van a estar a gusto".

La opinión del sector: tranquilidad y cierta flexibilidad

Paqui Fullana es la propietaria del hotel rural Son Vives Menorca, una finca de arquitectura tradicional menorquina con cinco habitaciones doble que se anuncia como "solo para adultos". "Desde el principio teníamos decidido que era únicamente para clientes adultos y parejas sin niños", cuenta a RTVE.es haciendo hincapié en el valor de la "tranquilidad".

"Además, el espacio que tenemos es reducido, no lo tengo apropiado para familias", justifica. También alude a la falta de practicidad de las habitaciones dobles a la hora de alojar a familias la Posada Isabel de Castilla, en Madrigal de las Altas Torres (Ávila): "Nuestras habitaciones no tienen camas supletorias. Fue por eso, no por otra cosa".

Sin embargo, la posada reconoce que ha llegado a cobijar a niños en sus estancias. "Me llaman y yo les comento que somos un hotel muy tranquilo", explica, pero "si el niño se pone a llorar mientras estamos desayunando en el comedor, tienen que salirse un momento hasta que se calme". "Aunque todos los que han venido hasta ahora se han portado muy bien", afirma.

Si yo te ofrezco diferentes alternativas, no estoy discriminando a nadie

Asimismo y como recuerda la letrada Giráldez, las grandes cadenas de hoteles justifican sus sedes 'solo para adultos' como no discriminatorias por su variedad de oferta, que también incluyen aquellos hoteles con packs reservados para familias con servicios como eventos infantiles. "Si yo te ofrezco diferentes alternativas, no estoy discriminando a nadie", explica.

Las consecuencias del rechazo social para los menores

Para la vicepresidenta de Espacio Crianza Leganés, Belén Fernández, la exclusión de la infancia va mucho más allá de este tipo de establecimientos solo, que son meras consecuencias de una sociedad que no siempre entiende a los niños. "En el día a día, a veces te ves forzada a no respetar el ritmo de tus propios hijos por no molestar a los demás", se lamenta. Y esto, según la profesional de Raíces Psicología, Verónica Pérez, puede ser gravemente perjudicial para ellos.

Solicitar a los niños que no muestren conductas propias de su edad como por ejemplo pedirles que no hagan ruido, que caminen más deprisa o que no se distraigan puede afectar a su autoestima, pues "crecerán creyendo que continuamente hacen las cosas mal". Mientras que muchos niños "tienden a inhibirse y no actúan por miedo a equivocarse", otros tienen un alto grado de frustración y muestran "conductas muy disruptivas y enfado".

Asimismo y como reconoce la psicóloga, "muchos padres pueden sentir un gran vacío cuando tienen a sus hijos, ya que su grupo social puede tender a alejarse".

Muestra de ello puede ser las invitaciones de boda que llegan a las parejas con hijos en las que no son bienvenidos los pequeños. "Obligan a los padres a elegir entre separarse de sus hijos o acudir a celebrar una unión, algo que en ningún caso deberían ser incompatible", afirma esta psicóloga.