Incidentes en una manifestación en Bruselas en contra de las medidas anti-COVID
- La policía ha utilizado cañones de agua y gas lacrimógeno para dispersar a algunos manifestantes
- El repunte de casos en Bélgica ha llevado al Gobierno a endurecer esta semana algunas restricciones
Unas 35.000 personas se han manifestado este domingo en Bruselas, Bélgica, en contra de las restricciones adoptadas para frenar la pandemia de coronavirus, en una marcha en la que se han producido incidentes entre la policia y los participantes.
La manifestación, autorizada por el ayuntamiento de la capital belga, partió de la estación del Norte para recorrer el centro de la ciudad bajo el lema "Juntos por la Libertad".
La policía ha utilizado cañones de agua y gas lacrimógeno para dispersar a algunos manifestantes, que protestan contra las medidas adoptadas a raíz del repunte de casos de covid-19 en el país, en particular la obligación de presentar el certificado de vacunación para acceder a lugares públicos
Según recogen los medios locales algunas personas han lanzado fuegos artificiales contra la policía, así como vandalizado algunos vehículos policiales, y habría algunos agentes heridos. Imágenes difundidas en redes sociales muestran a algunos participantes destrozando el mobiliario de algunas terrazas de bares que han encontrado a su paso y montando barricadas a las que han prendido fuego.
Un total de 44 personas han sido detenidas por diferentes motivos, ha informado la portavoz de la policía de Bruselas-Ixelles, Ilse Van de Keere.
Vacunación obligatoria para los sanitarios
Los organizadores de la marcha han denunciado en un comunicado "las medidas restrictivas de libertad, que no constituyen una solución estructural para la sanidad".
La policía ha hecho un importante despliegue para prevenir altercados como los registrados las dos últimas noches en los vecinos Países Bajos, donde varias decenas de personas han sido detenidas por participar en protestas contra las restricciones que degeneraron en violentos disturbios con varios heridos, incluidos dos por bala.
El repunte de casos de COVID-19 en Bélgica, dónde la incidencia acumulada subió un 19% en la última semana analizada, hasta los 1.346 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, ha llevado al Gobierno a endurecer esta semana algunas restricciones, aunque no se han cerrado sectores económicos ni se ha confinado a ciertos colectivos, como en otros países europeos.
Las medidas pasan fundamentalmente por imponer el teletrabajo obligatorio cuatro días a la semana y ampliar el uso de la mascarilla en el interior de establecimientos y lugares culturales, como restaurantes o cines, aunque para acceder a ellos se haya solicitado el certificado COVID.
Bélgica ya exige desde octubre presentar este documento -que prueba que el portador está vacunado, ha pasado la enfermedad o dado negativo en un test reciente- para acceder a la restauración y eventos culturales.
Además, el Gobierno ha introducido la obligación de vacunarse para todos los trabajadores sanitarios que, de lo contrario, a partir del 1 de enero verán suspendido su empleo hasta el 31 de marzo, fecha a partir de la cual su contrato será rescindido -con derecho al paro- o suspendido hasta que el trabajador se vacune si se opone al despido -en ese caso sin sueldo-.
Esta manifestación en la capital belga cierra un fin de semana de protestas en numerosos países europeos, coincidiendo también con un endurecimiento de las restricciones por el repunte de contagios, que ha llevado a Austria, por ejemplo, a decretar un nuevo confinamiento -de diez días- para toda la población que dará comienzo este lunes. Asimismo, ha habido protestas en Países Bajos y Croacia.