Cómo salir de la violencia de género: dos mujeres maltratadas cuentan su historia
- Sofía y Dayana, dos víctimas, han recuperado su vida, su independencia y su libertad
- Dos mujeres víctimas de violencia machista han muerto en Aragón en lo que llevamos de año
- El 016 es el teléfono de atención a las víctimas de violencia de género, es gratuito y no deja huella en la factura
“Yo te voy a matar porque hoy te mueres, hoy sí que te mato”, esa frase marcó un antes y un después en la vida de Sofía, nombre ficticio. Esa mañana, al escuchar esas palabras por parte de su agresor, cogió “fuerzas para llamar y denunciarlo”.
De ese día ya han pasado diez años. Diez años desde que dejó de recibir golpes de su maltratador. Ese día terminó su calvario como mujer víctima de violencia de género y empezó a vivir su vida, ella sola e independiente junto a su hijo. Ese niño fue uno de tantos menores que en nuestro país fueron o son testigos de cómo su madre sufre palizas a manos de su maltratador.
“Estaba completamente sola en este país, una extranjera con un niño muy pequeño, y salí“
Sofía relata a RTVE su historia de superación que, se agravó porque “estaba completamente sola en este país, una extranjera con un niño muy pequeño y salí”, por su seguridad no desvelaremos su procedencia.
Sus ángeles de la guarda, como ella las llama, son las trabajadoras de la Casa de la Mujer de Zaragoza, las que le ayudaron a recomponerse y reconstruir su vida tras el infierno.
Antes, cuando convivía con su maltratador, tenía miedo porque “creía todo lo que me decía. Me amenazó con que si le denunciaba la que iba a ir a la cárcel iba a ser yo y que me iban a quitar a mi niño los servicios sociales”.
“Me di cuenta de que era una víctima cuando empecé a ir a terapia grupal“
Sólo se dio cuenta de que era una mujer maltratada cuando comenzó a ir a “terapia grupal” y ver que “el resto de mujeres maltratadas sufrían lo mismo que yo”. Cuando le comenzó a plantar cara a su maltratador “él se ponía cada vez más agresivo porque veía que ya no le hacía caso. Dejé de hacer todo lo que me decía”, pero “siguieron las agresiones y los golpes”.
Aun así “me intentaba convencer de que era su palabra contra la mía y que nadie me iba a creer”, aseguraba. En la Casa de la Mujer de Zaragoza supo que llevaba años siendo una víctima: “necesité ayuda de una psicóloga y de más ayuda”. Cuando Sofía pidió ayuda se la dieron “toda y más”. Recibieron atención tanto ella como su hijo “psicológica y educativa”, también le dieron una casa de acogida.
“Si no es por la ayuda, yo seguiría igual. Pido a todas las mujeres que estén en una situación parecida a la que yo viví que sean fuertes y que den el paso, porque se sale. Yo salí, pedid ayuda porque existe y funciona. La administración funciona. Sed fuertes y, sí, es muy difícil, pero se sale”, concluye Sofía.
“Todas las mujeres que lleguen a la Casa de la Mujer tendrán toda la ayuda para su caso particular“
Elena Cortés, jefa de Sección de Programas de Igualdad del Servicio de Mujer e Igualdad, cuenta que cada mujer que llega a la Casa de la Mujer “en una situación diferente”. Porque hay algunas que ya han denunciado, otras que solo piden información, otras, asegura, que no saben cómo denuncia y “aquí les ayudamos con todo el papeleo”. Pero a “todas las que llegan aquí tienen una atención individualizada”.
“Un día me vi muerta y vuve que elegir entre vivir o esperar a que me matara“
Otra de las que han hablado a las cámaras de RTVE Aragón es Dayana, también nombre ficticio. Después de un divorcio pacífico conoció al que le llevaría al calvario de los malos tratos. Narra que “un día me vi muerta, cuando me ahogó tanto con la rodilla en el pecho”, y que tuvo que decidir entre “seguir viva o esperar a que me matara”, lamenta.
Un día, cuenta, que cuando él se fue a trabajar se “escapó” de esa casa. Corrió hasta una comisaría que la atendieron “estupendamente” y la ingresaron en el hospital, “tenía moretones de todos los tamaños y colores” por todo el cuerpo.
En la Casa de la Mujer de Zaragoza también la ayudaron a buscar una casa en la que estuviera protegida, también con el papeleo “porque no te apetece hacer nada, se te van las ganas de vivir”.
Dayana, cuando pasa por la puerta de la institución dice que se “santigua” como si fueran sus Diosas. Incluso les lanza un beso porque le devolvieron “la vida”. Ahora tiene ganas de “vivir mucho y bien y ojalá viva muchos años”.
Su mensaje es el mismo que el de Sofía: con ayuda se puede salir y se sale fuerte.
Datos
Dos mujeres han sido asesinadas en Aragón en lo que llevamos de año y 1.102 han pedido ayuda en Zaragoza En España han matado –desde el 1 de enero hasta el 8 de noviembre de 2021- a 37 mujeres y cinco niños, y 24 menores se han quedado huérfanos por culpa de la violencia de género.
También crecen las denuncias y aumentan los delitos sexuales. Las cifras, aun así, son demoledoras, 1.118 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o sus exparejas desde 2003 en España.