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Claves para identificar la violencia psicológica de género

  • A las mujeres que la sufren, les cuesta reconocerse como víctimas porque identifican la violencia de género con los golpes
  • Las estrategias del maltratador pretenden controlar a la mujer y someterla, anulando su personalidad
  • Hoy en Objetivo Igualdad "Violencia psicológica", a las 16.30h en Canal 24 horas

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La violencia psicológica es un proceso extendido en el tiempo
La violencia psicológica es un proceso extendido en el tiempo

La llaman la violencia silenciosa, porque no presenta las huellas visibles de las agresiones físicas. Por eso mismo es más difícil de reconocer por parte de las propias víctimas y de su entorno, ya que la sociedad asocia normalmente la violencia de género únicamente con los golpes. Últimamente se ha popularizado el concepto de "relación toxica" que puede suceder en todo tipo de parejas y hacia cualquiera de sus componentes, pero la que forma parte de la violencia machista tiene características específicas. El programa Objetivo Igualdad profundiza en ellas.

Está detrás de la mayor parte de los casos de violencia de género y muchos de los que terminan en asesinato han comenzado por largos años una violencia psicológica que se alimenta de la idea tradicional de sometimiento de la mujer al hombre. ¿Cómo reconocerla? "El objetivo que persigue el agresor es el control, el dominio, el sometimiento de la mujer", asegura Miguel Lorente, profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada. Para conseguir ese objetivo, el agresor pondrá en marcha una estrategia destinada a mantener el poder sobre la mujer.

Las claves de la violencia psicológica: cómo reconocerla y enfrentarse a ella

Cinco señales que delatan la violencia psicológica

- No se trata de un hecho aislado, sino de un proceso que se extiende en el tiempo, a veces a lo largo de años y va minando poco a poco por acumulación la autoestima de la mujer

- El control se extiende a todas las facetas de la vida de la mujer: vestimenta, actividades, relaciones, etc. y persigue anular su personalidad y someterla a las decisiones y los gustos del maltratador.

- El agresor aísla a la víctima de su entorno cercano -familia, amistades, contactos laborales- mediante críticas o amenazas. Ella se encontrará cada vez más sola y vulnerable, sin nadie a quien recurrir en busca de apoyo

- La humillación y el desprecio: "Eres una inútil, no vales para nada", "dónde vas a ir tú sin mi". El maltratador recurre a mensajes y actitudes agresivas pero también pasivas, el distanciamiento emocional, la desconsideración e incluso hacer "luz de gas" a la mujer y culpabilizarla de la situación

- La mujer termina cambiando su comportamiento, su aspecto y reduciendo su vida social en un intento de agradar y de evitar conflictos. Deja de ser ella misma y carece de iniciativa propia.

La anulación de la personalidad

"Te dejan sola, te van encerrando poco a poco. Yo estaba sola, no tenía ni vecinas, ni familia... Luego el problema nuestro es que les disculpamos. Yo cuando alguien me decía algo, respondía que él estaba muy estresado, que viajaba mucho...", asegura Rosalía Vicente. Ella consiguió salir de más de veinte años de maltrato, sobre todo violencia psicológica, y reconstruyó su vida gracias a la Fundación Ana Bella.

El peso psicológico de la violencia de género en las mujeres mayores

La larga trayectoria de la violencia es una de las características más claras y la encontramos por ejemplo en las víctimas mayores de 65 años. En 2019, la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género hizo un estudio de estas mujeres mayores. El 40% había sufrido violencia durante más de 40 años y el 27%, entre 20 y 30 años. Las personas expertas coinciden en que muchas víctimas no se identifican como tales, que creen que si no hay golpes no hay violencia de género, incluso caen en la trampa de la culpabilización y piensan que todo es responsabilidad suya.

Los agresores logran que las mujeres vean la realidad a través de sus ojos

Otra característica del agresor es la amenaza de hacerse daño él mismo o hacérselo a los hijos o las personas cercanas a la mujer para responsabilizarlas más aún. La salida de ese círculo vicioso es complicada. "Los agresores hacen que las mujeres se vean a través de los ojos de él mismo, del maltratador. Logran que su realidad sea la realidad del agresor. Imponer desde fuera que ellas actúen no es eficaz. Hay que buscar una proximidad, ese acercamiento a su situación para poder mejorar poco a poco y romper con esos lazos traumáticos que genera el agresor", afirma Miguel Lorente.

Para salir de la violencia siempre hay tiempo, nunca se es mayor

"Para salir de la violencia siempre hay tiempo, nunca se es mayor", subraya Rosalía Vicente, que ahora trabaja con la Fundación Ana Bella para ayudar a otras mujeres a salir de la violencia y sobrevivir a ella: las escuchan, acompañan, aconsejan y ayudan en los juicios o a la hora de formarse para conseguir un empleo.

Tu palabra contra la mía

También opera la posible dependencia económica del agresor, agravada por la inseguridad y el complejo de inferioridad que termina teniendo la mujer debido a la estrategia del maltratador. A esto se une que la víctima cree más difícil que una denuncia llegue a ser efectiva, al no disponer de pruebas físicas como partes de lesiones, que la respalden. A menudo, es incluso el agresor el que responde ante la posibilidad de una denuncia con el "será tu palabra contra la mía.

La presidenta de la Comisión de Igualdad del Consejo General de la Abogacía, Marga Cerro, es tajante: "Yo le digo a esas mujeres que no es así. La violencia psicológica se puede probar. El testimonio de la víctima basta para hacerlo y el Tribunal Supremo ya tiene jurisprudencia más que asentada en la que explica que el solo testimonio de la víctima puede bastar para que se pruebe la culpabilidad del agresor".

El testimonio de la víctima basta para probar la violencia psicológica

Pero además puede haber otros testigos. La acción del entorno es fundamental, aunque la víctima haya quedado más aislada y se pueden reconocer los signos externos de la violencia psicológica: "Hay una realidad y es que esa mujer que se conocía antes de sufrir la violencia es una mujer distinta, más triste, encerrada sobre sí misma, que no participa en las iniciativas del grupo, de la familia o las amistades, una mujer que siempre tiene prisa por alejarse de ese tipo de relaciones y que se siente culpable de lo que está sucediendo".

El testimonio de familiares y allegados es importante, pero en un proceso, también se pueden practicar pruebas periciales: "Acreditan que existe un daño en la víctima, que ese daño lo ha causado una situación específica, en este caso la agresión psicológica, y que hay un nexo de causalidad entre la lesión que tiene a nivel psicológico con la persona que se lo ha causado", subraya Marga Cerro. Esta abogada recuerda que entre otros mecanismos al servicio de las víctimas, en todos los Colegios de la Abogacía existen equipos especializados que pueden ayudarlas de forma gratuita: "Que acudan a ellos antes de presentar la denuncia y la aconsejarán y acompañarán para que esa denuncia esté bien formulada", aconseja.