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Día Mundial de la Lucha contra el Sida

VIH: la otra pandemia que aún lucha contra el estigma

  • La aparición dela Covid-19 ha empeorado las perspectivas de detección y prevención del VIH
  • Cada año se diagnostican en España cerca de 3.500 casos

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Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso - Día Mundial de la Lucha contra el Sida: "El impacto del covid sobre el VIH ha sido muy importante"

Hace 40 años que el VIH y el Sida se encuentran entre nosotros. Cada año, se diagnostican cerca de 3.500 casos en España y alrededor de un millón y medio en el mundo. Cada 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, una pandemia que aún no ha finalizado, pero que ha cambiado mucho a lo largo del tiempo.

Cuando salió a la luz por primera vez, el diagnóstico se concebía prácticamente como una sentencia de muerte. El síndrome de la inmunodeficiencia adquirida se ha llevado la vida de 36 millones de personas en todo el planeta. Ahora, las perspectivas para los que la padecen son muy distintas. Aún no se ha encontrado una vacuna eficaz, pero los tratamientos actuales lo convierten en indetectable e intransmisible. “Hemos bajado el número de muertos relacionados con la enfermedad en un 65% y el número de nuevas infecciones en un 54%”, explica François Vanni, directora de Relaciones Externas del Fondo Mundial para la lucha contra el Sida, la tuberculosis y la malaria.

Desafortunadamente, en muchos países y contextos aún existe discriminación, estigmatización y, en algunos casos, incluso criminalización

Los pacientes pueden llevar una vida normal sin ningún tipo de riesgo, pero aún se enfrentan a uno de los mayores síntomas: el estigma. “Desafortunadamente, en muchos países y contextos aún existe discriminación, estigmatización y, en algunos casos, incluso criminalización”, lamenta Vanni.

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Carol tiene 38 años y hace tres que fue diagnosticada. “Yo en mi trabajo puedo contar que tengo problemas de artrosis, pero no voy diciendo que tengo VIH”. Al miedo al rechazo se suma el sentimiento de culpabilidad. “Cuando te dan el diagnóstico, sobre todo, sueles pensar que tienes la culpa, que lo podías haber evitado”, confiesa.

Los efectos de la otra pandemia

Alberto Díaz de Santiago, internista en la unidad de infección por VIH del hospital Puerta de Hierro, lo deja bien claro: con el virus indetectable en sangre, desaparece el riesgo de contagio. “No va a pasar nada en una relación sexual jamás, aunque se rompiera un preservativo, aunque no lo utilizarais porque la relación fuera a más y la pareja ya fuera cerrada y estable”.

Hace casi dos años que otra pandemia irrumpió en el mundo. “El impacto del covid-19 sobre el VIH ha sido muy importante”, dice François Vanni. Desde marzo de 2020, las pruebas diagnósticas han disminuido en un 22%. También se han limitado los programas de prevención, puesto que un 11% menos de personas se han podido beneficiar de ellos. “Nos preparamos para algunos incrementos en cuanto a los casos que se van a descubrir después y que no se están detectando a tiempo”, vaticina Vanni. Por el contrario, se ha registrado un aumento del 9% en los tratamientos antirretrovirales.

Sida y mujer, un binomio complicado

Los tratamientos que sí han sufrido un descenso a raíz del covid-19 son los destinados a las madres, que pretenden evitar que se transmita el virus durante el embarazo. El sida en mujeres es un terreno más desconocido. Si bien es cierto que, entre los nuevos contagios del virus, solamente un 15% corresponden a mujeres, representan entre el 30 y el 40% de los pacientes en las consultas de seguimiento de la enfermedad.

El desconocimiento lleva aparejadas consecuencias más graves. Alberto Díaz de Santiago, de la unidad de infección por VIH del hospital Puerta de Hierro, advierte de la acusada infrarrepresentación de las mujeres en los ensayos clínicos: “Al aplicar los medicamentos a estas personas que no están tan representadas en los ensayos, te puedes encontrar sorpresas de eficacia”.

El diagnóstico en las mujeres también suele ser más tardío que en los hombres. A ello, se suma el factor de la maternidad. Hace 30 años, cuando a Ana Rosa se diagnosticaron la enfermedad, le impidieron ser madre. “En caso de quedar embarazada me hacían abortar, porque no querían que nacieran bebés enfermos”.

Ahora, los tratamientos permiten a las mujeres con VIH tener hijos totalmente sanos. Lo que parece no abandonarlas es el señalamiento y el estigma. “Muchas son madres y les preocupa que su enfermedad impacte en la vida de sus hijos e hijas. En comunidades pequeñas, sobre todo, les preocupa que les pongan el dedo”, cuenta Nuria Gatell, técnica de proyectos en la Coordinadora estatal de VIH y Sida (CESIDA).