Rapear en femenino: libertad y sororidad a ritmo de rap
- Flavia Beaka, Eskarnia y el Colectivo Free Sis Mafia alzan sus voces en un sector muy masculinizado
- El rap siempre es reivindicativo, una forma de lucha que incluye el feminismo
- Puedes ver Objetivo Igualdad este sábado a las 16.30 en el Canal 24 horas y en RTVE PLAY
Flavia Beaka, 35 años, madrileña de Vallecas, lleva más de 20 años rapeando. No se considera una veterana, aunque recuerda bien como con 12 o 13 empezó a escribir sus versos y la vergüenza que sentía cuando quería cantarlos en público. "Cuando empezaba sí que en algún momento me he sentido discriminada, cuestionada. Entonces se hacían corros en la calle para cantar y cuando con 14 o 15 años quería entrar en un corro, no me veían capaz y me preguntaban: ¿Ah, pero cantas? refiriéndose a que podía a cantar soul, reggae, pero no rapear. En ese sentido me sentía un pelín desplazada", confiesa a RTVE.
Pasados los años dice sentir el respeto de los y las que se dedican a este estilo musical nacido en los años 70 en los barrios del Bronx y Harlem en la ciudad de Nueva York, dentro de una cultura urbana denominada Hip Hop que incluye también el breaking dance los grafittis.
"Rap significa ritmo y poesía, y de eso se trata", explica Flavia Beaka: "Es una forma de hacer música siguiendo unos patrones rítmicos para enlazar las frases siempre con un sentido, siempre para reivindicar algo".
“El rap siempre es reivindicativo“
“Mi rap reivindica sobre todo la libertad. Me considero una persona libre en cuanto a lo que hacer, en cuanto a lo que pensar. Reivindico las raíces porque soy bicultural y tengo que mencionar que en la música nunca me he sentido discriminada por ser negra, pero en el deporte, en el trabajo, en la escuela..., en esos sitios sí”, afirma Flavia Beaka, que además de rapera es jugadora y entrenadora de futbol sala.
El espacio para las mujeres en este género musical es complicado. Es una industria muy masculinizada, liderada por hombres. “Solo hay que ver los carteles de los festivales más importantes, el 90 o el 95% siempre son varones. Rara vez se ve a una mujer. Y si miras en internet, siempre salen hombres primero y pocas veces salen mujeres y si salen mujeres siempre salimos las últimas, eso cuando aparecemos”, explica Beaka, que añade que "todo eso" ocurre "a pesar de que hay muchas mujeres haciéndolo muy bien". "No sé por qué se habla de rap femenino y nunca de rap masculino", se pregunta esta rapera, que está a punto de sacar su sexto trabajo con el nombre de Alétheia.
“"Yo hambrienta de mi propio corazón, no deseo éxito, no peleo por la corona, tengo mi sitio. Así es cómo me explico siempre yo. No fuerzo el léxicono parecéis inteligentes ni cerrando el pico"“
“Estricto” (2021) Flavia Beaka
Eskarnia empezó allá por el año 2000 en el rap underground. Ahora con 35 años, está preparando su segundo álbum: Con K de EsKarnia. Para esta rapera y actriz transdisciplinar ser mujer es una sensación, por eso dice: "Es difícil ser mujer no solo en el rap sino en la vida".
Directa y contundente recuerda cómo a ella cuando empezó con 15 años le decían: "Anda, si no rapeas como una chica" y eso la descolocaba. Entonces sorprendía y ahora sigue sin normalizarse la presencia de las mujeres en el rap, asegura. "Han cambiado los referentes, pero no han cambiado tantas cosas. Entonces llamábamos mucho la atención, hoy se está abriendo más la sociedad, pero sigue siendo igual de complicado ascender", explica.
“Ser mujer es difícil también en el rap“
“Mis temas son feministas porque hablan de mí. Soy una mujer, sufro y vivo unas cosas determinadas, así que como creo en el feminismo, pues mis letras están impregnadas, de forma natural. Sin embargo, no utilizo palabras políticas, aunque sé que hay una corriente de rap feminista y trans feminista muy fuerte en España“, nos dice esta artista interesada en la fusión que se ha atrevido a versionar a Quevedo, Marifé de Triana o Gloria Fuertes. "Me interesa rescatar algunos discursos, darles otro matiz, filtrarlo y traerlos al siglo XXI", explica Eskarnia.
En su papel de productora musical y dinamizadora de talleres de rap Eskarnia está detrás del colectivo 'Hip Hop por mujeres', con el que más de 60 artistas del panorama nacional e internacional quieren visibilizar el arte urbano hecho por mujeres, hacer del rap una herramienta de trasformación social.
“"Es enorme la desigualdad, denuncia falsa no es, sólo hablo con sinceridadno quiero balas y van a llover. El dinero aprovecha tu debilidad. Te han encerrado en casa de muñecas. Me quieren sexy, me quieren pulcrabailando dentro de mi tumba“
Unirse para rapear
El colectivo Free Sis Mafía son un grupo de amigas con un proyecto musical en común. Laura Siyahamba, Duku, Salvia, Candela Cuore y Huda tienen estilos diferentes, pero afines. Por eso han unido sus voces para disfrutar de la música y para grabar su primer single, Codeine Love, que se publicará antes de final de año.
Madrileñas y menores de 26 años dicen no hacer música para mujeres, aunque reconocen que su público sí que es femenino. Alérgicas a las etiquetas niegan que por ser raperas tengan que hacer un rap feminista. "Por ser mujer muchas veces te intentan encasillar. Nuestro colectivo intenta salir de ese cliché, eres mujer haces rap, pues será feminista. Mi discurso es feminista porque yo soy feminista", declara Huda con contundencia. Duku insiste: "Somos feministas, somos ciudadanas, somos hermanas, nuestro discurso no se centra en hacer un discurso político feminista, sin embargo, cualquier frase nuestra es feminista porque lo somos".
“Algunos carteles buscan mujeres raperas para la cuota“
Laura Siyahamba reconoce que mucha gente aún se sorprenden de que rapee siendo una "piba” y explica que todavía hay muchas discriminaciones en un estilo de música que, como la sociedad misma, está muy masculinizado. "Lo que sí nos ha pasado es que nos quieran en un cartel por el hecho de ser mujeres, sin saber si les gusta lo que hacemos, si es que nos han escuchado. Parece como si fuera la manera de dar visibilidad a las mujeres, una especie de cuota", cuentan estas jóvenes raperas.
"Ahora mismo ser intercultural, ser abierto, ser feminista o antirracista vende, y muchas empresas lo usan para blanquear su imagen. Hay veces que lo vemos como la etiqueta, como el porcentaje que hay que cumplir", resume Duku. Además, opinan que se mercantiliza una imagen de mujer guapa, sexi con la que no están de acuerdo. "La industria nos intenta utilizar, aunque nosotras tratamos de trabajar con libertad. Trabajamos con quien nos da buena vibra, con quien de verdad le guste nuestro trabajo y no porque seamos chicas, chicos o lo que sea", corrobora Salvia.
Referentes femeninos
Cuando se le pregunta a las mujeres que hacen rap ahora por sus referentes salen siempre los mismos nombres. "El día que oí por primera vez a La Mala Rodríguez pensé: ¿Quién es esa señora tan poderosa, que se codea con todos los hombres? ¿Podría yo hacer eso? Tal vez si no la hubiera escuchado, ahora no estaría dedicándome a esto", reflexiona Duku.
Eskarnia recuerda con nitidez su experiencia al escuchar a Ariadna Puello: “Tenía un disco, El gancho perfecto, que no paraba de escuchar. Me identificaba con sus letras, ella hablaba de la calle, de la lucha, con una fuerza, con unas frases que me atravesaban. Incluso lloraba con sus temas. Yo quiero hacer eso, pensé, quiero ser música, quiero hacer música para que otras se emocionen".
Ariadna Puello, Mala Rodríguez, Lady Yaco, Mefe, Gata Cattana Shuga Wuga son algunos de los nombres de mujeres raperas referentes de las que ahora hacen rap. Voces fuertes que han inspirado a unas mujeres dispuestas a dar la batalla del verso y quizás también a convertirse en referentes a su vez de las más jóvenes.