La mortalidad materna está "infraestimada" en España: "Es imprescindible crear un registro nacional"
- El INE no recoge todas las muertes, lo que dificulta comprender las causas y disponer de tratamientos
- Hemorragias, preeclampsias y sepsis son las complicaciones con más riesgo, pero puede haber más causas en la sombra
Una ginecóloga y una anestesista corren hacia el quirófano. La matrona acaba de informar de una complicación en el parto: la vida de la madre está en juego. Los profesionales, nerviosos y con la cabeza fría, actúan con rapidez y precisión para salvar a la mujer y su bebé. Pero en esta ocasión, por suerte, se trata solo de un simulacro.
En los cursos de simulación como el organizado hace unas semanas en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid, médicos de toda España aprenden técnicas para cortar hemorragias posparto y practican las maniobras para sacar al bebé con distocia de hombros, esto es, cuando se queda trabado detrás de la pelvis de la madre. En definitiva, se preparan para reaccionar ante las raras (aunque posibles) emergencias en el parto.
"Son complicaciones muy infrecuentes, pero por eso mismo te da más miedo. Es algo grave que, encima, no estás acostumbrado a tratar", cuenta Jara Gallardo, una de las ginecólogas que ha asistido al simposio. Sus impulsores están convencidos de que estos "entrenamientos" son una de las claves para reducir, aún más, los riesgos de mortalidad materna en España y mejorar la salud de las madres y bebés. El otro reto pendiente está en las estadísticas.
La mortalidad materna en España está infraestimada en un 48 %
"Los datos de Instituto Nacional de Estadística (INE) no reflejan la cantidad exacta de mujeres que fallecen por el embarazo", denuncia el doctor Óscar Martínez, obstetra del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, que asegura que la "infraestimación" de la mortalidad materna en España es de hasta un 48 %. Así lo desveló y cifró un estudio de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia en 2015 tras encuestar a diversos hospitales y extrapolar los datos al resto del país: los números no cuadraban.
Y había más pistas. Según los datos del INE y el Ministerio de Sanidad, en la década que va de 2007 a 2016 murieron una media de 15,5 mujeres embarazadas cada año en nuestro país, algo más de tres muertas por cada 100.000 nacidos. La tasa está muy por debajo de las medias europeas, que ascienden hasta los seis decesos por cada 100.000 nacidos. ¿Por qué? El sistema nacional de salud ha probado su buen hacer, pero eso no es suficiente para explicar que la mortalidad caiga a la mitad respecto a los países del entorno.
Para el doctor Martínez, el motivo de la infraestimación está en la falta de un registro nacional con una comunicación obligada y unos criterios homogéneos. Es necesario concretar de qué hablamos cuando hablamos de mortalidad materna. Entonces, podremos medir el problema y actuar.
Hemorragias, preeclampsias y sepsis, las principales complicaciones
"Siempre son lo mismo: la hemorragia, la preeclampsia y la sepsis. Sabemos cuáles son las tres medallas, pero no sabemos si son oro, plata o bronce". El obstetra Óscar Martínez comienza hablando de las tres principales causas de mortalidad materna directa, es decir, las causas "puramente obstétricas" que llevan a que una madre muera.
Aunque se desconoce cuál es predominante (el dato puede cambiar cada año), esas mismas son las tres complicaciones que se ceban con las mujeres que dan a luz en países pobres y, sobre todo, en contextos de crisis humanitaria. La mortalidad materna es "inaceptablemente alta" en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, y el 99 % corresponde a regiones en desarrollo: más de la mitad al África subsahariana y casi un tercio a Asia Meridional.
En cambio, en España, los problemas durante el embarazo y el parto son más una cuestión de salud y bienestar, que de mortalidad. El doctor González pone en un ejemplo reciente: "en 2013-2014, cuando se revisaron los datos en Inglaterra de por qué se morían las mamás, vieron que era porque había trombos en el pulmón después de cesáreas. Gracias a ese sistema, todos los ginecólogos ponemos una heparina después de la cesárea para evitar los trombos". Perfeccionar las técnicas mediante el entrenamiento y aumentar la información disponible en las estadísticas repercutirá directamente en la salud de las madres y los recién nacidos, "los registros de mortalidad ayudan a mejorar la atención en los hospitales".
Esto es cada vez más importante en nuestro país porque complicaciones como la hemorragia y, sobre todo, la preeclampsia, "son más frecuentes en aquellas mujeres más mayores que se someten a técnicas de reproducción asistida", según el obstetra, "factores de riesgo" habituales entre las madres españolas y que también afectan a la salud de los bebés. "Supone que tengamos que adelantar los partos porque las mamás están graves y hay que acabar con la gestación", continúa González. "Eso hace que haya más bebés que son prematuros".
Causas violentas, los datos en la sombra
El embolismo pulmonar, en cambio, se inscribe en lo que los ginecólogos denominan "mortalidad materna indirecta", porque la provoca una enfermedad que existe antes o durante el embarazo y que se agrava por los efectos fisiológicos de la gestación. Los problemas cardiovasculares y cerebrovasculares son buenos ejemplos, pero hay más: accidentes de tráfico, suicidios, violencia de género…
El doctor Martínez asegura que los traumatismos, es decir, las causas violentas (sean infligidas o autoinfligidas) estarían detrás de mucha de la morbimortalidad materna en España. "Es muy, muy importante y están subiendo muchísimo", señala. Sin embargo, no existen datos de nuestro país para poder corroborar esa hipótesis, que se refleja en las estadísticas de otros países industrializados, como Estados Unidos.
Para poder dar respuesta a estas incógnitas y "llenar el agujero tremendo" de datos, el equipo del Puerta de Hierro está poniendo en marcha un registro nacional entre un grupo de hospitales. Sentaron un precedente con el registro OBSCOVID, tras detectar el riesgo para las embarazadas durante la quinta ola del coronavirus y ahora quieren extenderlo al resto de causas y factores. Su objetivo es "ayudar al INE a tener las mejores estadísticas para detectar aquellas causas que sean tratables" y mejorar los tratamientos "mediante del entrenamiento multiprofesional y gracias a la simulación".
Entrenarse para las emergencias
Los entrenamientos por simulación son un método para mejorar los servicios médicos y sanitarios afianzado en países como Reino Unido o Francia, sin embargo, suponen casi una ‘novedad’ en España. "Nuestro país tiene un retraso enorme en este tipo de programas que están muy bien documentados", lamenta González, que se remonta a la Guerra de los Siete Años (1756) para señalar algunos de los primeros casos conocidos.
En ellos, "te pones nervioso, actúas y te anulas como si fuera de verdad. Aprendes muchísimo", cuenta a RTVE.es una de las ginecólogas participantes en el último programa en el Hospital Puerta de Hierro. Los resultados sobre su utilidad para mejorar la salud de las madres y los bebés también son concluyentes. "Hemos demostrado que en los últimos años, desde que entrenamos la resolución de una emergencia que se llama distocia de hombros, se ha reducido prácticamente a cero la parálisis braquial obstétrica permanente, que es la (secuela) más grave, la que hay que operar porque los niños quedan seriamente tocados", subraya el especialista Óscar González. Su equipo ha colaborado también con Naciones Unidas para llevar a Guinea Ecuatorial el programa de simulación con profesionales médicos y sanitarios.
Los ginecólogos y obstetras consultados recuerdan que sus pacientes son mujeres jóvenes y sanas que, por fortuna, en España no suelen tener complicaciones graves y mucho menos morir en el parto gracias al sistema sanitario. Pero, precisamente porque hablamos de mujeres jóvenes y niños, cada mínima mejora tiene un eco enorme en toda la sociedad.