Bruselas propone revisar el 'espacio Schengen' para afrontar futuras crisis sanitarias o migratorias
- Los migrantes interceptados moviéndose entre estados de manera irregular podrían ser devueltos a su país de origen
- Además, consideran los controles en las fronteras internas como "una medida de último recurso"
La Comisión Europea ha propuesto este martes una revisión del Código de Fronteras Schengen para responder a nuevas amenazas, desde el uso de los migrantes como arma política al cierre de fronteras entre los países de la Unión Europea, como ha ocurrido desde que comenzó la pandemia de COVID-19.
Según Bruselas, los cambios sugeridos, como que las policías de distintos países de la UE cooperen en zonas fronterizas para identificar a migrantes irregulares y devolverlos al Estado miembro de donde procedan, aportarán "una mayor coordinación" entre los Estados miembros y les ayudarán a afrontar mejor los nuevos retos al gestionar tanto las fronteras interiores como con terceros países.
Esa posibilidad sería una "alternativa" al cierre de las fronteras internas, que desde hace seis años aplican, por diferentes motivos, seis países del espacio Schengen: Francia, Alemania, Austria, Dinamarca, Suecia y Noruega (este último no es miembro de la UE).
Partiendo de que el espacio de libre circulación Schengen es uno de los grandes hitos de la UE, el Ejecutivo comunitario insiste en que la reintroducción de controles en las fronteras internas debe "seguir siendo una medida de último recurso", puesto que "los chequeos en las fronteras interiores crean irritación" entre países vecinos, ha señalado la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson.
Con las propuestas de este martes, "fortaleceremos esta joya de la corona tan emblemática de nuestro estilo de vida", ha dicho en rueda de prensa el vicepresidente comunitario Margaritis Schinas.
Respuesta coordinada a amenazas compartidas
La propuesta de la Comisión busca extraer las lecciones de la pandemia y garantizar que existan sólidos mecanismos de coordinación para hacer frente a las amenazas en el ámbito de la salud.
Ello permitirá al Consejo adoptar rápidamente normas vinculantes que establezcan restricciones temporales de viaje en las fronteras exteriores en caso de una amenaza para la salud pública. Estas restricciones incluirá exenciones, como los viajeros esenciales, así como para los ciudadanos y residentes de la Unión.
Este proceso garantizará que las restricciones de viaje se apliquen de manera uniforme, basándose en la experiencia de los últimos años. Se incluye también un nuevo mecanismo de salvaguardia para dar una respuesta común en las fronteras dentro de la UE ante amenazas que afecten a la mayoría de los Estados miembros, de tipo sanitario, de seguridad interior o de otro tipo.
Este último aspecto permitirá autorizar los controles en las fronteras interiores mediante una decisión del Consejo en caso de una amenaza compartida.
Alternativas a los controles en fronteras interiores
La CE también prevé normas para promover alternativas eficaces a los controles en las fronteras interiores. Entre ellas se incluye un procedimiento más estructurado para cualquier reintroducción de controles, con más salvaguardias.
Además de tener que evaluar la idoneidad del cierre de fronteras y su probable impacto en la libre circulación de personas, se deberá analizar las consecuencias en las regiones fronterizas.
Por otra parte, un Estado miembro que esté considerando la posibilidad de prolongar los controles ante "amenazas previsibles" deberá evaluar primero si podría ser más apropiado llevar a cabo "controles policiales selectivos y una cooperación policial reforzada", ha indicado la Comisión.
En todos los casos, los controles fronterizos temporales no deberán exceder un período total de 2 años, salvo en circunstancias específicas. Otra idea extraída de la pandemia es que los Estados miembros que reintroduzcan controles interiores deberán tomar medidas para limitar los impactos negativos en las regiones fronterizas y el mercado interior, por ejemplo facilitando vías para los trabajadores transfronterizos y carriles verdes para los bienes de primera necesidad.
Movimientos no autorizados
Otra novedad propuesta por la CE es el procedimiento para responder a "los movimientos no autorizados dentro del espacio Schengen" en operaciones policiales conjuntas y permitiendo que los Estados miembros revisen los acuerdos de readmisión existentes entre ellos o celebren pactos.
El Código Schengen, ha dicho Schinas, "no incluye nada" sobre los llamados "movimientos secundarios": los desplazamientos de migrantes irregulares desde países en primera línea, como España o Italia a los destinos donde quieren solicitar asilo. Esos desplazamientos, según la CE, son un problema que afecta en particular a Austria, Bélgica, Países Bajos, Francia y Alemania.
Tras lo ocurrido en Bielorrusia, donde miles de migrantes llegaron durante meses atraídos por el régimen de Alexander Lukashenko para tratar de cruzar las fronteras de la UE, la Comisión ha decidido dotarse de medidas para responder a la amenaza de una guerra híbrida. En particular, la propuesta plantea que los países puedan tomar medidas para gestionar las fronteras exteriores de la UE, por ejemplo limitando el número de pasos fronterizos e intensificación de la vigilancia en las fronteras. Si una patrulla fronteriza intercepta a migrantes moviéndose entre estados de manera irregular, podría mandarlos de vuelta al país del que salieron.
Para esos casos, Bruselas propone también medidas adicionales relacionadas con el asilo y retorno de la UE. Para su adopción, las propuestas deberán ser aprobadas tanto por el Consejo (países) como por el Parlamento Europeo.