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2021, el año en que el 'vete al médico' en el Congreso puso el foco político en la salud mental

  • Se ha aprobado la primera estrategia de salud mental en 12 años y el Congreso tramita una ley sobre esta cuestión
  • Tras la polémica en el Congreso, hay "competencia" política por ver "quién abandera" estas políticas, dice una experta

Por
Íñigo Errejón
El diputado Íñigo Errejón (Más País), a quien otro diputado le gritó "vete al médico" cuando realizó una pregunta sobre salud mental en el Congreso.

La salud mental nunca había tenido el protagonismo de otros temas clásicos en el Congreso de los Diputados. Cataluña, ETA, el rey emérito, el CGPJ, ahora la pandemia o antes Venezuela son los grandes ‘hits’ que han salido de forma recurrente en los debates políticos. Los titulares grandilocuentes, las polémicas, hipérboles o enfrentamientos entre líderes copaban el foco mediático y la salud mental tradicionalmente ha pasado desapercibida salvo excepciones. Pero en marzo de 2021, tras un año en que la pandemia había puesto a prueba el estado anímico y mental de los españoles, una de esas polémicas tocó de lleno a la salud mental y la puso sobre el mapa. Fueron tres palabras las que hicieron falta: “Vete al médico”.

Ocurrió en una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, como las que suelen darse los miércoles. El líder de Más País, Íñigo Errejón, había registrado la siguiente pregunta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: "¿Tiene un plan de choque el Gobierno para abordar el problema de la salud mental?". Una pregunta que en apariencia hubiera pasado desapercibida de no ser por alguna risa en el Hemiciclo y el grito de uno de los diputados del PP mientras Errejón exponía sus argumentos: “Vete al médico”. Tres palabras que causaron indignación entre otros líderes políticos, que reprocharon el comportamiento y finalmente el diputado del PP pidió públicamente disculpas por la salida de tono.

Desde entonces, el foco político en la salud mental se ha intensificado (por parte de todos los partidos, más involucrados en esta cuestión) y ha dejado algunos avances. Uno de los últimos, a principios de este mes, cuando España ha aprobado la primera estrategia de salud mental en 12 años con el respaldo de todas las comunidades autónomas. Estará centrada en prevenir las conductas suicidas cuando en el país fallecen por este motivo casi once personas al día, una aproximadamente cada dos horas. Y es que la tasa de suicidios aumentó en 2020, año del coronavirus.

Estrategia de salud mental, teléfono 24h contra el suicidio y 100 millones en tres años

Sánchez también ha incorporado en su discurso más espacio para esta cuestión y el pasado mes de octubre anunció públicamente un teléfono 24 horas contra el suicidio y un plan de 100 millones de euros (trasladado a los Presupuestos Generales del Estado) destinados a la salud mental para el periodo 2021-2024.

Solo un día después, Unidas Podemos, socio del Gobierno de coalición, registró en el Congreso su ley de salud mental, que está en fase de tramitación y que pretende incrementar la ratio mínima de especialistas en psicología y psiquiatría hasta 18 por cada 100.000 personas y hasta 23 enfermeros. Y es que según el informe “Headway 2023 - Mental Health Index”, España está a la cola en Europa con un total profesionales destinados a la salud mental, sumando psiquiatras, psicólogos y enfermeros especializados, de 25 por cada 100.000. El Defensor del Pueblo también ha puesto en evidencia, según los datos del Ministerio de Sanidad de 2018, que en España solo hay seis psicólogos de la sanidad pública por cada 100.000 habitantes.

Aparte de las medidas, las iniciativas y debates sobre salud mental han incrementado en el Congreso y también en los parlamentos autonómicos. Este mismo martes, por ejemplo, hubo un pleno monográfico de salud mental en el Parlament de Cataluña. En verano, la Asamblea de Madrid aprobó la petición al gobierno regional para impulsar un Plan de Choque en Salud Mental medidas “integrales y urgentes”.

No es que estos temas antes pasaran desapercibidos pero no se les ha dado luz salvo en momentos de crisis

“No es que estos temas antes pasaran desapercibidos, simplemente estaban en la oscuridad, no se les ha dado luz a no ser que haya momentos puntuales de crisis” como la del coronavirus, expone a RTVE.es María José Méndez, doctora en Sociología y Ciencia Política y profesora de la Universidad Complutense de Madrid.

"Una polémica que catapultó el tema en la agenda pública"

Los temas sectoriales o de políticas públicas pocas veces tienen espacio en los medios de comunicación. Pero una polémica política derivó en que se catapultase el tema en la agenda pública”, señala la politóloga Mireia Castelló. Recalca que siempre ha habido debates, interpelaciones y preguntas al Gobierno sobre salud mental, pero hasta entonces no “trascendían”. “Pasaba antes con la violencia de género. Se abordaba pero no había un debate público amplio” hasta que no hubo el “detonante” del caso de Ana Orantes, asesinada en 1997, explica Castelló.

Lo que Errejón puso sobre la mesa en marzo, entre otras cuestiones, fue que la sociedad haya normalizado los psicofármacos. "Diazepam, Valium, Lexatin... ¿En qué momento hemos normalizado que tenemos que vivir medicados?", se preguntó. La potencia de su discurso entonces, señala Méndez, es que “todos tenemos o conocemos personas que tienen depresión o amigos que lo pasan mal y no hay espacio dentro del programa nacional de salud para todos”. Por lo que aquel “vete al médico” fue “una salida de tono” que dio “visibilidad” al problema. Fueron unas palabras que “implicaron exclusión” a una parte de la sociedad que se ve afectada por los problemas mentales, algo que “es contrario a los intereses de todos los españoles y de lo que dice la Constitución”.

En marzo de 2021 el CIS reveló que un 21,5% de los españoles preguntados afirmó haberse sentido “decaído, deprimido o sin esperanza” durante la pandemia y que se había doblado la prescripción de psicofármacos. Pese a la gravedad de los datos, la doctora en Sociología y Ciencias Políticas y experta en Salud Pública Ana Rico destaca la importancia que ha tenido la pandemia para que la sociedad haya “desestigmatizado a los enfermos de salud mental”. Se ha "demostrado que personas que funcionan perfectamente dejan de hacerlo por estar confinados en sus casas y que no es algo solamente genético”.

Aún así, la postura de "vete al médico" "refleja la posición que una parte de la sociedad podía tener. El pensar ‘cállate, vete al médico y no nos des la tabarra con ese tema’”, expone el sociólogo y experto en política de la UCM Jaime Ferri, quien destaca lo importante fue que se produjera la disculpa pública para normalizar en la sociedad los problemas mentales y que se pueda buscar ayuda. Porque “la visibilización de la clase política revierte que en la sociedad se pueda hablar” de estas cuestiones, ya que es algo que se “retroalimenta”.

Hay parte de estrategia política sobre "quién abandera" esta cuestión

Ocurre también cuando los políticos se solidarizan con los personajes públicos que han manifestado abiertamente que tienen algún problema de salud mental. El ejemplo más reciente ha sido el fallecimiento de la actriz Verónica Forqué, que ya había hablado de ello en varias ocasiones. Los mensajes desde el ámbito político fueron generalizados para mostrar su cariño y condolencias, pero algunos también destacaron la necesidad de mejorar las políticas de salud mental para prevenir los suicidios.

Pero aunque los expertos consultados por RTVE.es valoran la implicación de los políticos en esta cuestión y creen que las medidas han llegado para quedarse, en parte del discurso, señala Castelló, hay cierta "estrategia". “Los temas vinculados al cuidado de las personas y las cuestiones sociales en general han sido banderas clásicas de la izquierda”.

En el caso de la salud mental, “todos los partidos lo abordan, pero entran en la competición de quién es el máximo defensor, quién abandera esta cuestión o quién se lleva el mérito”, algo que se evidencia con el hecho de que “el presidente del Gobierno se implique directamente” en esta cuestión, “con toda la potencia que tiene anunciar una inversión y más recursos para paliar el grave déficit” en salud mental.

Un foco que no está todavía sobre algunos problemas de salud mental

Pero pese a que ha ganado visibilidad y repercusión política, Rico señala que “hay dos cosas claras a las que nadie da suficiente prioridad” política respecto a la salud mental. Una, relativa a las prácticas que todavía se dan en psiquiatría, como el ingreso involuntario en un centro psiquiátrico, que se sigue dando en ocasiones excepcionales y bajo supervisión de un juez cuando la persona supone un grave riesgo para sí misma u otras personas, pese a haber sido declarado inconstitucional por el Tribunal Constitucional. O el atar a la cama a los pacientes para contenerlos, práctica que a día de hoy es legal y que se aplica también en residencias. Y pide que los políticos aborden con más determinación estas cuestiones o los subsidios por discapacidad para las personas con problemas mentales.

La ley que ha registrado Unidas Podemos, por ejemplo, sí hace referencia a que las personas afectadas por problemas de salud mental tienen derecho a “una intervención que las proteja de la iatrogenia” (daño ocasionado por el profesional de la salud a pacientes de manera no intencional, que puede provocar desde un ligero malestar emocional hasta la propia muerte.).

Y establece que todos los servicios que se presten en este ámbito para este colectivo deben adoptar tratamientos con un “consentimiento libremente otorgado”. También establece que “ninguna persona podrá ser “sometida a terapia electroconvulsiva si así se recoge en el documento de voluntades anticipadas”.