Nueve comunidades ya están en nivel de riesgo alto por la ocupación de sus UCI, con Cataluña disparada
- País Vasco, Comunidad Valenciana, Asturias y Murcia tienen ahora un nivel de ocupación en las UCI mayor que en la quinta ola
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El rápido ascenso de los contagios en lo que va de mes de diciembre ha hecho que la situación sanitaria por la COVID-19 sea de nuevo preocupante, y lo es además a una semana de la Nochebuena. Con un 80 % de la población española vacunada con pauta completa y una creciente administración de dosis de refuerzo, el principal indicador del nivel de riesgo en esta fase de la pandemia es la presión asistencial en los hospitales.
Y esta ya es preocupante: nueve comunidades autónomas se encuentran en nivel de riesgo alto, con una ocupación que supera el 15 % de pacientes con COVID en unidades de cuidados intensivos (UCI). Y una de ellas, Cataluña, se encuentra en el máximo nivel de riesgo, con una ocupación que supera ya el 25 % de las camas disponibles, antes de que las celebraciones navideñas contribuyan a incrementar la transmisión de contagios y la presencia de cuadros graves.
A nivel nacional, la ocupación de las UCI se sitúa en el 13,9 %, cuando el día anterior era del 13,4 %. Son 1.292 pacientes graves, 47 más. El mismo día del año pasado, el total de pacientes en UCI era bastante mayor, 1.964. Hay nueve provincias con una ocupación de las UCI por encima del 25 %, tres de ellas catalanas (Girona, Lleida y Tarragona) y tres en Castilla y León (Palencia, León y Ávila), además de Gipuzkoa, Huesca y Castellón.
La peor situación se da en Cataluña, en riesgo muy alto. Otros ocho territorios están en nivel de riesgo alto (por encima del 15 % de ocupación de las camas de UCI por pacientes con coronavirus), y dos de ellos, País Vasco (22,5 %) y Navarra (20,3 %), superan el 20 % de pacientes con coronavirus en unidades de intensivos. Las otras regiones en riesgo alto son Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares, Cantabria y La Rioja.
Otros cinco territorios se encuentran en nivel de riesgo medio (más de un 10 % de pacientes con coronavirus en cuidados intensivos). A día de hoy, la mejor situación se da en Extremadura, que con ocho pacientes en UCI (4,2 % de ocupación) se encuentra en una situación de circulación controlada, mientras que Andalucía (5,9 %), Galicia (6,3 %) y Murcia (9,3 %) están en nivel de riesgo bajo.
En cuanto al nivel general de ocupación hospitalaria, contando ingresos comunes en planta, es también Extremadura la única región libre de riesgo. Seis territorios (Andalucía, Castilla-La Mancha, Galicia, Madrid, La Rioja y Ceuta) están en nivel de riesgo bajo y los 12 restantes, en nivel de riesgo medio para este indicador. En planta hay 5.390 pacientes en todo el país, lo que supone un 5,3 % de ocupación. El mismo día del año pasado la ocupación era más del doble: 11.346 personas (9,41 %).
Pero la situación en los hospitales, como se ve en los gráficos para cada comunidad, empeora a gran velocidad. Hace un mes, la ocupación de las UCI era nueve puntos menor (4,68 % el pasado 16 de noviembre, según los informes de Sanidad). Y la principal diferencia con el año pasado es que la presión asistencial crece con el 80 % de la población vacunada con pauta completa. Pese a la expansión de la variante ómicron, que se está mostrando más contagiosa que la delta, los datos muestran que la mayor parte de los ingresos, tanto los de UCI como en planta, corresponden a personas no vacunadas.
Cuatro comunidades ya están peor que en la quinta ola
Hay comunidades que a día de hoy superan los niveles de ocupación en UCI de la ola del pasado verano, como es el caso del País Vasco, la Comunidad Valenciana, Asturias y Murcia. La Rioja, que era hace unos días la comunidad con mayor presión asistencial en intensivos, también ha atravesado una peor situación que en el verano, aunque ahora está algo mejor.
Otras como Castilla y León, Castilla-La Mancha y Galicia se acercan a los máximos de la ola del verano, al igual que las anteriores regiones, siguen todas aún lejos de la tasa de ocupación general de hace un año, cuando aún no había empezado la vacunación.
Y además, brotes y cuarentenas entre el personal sanitario
Además de por los contagios en la población, la presión asistencial en los hospitales se incrementa por los grandes brotes que se están dando en colectivos de trabajadores sanitarios este mes, que empiezan a ser comunes en diferentes entornos laborales, pero que tienen una mayor resonancia en el caso de los profesionales de la salud.
El jueves, los hospitales de Santiago de Compostela, Soria y Alcorcón (Madrid) se han sumado este jueves al listado de centros sanitarios que ha detectado brotes entre sus plantillas, en la mayoría de ocasiones como consecuencia de contactos sociales o reuniones fuera del trabajo. Asimismo, en el hospital Enfermera Isabel Zendal de Madrid, dedicado a atender a enfermos de coronavirus, 17 sanitarios están contagiados tras celebrar una comida de Navidad.
Días atrás se comunicaron otros brotes en Leganés, también en la Comunidad de Madrid (32 positivos y 80 profesionales en cuarentena en el Hospital Severo Ochoa), y en Málaga, en cuyo Hospital Regional se conocieron casos entre pacientes de la planta de Neurocirugía, en el mismo centro donde se registró a primeros de mes el primer gran brote en esta ola, que afectó a 96 profesionales tras una comida de Navidad. Ha habido brotes también en los hospitales de Basurto (Bilbao) y San Eloy (Barakaldo).
Cataluña teme repetir una Navidad con las UCI llenas
Cataluña vuelve a ser en este punto de la sexta ola de la pandemia la comunidad en peor situación hospitalaria. En esta comunidad, el rápido empeoramiento de la situación hace temer que en las próximas fiestas haya tantos ingresados en la UCI como en la Navidad pasada, aunque con una mortalidad mucho más baja gracias a la vacunación. Todos los datos epidémicos han ido a peor en las últimas 24 horas, con más de 4.100 infectados nuevos cada día, una velocidad de propagación que sube y un riesgo de rebrote (EPG) que ya ha superado la tercera ola, se aproxima al de la segunda y está siguiendo el ritmo de la quinta.
Aunque también crece la mortalidad, con 70 fallecidos en los últimos 7 días, son muchos menos de los 281 que se contabilizaron en la semana del 17 de diciembre de 2020, al inicio de la tercera ola.
Pero si el 16 de diciembre de 2020 había 343 ingresados con coronavirus en las UCI de los hospitales catalanes, según los datos del Ministerio de Sanidad hay 320 en la actualidad. Por provincias, Girona es la que está en peor situación en todo el país, con 37 personas en la UCI, según los datos de Sanidad, casi un 54 % de ocupación. En Lleida la ocupación es del 35 % (es la tercera peor de toda España, después de Huesca), en Tarragona es del 27 % y en Barcelona del 22 %.
Los epidemiólogos y médicos han avisado de que, de no tomar medidas restrictivas ahora, en enero volverán a tener que dejar de hacer operaciones programadas porque los ingresos de pacientes graves ocuparán las camas de críticos.
En niveles asistenciales previos, la situación también ha empeorado con mucha rapidez. Los centros de atención primaria atendieron el jueves a 28.749 pacientes de COVID, casi 3.000 más que el jueves de la semana pasada, una presión en los ambulatorios que sigue aumentando y que no se registraba desde finales de julio, mientras que en los días previos a la Navidad del año pasado había unas 23.000 visitas diarias.
Por eso, el departamento de Salud de la Generalitat se apresura a adoptar nuevas medidas y el conseller, Josep Maria Argimon, ha anunciado que desde el lunes los contactos estrechos de personas a las que diagnostiquen COVID tendrán que confinarse durante 10 días aunque estén vacunados. Todo para impedir que la expansión de la variante ómicron cause próximos estragos. Ómicron ya supone el 20% de los casos en la comunidad y el 25% en el área de Barcelona, y las autoridades creen que en tres semanas será la dominante en Cataluña, desplazando a la variante delta.
Protestas del colectivo de enfermeras
En un momento en que coinciden en los centros de atención primaria el incremento de contagios, la vacunación de refuerzo y de los niños de 5 a 11 años y, además, la campaña de la gripe, los sindicatos dan la voz de alarma. En concreto, el Sindicato de Enfermería (Satse) denuncia que la "pésima" organización de la sanidad pública por parte de la Comunidad de Madrid y la "falta de enfermeras" en los centros de salud ha provocado "una nueva crisis asistencial", debido a que las enfermeras deben priorizar la realización de PCR mientras que el resto de pacientes "tendrá que esperar, al menos, hasta enero", a menos de que se trate de una "urgencia vital", según afirman en un comunicado.
Por otro lado, la Plataforma Estatal de Enfermera Escolar también ha señalado que la vacunación contra la COVID-19 a los menores entre 5 y 11 años sería "más ágil, eficiente y conllevaría menos inconvenientes para madres y padres" si se contase ya con una enfermera escolar en todos los centros educativos españoles, y lamentan que no se haya generalizado la administración de la vacuna en los centros educativos, que consideran que tienen muchas ventajas tanto para los menores como para sus familias.