Los líderes de la UE avisan a Rusia de que agredir a Ucrania conllevará sanciones
- Los Veintisiete no detallan la lista de posibles sanciones con la esperanza de disuadir las intenciones del presidente ruso
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) han advertido este jueves a Rusia de que una nueva agresión militar contra su vecina Ucrania tendría “grandes consecuencias y un coste severo”, incluyendo sanciones coordinadas a nivel internacional, si bien no han dado detalles de las mismas con la esperanza de que este aviso sirva para disuadir las intenciones del presidente ruso, Vladimir Putin, de invadir el país.
“Cualquier nueva agresión militar contra Ucrania tendrá grandes consecuencias y un coste severo en respuesta, incluidas medidas restrictivas coordinadas con socios”, han señalado los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete en unas declaraciones aprobadas en la cumbre celebrada en Bruselas, la última del año, que ha tenido entre los principales puntos del día el aumento de contagios en la UE y la amenaza de la variante ómicron o la escalada sin freno en los costes de la electricidad, aunque ambos han terminado sin avances al respecto.
Con esta amenaza, los Veintisiete intentan agotar con Rusia la vía diplomática ante una situación que ha ido agravándose en las últimas semanas a medida que se acumulaban tropas en la frontera con Ucrania. En la misma línea se posicionó la pasada semana el alto representante comunitario para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, quien advirtió a Rusia de que la UE "apoyará firmemente a Ucrania" en dicho conflicto.
Por todo ello, han subrayado la "urgente necesidad de que Rusia reduzca las tensiones provocadas por la concentración militar y por su retórica agresiva", al tiempo que han reiterado "su pleno apoyo a la soberanía y a la integridad territorial de Ucrania". El debate entre los líderes europeos sobre qué hacer frente a Rusia ha durado casi tres horas, durante las cuales no han tenido acceso a dispositivos móviles para que no hubiera ningún tipo de filtración.
No obstante, los líderes de la UE han evitado enumerar las sanciones a las que se podría enfrentar Rusia y tampoco han aprobado medidas preventivas, tal como reclamaba el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky. En cambio, sí han solicitado el regreso a los cauces diplomáticos, “especialmente en el formato de Normandía para lograr la plena aplicación de los Acuerdos de Minsk”, en referencia al foro creado en 2014 en el que Alemania y Francia ejercen de mediadores entre Moscú y Minsk.
En la misma línea, los países de la OTAN han advertido este jueves de que "una nueva agresión contra Ucrania tendrá graves consecuencias y acarreará un alto precio", uniéndose así a Estados Unidos o el Reino Unido, que en el marco de la reunión de los ministros de Exteriores del G7 del pasado sábado, alertaron a Rusia de las "graves consecuencias" que acarrearía una eventual incursión de sus tropas en Ucrania.
Condenan la "instrumentalización de migrantes" por parte de Bielorrusia
En cuanto a Bielorrusia, el Consejo Europeo ha condenado “enérgicamente la instrumentalización de migrantes y refugiados por parte del régimen del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, y “la crisis humanitaria que ha creado”. Los jefes de Estado y de Gobierno europeos acusan así a Bielorrusia de haber orquestado esta crisis, que estalló el pasado 8 de noviembre con la concentración de varios miles de migrantes en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, y de usarlos como carne de cañón en su enfrentamiento con la UE, que ha impuesto sanciones a Minsk por las últimas elecciones, consideradas fraudulentas, y su represión a los opositores.
"La UE continuará contrarrestando el ataque híbrido lanzado por Bielorrusia con una respuesta decidida, abordando todas las dimensiones de la crisis de acuerdo con la legislación europea y las obligaciones internacionales, incluidos los derechos fundamentales", han insistido los Veintisiete, destacando la importancia de proteger “eficazmente” las fronteras exteriores de la UE, incluso por medio de “reforzar el marco jurídico” comunitario. Asimismo, han pedido que se apliquen “rápidamente” las medidas restrictivas contra Bielorrusa -tras la reciente adopción del quinto paquete de sanciones- y han advertido: "Estamos preparados para adoptar nuevas medidas según sea necesario”.
Continuando con la migración, los líderes de la Unión Europea también han instado a la Comisión Europea a movilizar fondos para financiar acciones en todas las rutas de entrada a la UE, así como a informar de las medidas para llevar a cabo las devoluciones de migrantes irregulares. "Los planes se deben hacer operativos y ser aplicados sin más demoras", han apuntado en sus conclusiones.
Sin avances en la lucha contra la pandemia y los precios de la energía
De esta forma, tras 14 horas de debate, la última cumbre europea del año ha concluido sin grandes avances, pues los Veintisiete no han conseguido adquirir un compromiso común para hacer frente a la nueva ola de coronavirus y la amenaza de la variante ómicron, ni han acordado una respuesta comunitaria para poner freno a las subidas desbocadas en el precio de la luz, que alcanza a diario un récord tras otro.
"Desgraciadamente, no hemos podido llegar a un acuerdo en el punto de la energía", ha señalado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa al término del Consejo, aludiendo a que determinados países -Polonia y la República Checa, según fuentes conocedoras a RTVE- no han aceptado un acuerdo de mínimos para regular el mercado, que para España era "suficiente" y "han metido otros temas que no tienen nada que ver con el alza de precios".
Entre estos temas, Sánchez ha señalado elementos como la conocida "taxonomía", que debate si se debe incorporar la energía nuclear o el gas como fuentes de energía transitorias ante el elevado precio del gas natural o de los mercados de derechos de emisión del CO2. De esta forma, los líderes europeos se han emplazado, por segunda vez, a abordar el debate en la próxima cumbre, que tendrá lugar en marzo de 2022.
Por otro lado, respecto al coronavirus, los líderes comunitarios han coincidido en que es necesario mantener la coordinación y cierta homogeneidad en las medidas que afectan a los viajes y la libre circulación entre los Estados miembros, aunque con excepciones. Precisamente España es uno de los países que reclama una respuesta conjunta y rechaza las decisiones unilaterales, mientras que Portugal, Italia, Irlanda o Grecia ya exigen presentar una prueba negativa, además del certificado COVID. Del mismo modo, los Veintisiete han apostado por un "enfoque coordinado" en lo relativo a la validez del Certificado COVID Digital, sin llegar a concretar más detalles.
El debate irrumpe en plena ola del coronavirus en el continente y la amenaza de la nueva variante ómicron, que se convertirá en dominante "en los dos primeros meses de 2022", según las estimaciones del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). Ante la potencial transmisibilidad y escape inmunitario de las mutaciones del virus, han urgido a los países a ampliar las coberturas de vacunación y acelerar la administración de dosis de refuerzos. Y han concluido que deben mantenerse las restricciones a los viajes desde países del sur de África, para evitar la expansión de ómicron.