Escuchar, acompañar y no ignorar las señales de alerta: ¿cómo prevenir el suicidio?
- Los expertos en salud mental recomiendan abordar directamente el problema con alguien que manifieste ideas suicidas
- Piden no menospreciar sus "llamadas de atención" y hacer sentir a esa persona que no está sola
- Si necesitas ayuda, consulta aquí los teléfonos de entidades dedicadas a la salud mental
La epidemia silenciosa ya no lo es tanto. El suicidio, la suicidioprimera causa de muerte no natural llena titulares, saca por primera vez a cientos de personas a la calle para luchar por su prevención y llega al debate político, algo inaudito hasta hace muy poco. El embate de la pandemia y sus devastadores efectos en la salud mental ha despertado una nueva sensibilidad hacia este problema oculto.
Aun así, los expertos constatan que todavía hay "mucho desconocimiento y estigma" entre la población. Décadas de tabú y de "miedo a hablar de la muerte en general" han hecho mella en nuestra manera de afrontar el suicidio, y provocan que sigamos reaccionando con incomodidad y con silencio, como señala la psicopedagoga y especialista en suicidio juvenil Mar Cortina.
Psiquiatras y psicólogos recopilan para RTVE.es consejos para prevenir el suicidio: cómo detectar que alguien cercano tiene ideas suicidas, qué hacer y qué no hacer frente a ello y cómo afrontar el problema desde sus causas.
¿Cómo detectarlo?
"Escuchar, escuchar y escuchar", es la clave para Cortina. Aquellas personas con ideas suicidas "siempre dan pistas de alguna manera, pero normalmente no escuchamos", señala. Cita el ejemplo de un paciente, un adolescente que en medio de una conversación citó que tenía "ganas de tirarse por la ventana". "Él siguió hablando, pero más tarde le pregunté '¿qué quieres decir con lo de que quieres tirarte por la ventana?'. Tenemos que tener mucha sensibilidad para detectar ese tipo de frases, aunque las digan en broma", sigue.
"Lo primero y más básico es preguntar. Tenemos la creencia de que si sacamos el tema lo vamos a agravar, y eso se ha demostrado que no es cierto", subraya la psicóloga Raquel Errazquin. En este orden, su consejo para tratar a alguien en riesgo suicida es "escuchar, validar y buscar ayuda".
El 90% de los suicidios se dan entre personas con una enfermedad mental previa, habitualmente depresión o trastorno bipolar. Por ello, lo fundamental para detectar estas conductas a tiempo es "un buen diagnóstico", afirma el psiquiatra Andrés Martín.
Cree que en general es sencillo detectar si alguien de nuestro entorno padece una depresión, ya que esta enfermedad tiene síntomas característicos. "Son cosas que sí que son observables desde el exterior, como la incapacidad para disfrutar, la ansiedad, la dificultad para concentrarse, pérdida de apetito o alteraciones del sueño", cita Martín, que atiende a pacientes graves en el Centro de Rehabilitación Psicosocial Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza.
Según Martín, aquellas personas que piensan en el suicidio pueden mostrarlo abiertamente o bien dar "signos llamativos", como dejar cartas de despedida o repetir frases como "me siento una carga". En general, una persona con ideas suicidas "tiene el sentimiento de que si lo hace va a liberar de sufrimiento al resto".
¿Qué es lo que no hay que hacer?
Conviene evitar lugares comunes que se repiten ante aquellos que sufren una depresión. "Decir 'pon de tu parte', 'pon voluntad', 'vamos a salir' hace mucho daño", advierte el psiquiatra. "La intención es buena, pero la gente depresiva ve que no les entienden, porque no es que no quieran, es que no pueden. ¿Si alguien tiene una pierna rota le dices pon de tu parte y vete a correr?", se pregunta.
Errazquin, por su parte, no recomienda frases manidas como "piensa en tus hijos". "Esa persona ya ha pensado en sus seres queridos. Esas palabras solo pueden provocar más culpa", afirma.
La psicóloga desmonta el mito de que "las ideas acerca de la muerte, los gestos autolíticos -tentativas de suicidio o autolesiones- o la ingesta desproporcionada de medicamentos son llamadas de atención y como tal hay que ignorarlas". Advierte de que es un error quitarle peso a estos comportamientos, ya que "son gritos de socorro, formas que la persona encuentra para poder expresar algo que está viviendo y que no sabe expresar de otra manera". Nueve de cada diez personas que se suicidan han avisado de alguna manera antes de hacerlo.
También hay que evitar decir otras frases que empiecen por "yo en tu lugar...". "Nadie está en el lugar del otro en un momento tan difícil", apostilla.
¿Cómo actuar ante alguien en riesgo suicida?
Frente a estos ejemplos, los especialistas resaltan la importancia de que la persona potencialmente suicida "no se sienta sola". "Esa persona tiene que sentir que tú la quieres y que te importa, que esté pasando por lo que esté pasando que la acompañes", reivindica Cortina. En la práctica, esto supone estar pendiente de esa persona, decirle "esa frase que dijiste me preocupó, voy a seguirte". Y hacerlo "directamente, sin disimular, sin decir 'vamos a tomar un café', porque del suicidio hay que hablar".
Coincide con ella el psiquiatra aragonés: "Tenemos que brindarnos para ellos, decirles 'si te apetece hacer tal cosa, yo te acompaño, yo te ayudo".
“El suicidio es una salida permanente a una situación temporal“
Una idea fundamental que hay que trasladarle a la persona en riesgo suicida es, para Errazquin, que "el suicidio es una salida permanente a una situación temporal". Recuerda que hay salida a los problemas que pueden llevar a una ideación suicida, y a partir de ejemplos de su consulta, donde pasan casos así, defiende que "la persona puede continuar con su vida" después de un intento de suicidio. "No quieren acabar con su vida, quieren acabar con el sufrimiento", manifiesta Cortina.
"Hay que invitar a esa persona a la compañía de sus seres queridos y poco a poco invitarle a acudir a un profesional de la salud mental o a un centro de salud", recomienda. Según señala Martín, en muchas ocasiones el primer contacto suele ser el Teléfono de la Esperanza, el 717 003 717 o el 914 590 055, y que a partir de ahí conviene buscar una ayuda psicológica profesional.
¿Cómo actuar ante niños y adolescentes?
La pandemia, la falta de socialización durante los confinamientos y de perspectivas de futuro han disparado las conductas suicidas entre los más jóvenes. En 2020 se han duplicado los suicidios infantiles -que han pasado de 7 a 14 en un año-, y 300 personas en la franja de los 15 a los 29 se han quitado la vida, según datos del INE.
Frente a ello, los especialistas recomiendan un acercamiento similar que al de los adultos, aunque con algunas particularidades. "Su lenguaje es más simbólico, dan pistas de alguna manera, pero no son tan directos como los adultos. Hay que tener el radar puesto", asegura Cortina, que trabaja con jóvenes con ideas suicidas en un instituto público.
También es necesario comprender las necesidades específicas de los adolescentes, como "la importancia de la socialización", mermada con la pandemia, explican desde el Teléfono de la Esperanza. En estas edades, por una "gestión emocional aún en desarrollo", se expresa el dolor con las autolesiones, por ejemplo, otro signo al que hay que prestar atención, según Magdalena Pérez, psicóloga y responsable del área de prevención de suicidios
Entre los adolescentes es necesario actuar con más rapidez, y dedicar el tiempo suficiente para ganarse su confianza. "La mejor prevención es poder tener tiempo para poder dedicar a los casos, no solo entre psicólogos, sino también desde la atención primaria y en los centros educativos", asevera César Sanz de la Garza, de la Asociación Española de Neuropsiquiatría
Cortina pone el ejemplo de una alumna que necesita de atención psicológica urgente. Sin embargo, al intentar derivarla a la unidad de salud mental para niños y adolescentes de su comunidad se ha encontrado con que no podrá ser atendida hasta abril por la falta de personal en psiquiatría.
De los medios a las familias: hablar sobre el suicidio
Durante décadas se ha mantenido la idea de que informar sobre el suicidio crea un efecto llamada, el conocido como "efecto Werther" en referencia a la novela de Goethe. Los libros de estilo de algunos medios recomiendan no difundir noticias sobre suicidios para no incitar a otras personas con ideas similares, pero se trata de un "mito", ya que a pesar de este silencio informativo las cifras no solo se han reducido sino que han aumentado, revela Martín. "Ahora estamos en la postura contraria: hay que reivindicar las ventajas de hablar de las depresiones, del suicidio, para intentar disminuir este número increíble de fallecimientos".
Los medios tienen un "papel fundamental" para divulgar y, sobre todo, "desestigmatizar el suicidio", reivindica Andoni Anseán, presidente de la Fundación Española para la Prevención del Suicidio. Eso sí, deben hacerlo con respecto hacia la víctima, no asociarlo a una sola causa, no glorificar ni culpabilizar a la víctima, evitar informar de detalles morbosos como el método y lugar del suicidio -que se pueden imitar-, o difundir sus mensajes de despedida. Guías como la del Ministerio de Sanidad o la de la OMS ofrecen más detalles.
Los expertos defienden el "efecto Papageno" frente al "efecto Werther". En la ópera de Mozart La flauta mágica, el protagonista de la obra Papageno quiere suicidarse, pero finalmente lo evitan tres niños que le convencen de seguir viviendo y le ofrecen alternativas. Ahora se utiliza este ejemplo para describir lo positivo de hablar sobre el suicidio con responsabilidad, y del efecto de contagio que supone dar información sobre personas que han superado esta crisis de manera positiva y sin conductas suicidas. Incluso ha dado lugar al nacimiento de la Asociación Papageno, con recursos para prevenir el suicidio.
Atacar el problema desde el origen: políticas públicas de prevención
Las fuentes consultadas coinciden en que más allá de lo que se puede hacer a nivel privado, el aumento de los suicidios está condicionado en gran parte por la situación social y económica actual. Las muertes por esta causa aumentan durante las crisis económicas, como ocurrió durante la de 2008 y la actual, pero siguen ocultas tras el estigma. El tabú, asegura Errazquin, se ha ido erosionando este año de pandemia, pero "aún queda mucho camino por hacer".
Reclaman la puesta en marcha de un Plan Nacional de Prevención del Suicidio, algo similar a la nueva Estrategia de Salud Mental que el Gobierno presentó a principios de este mes, y que sin embargo ven como un "buen punto de inicio" pero con "cosas que hay que afilar y que son mejorables", según Martín.
También piden un teléfono público, gratuito, confidencial, de tres cifras y accesible las 24 horas del día, como el 016 de atención a las víctimas de violencia de género. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió a ponerlo en marcha en octubre, aunque todavía no está en marcha.
Las administraciones deben "dotar de recursos profesionales y de personal" al sistema de salud mental, y en el caso de los adolescentes, formar "a todos los profesionales de la educación, no solo a los orientadores", reclama Cortina, para que puedan detectar los indicios de autolesión y tentativas de suicidio. Para Anseán, además, también es clave ofrecer formación a "policías o bomberos, las primeras fuerzas de intervención que aparecen en casos como estos".
Más allá de estas acciones concretas, Cortina plantea la necesidad de replantearse nuestro estilo de vida actual acelerado y centrado en el trabajo: "El sistema en el que vivimos crea una desilusión por la vida en las personas, y esta pandemia está poniendo ese sistema en evidencia". Ante ello, tenemos que aprender a cambiar aquello que no nos haga felices, a ir a terapia si lo necesitamos y también a cuestionar este modo de vida, remata.
Si necesitas ayuda
- Teléfono de la Esperanza (atención 24 horas): 914590055 - 717003717
- Fundación Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR): 900202010. También dispone de un chat.
- Teléfono contra el suicidio: 911385385
- Asociación Papageno: 633169129