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Francia

La presidencia francesa de la UE o cómo hacer de Europa un continente poderoso

  • El país galo ha acogido durante los próximos seis meses la presidencia rotatoria de la mano de Eslovenia
  • Emmanuel Macron quiere afianzarse como líder europeo con elecciones presidenciales de por medio

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Francia toma las riendas de la presidencia rotatoria de la UE

El pasado 9 de diciembre, el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, presentaba sus objetivos y líneas para liderar la Unión Europea, durante este semestre. Francia recoge el testigo de la presidencia rotatoria de la mano de Eslovenia, y aunque los planes de Macron se resumen en el objetivo de lograr una Europa soberana y autónoma estratégicamente, a nadie se le escapa que esta presidencia coincide plenamente con las elecciones en abril para elegir al nuevo inquilino o inquilina (hay tres mujeres en las candidaturas, la Republicana Valérie Pécresse, Marine Le Pen de extrema Derecha, y la socialista Anne Hidalgo) del Elíseo.

Macron, que antes de abordar su plan mostró un logo de la UE con los colores de la bandera francesa y una moneda conmemorativa de dos euros, siempre se ha perfilado como uno de los líderes fuertes y claves de Europa. Para muchos, su figura se hace ahora más evidente después de que se haya ido la canciller alemana, Angela Merkel, pero obviamente, no se consolidará como tal si no es, de nuevo, el presidente de Francia.

Revisión del 'espacio Schengen'

Macron aseguró que “había que pasar de una Europa de Cooperación dentro de nuestras fronteras, a una Europa poderosa en el mundo, plenamente, libre en sus elecciones y dueña de su destino”. Para ello, lo primero que propone es reforzar las fronteras, con la revisión del 'espacio Schengen' y la creación de un protocolo de emergencia, y una fuerza de reacción ante crisis migratorias puntuales como ha pasado en la frontera con Polonia y dentro del marco de los enfrentamientos entre Bruselas y Bielorrusia.

Cuando en el mes de noviembre fallecieron 27 migrantes en el Canal de la Mancha y se agravó la crisis diplomática entre Francia y Reino Unido, a muchos analistas no se les pasó por alto que París convocase una reunión de urgencia entre países del entorno y que se decidiese que un avión de Frontex intensificase la vigilancia en el Estrecho, sin contar con la presencia de Reino Unido en esa mini Cumbre en Calais. Francia había vetado a Londres por un asunto de formas del primer ministro, Boris Johnson, que colgó en las redes sociales una carta destinada a Macron con sus propuestas para la crisis migratoria. La decisión del avión de Frontex se tomó conjuntamente con la Comisión Europea, Países Bajos, Alemania y Bélgica.

El presidente francés propone también que los 27 estados miembros tengan reuniones periódicas sobre migración como se hacen sobre cuestiones económicas los países de la zona euro.

Desde luego, la migración y la defensa de las fronteras es, de siempre, uno de los temas complejos para lograr acuerdos dentro de la UE.

Planes en Defensa, Economía y Sanidad

Macron ha defendido también siempre que Europa sea más autónoma en seguridad militar y que no dependa tan solo de la OTAN y de Estados Unidos. Pero el hecho de que Francia sea el país de la UE que tiene arsenales nucleares, despierta el resquemor de muchos estados miembros de que esta iniciativa, o ambición de Macron, sea únicamente una estrategia en la que París solamente se sirva de la UE para mostrar e impulsar su poderío militar. Así lo piensan, por ejemplo, los más pro OTAN de Berlín.

En cuanto a objetivos económicos, Francia quiere también una gran Cumbre en marzo donde los 27 discutan planes para frenar el calentamiento global y lograr un nuevo modelo de crecimiento económico europeo para los próximos diez años, ralentizado ahora, por la pandemia, y las fluctuaciones de las exportaciones en un mundo marcado por la rivalidad entre Estados Unidos y China.

Habrá que ver en los próximos meses si Francia consigue que la UE amplíe el paquete inicial de 750.000 millones de euros ante el impacto de la pandemia, o cómo se da forma a los límites de la emisión de carbono para cumplir con los objetivos del cambio climático, y ante la Francia de Macron que apuesta, por ejemplo, por fabricar más reactores nucleares de reducido tamaño y nueva generación ante una Alemania en desacuerdo con esta fuente energética.

Pero, quizá, lo más inmediato para la UE será cuantificar el coste del paso de ómicron, de momento, en plena acción.