Benedicto XVI rectifica y admite haber participado en una reunión sobre un sacerdote abusador
- Ratzinger conocía los casos de abusos de Munich
- Un informe relata cientos de abusos perpetrados en el seno de la Iglesia entre 1977 y 1982
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El papa emérito Benedicto XVI ha reconocido su presencia en una reunión del obispado de Múnich y Freising, en enero de 1980, en la que se discutió el traslado de un sacerdote acusado de abusos a menores, tal y como recoge la Agencia Católica de Noticias (KNA). Se retracta así de sus declaraciones iniciales para el informe sobre el encubrimiento de abusos sexuales en la Iglesia católica de Alemania, presentado la semana pasada.
Georg Ratzinger ha asegurado, sin embargo, que en aquella sesión no se habló de que el sacerdote en cuestión desempeñara labores pastorales, sino solamente de "hacer posible que contara con alojamiento en Múnich durante su tratamiento terapéutico".
El sacerdote en cuestión, identificado en los medios alemanes como Peter H, volvió a cometer abusos en la diócesis de Múnich que provocaron, de nuevo, su traslado. Según el informe, elaborado por un despacho de abogados a petición de la Iglesia católica en Alemania, es “muy probable” que Ratzinger conociera este caso y otros tres similares y que no actuase en consecuencia.
El informe apunta a Ratzinger como encubridor
El documento, calificado por sus autores como un “balance del horror”, incluye en sus más de 1000 páginas cientos de casos de abusos sexuales perpetrados en el seno de la Iglesia católica alemana, concretamente entre los años 1977 y 1982 en la archidiócesis de Múnich, ciudad de la que Ratzinguer fue arzobispo entre 1977 y 1982. Peter H. fue trasladado del obispado de Essen al de Múnich en 1980.
Según relata el texto, Ratzinger faltó a la verdad al afirmar que no estaba presente en la reunión de enero de 1980, ya que según las actas sí que intervino en ella. Según las declaraciones del papa emérito, recogidas por KNA, esto se debe a “un error sin mala intención” que se dio durante el proceso de redacción de su posicionamiento frente a las alegaciones, un texto de 82 páginas.
Una vez el informe salió a la luz, Ratzinger dijo sentir “vergüenza” ante los casos de abusos relatados en él. Su secretario privado, Georg Gänswein, informó que el papa emérito presentaría una reacción más elaborada al texto en los próximos días cuando lo leyera por completo.
Desde entonces, se han alzado voces críticas con el comportamiento de Ratzinger. El presidente de la Conferencia Episcopal, Georg Bätzing, lo tildó de “desastroso” el pasado viernes. El obispo de Aquisgrán, Helmut Dieser, por su parte, ha reclamado en su sermón de este domingo que Ratzinger asuma la responsabilidad que le corresponde.
"No puede ser que los responsables se escabullan con referencias a que no sabían nada o a que entonces había otra situación u otros procedimientos," ha afirmado Dieser, según declaraciones citadas por la cadena pública ARD. "Porque ese es el motivo por el que entonces no se detuvo a los perpetradores y se siguió abusando de niños," ha agregado.