Un año del asalto al Capitolio: más de 700 detenidos y la larga sombra del trumpismo
- El 66% de los estadounidenses cree que su democracia está amenazada después del ataque
- El papel de Donald Trump en el asalto sigue sin esclarecerse
El 6 de enero de 2021 es recordado por muchos como el día "más oscuro" que nunca ha vivido el Capitolio de Estados Unidos. Un año después de que miles de seguidores del ahora expresidente republicano Donald Trump irrumpieran en la sede de las dos Cámaras del Congreso durante la sesión para certificar la victoria electoral de Joe Biden, los estadounidenses siguen preocupados y ven su democracia amenazada por la violencia. El ataque dejó cinco muertos, entre ellos un agente de Policía.
El papel del magnate neoyorquino en el asalto sigue sin aclararse y conocer si Trump fue responsable de lo ocurrido es uno de los principales objetivos del comité del Congreso que investiga el ataque, además de averiguar por qué ocurrió. Han sido detenidas 725 personas por el asalto desde esa fecha, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, entre ellas el 'chamán de QAnon', Jacob Chansley, quien ha sido condenado a 41 meses de prisión. Las autoridades siguen trabajando para identificar a más de 350 personas que habrían cometido actos violentos ese día.
¿Qué ha sido de los protagonistas del asalto?
Desde que tuvo lugar el asalto al Capitolio hace un año, al menos 725 personas han sido detenidas por delitos relacionados con el ataque a la sede de las dos Cámaras del Congreso. Entre ellas, más de 220 han sido acusadas de agredir u obstaculizar la aplicación de la ley.
Los protagonistas de este ataque son --en su mayoría-- miembros de grupos extremistas como QAnon, Proud Boys, los antigubernamentales Oath Keepers y los Three Percenters. Más de tres decenas de las personas acusadas han sido identificadas por las autoridades federales como miembros o líderes de los Proud Boys y varios miembros de los Oath Keepers han cooperado con el Gobierno durante meses para esclarecer lo ocurrido hace un año.
“No había ningún grupo concreto que fuera el instigador, sino que eran los grupos de la gente más radical del ala del Partido Republicano”, ha asegurado en una entrevista a RTVE.es el catedrático del Instituto Franklin-Universidad Alcalá de Henares, José Antonio Gurpegui. “Todos estos grupos tienen en común todo radicalismo: el supremacismo blanco, el estar muy a la derecha, el llevar las ideas republicanas a estas últimas consecuencias…”, ha añadido.
Según la profesora de Relaciones Internacionales de la IE University, Alana Moceri, desde que Barack Obama fue presidente, este tipo de grupos ha ido creciendo en Estados Unidos. “Fue el primer presidente negro y pensaron que el país se dirigía hacia la extrema izquierda. Entonces pensaron que era algo que se debía corregir”, ha afirmado Moceri a RTVE.es. “Ellos pensaban que lo que hicieron era lo correcto, lo bueno para el país”, ha aseverado.
De las más 700 personas acusadas de delitos federales, al menos 165 se han declarado culpables, la mayoría de delitos menores punibles con hasta seis meses de cárcel. Entre ellos se encuentra el caso del conocido como ‘bisonte de QAnon’, quien se declaró culpable de un cargo por haber obstruido un procedimiento oficial durante una sesión del Congreso. A finales de noviembre fue condenado a tres años de prisión.
Otro caso es el de Matthew Greene, miembro de los Proud Boys que se ha declarado recientemente culpable de un cargo de conspiración y un cargo de obstrucción. Fue detenido en abril y ahora se enfrenta a hasta cinco años de prisión por conspiración y a hasta 20 años por obstrucción. Además está cooperando con las autoridades, convirtiéndose en el primer miembro del grupo de extrema derecha en dar información a los fiscales sobre su organización.
¿Qué factores influyeron en el asalto?
El ataque al Capitolio representó una gran falta de seguridad en una de las sedes más importantes de las instituciones democráticas de Estados Unidos, donde se celebraba una sesión para ratificar el triunfo en las elecciones presidenciales del ahora presidente Joe Biden, después de que su antecesor, el republicano Donald Trump, reiterara que hubo fraude electoral.
Según Gurpegui, este fue el factor que más influyó en que se llevara a cabo el asalto, así como “la creencia más o menos generalizada entre un importante porcentaje de los votantes republicanos de que había habido tongo y de que Biden no era el presidente legítimo, sino que era Donald Trump”.
Sin embargo, no fue lo único que facilitó que cientos de seguidores de Trump asaltaran la sede de las Cámaras del Congreso. La Policía del Capitolio no estaba preparada para algo así y había tal falta de organización que sus responsables no pudieron confirmar dónde se encontraban 797 de los 1.214 agentes que estaban en servicio durante el ataque.
A pesar de que se solicitó al secretario de Defensa, Christopher Miller, permiso para desplegar a la Guardia Nacional, el comandante general de esta fuerza en el Distrito de Columbia, el general William Walker, aseguró que los funcionarios del Pentágono tardaron más de tres horas en aprobar la solicitud.
“Tenían a menos gente por el COVID, tenían problemas de gasto y, además, les estaban diciendo que no pidieran refuerzos a la Guardia Nacional, porque el Gobierno estaba diciendo que no hacía falta”, ha explicado Moceri, refiriéndose a la Policía del Capitolio.
¿Se ha aclarado la responsabilidad de Trump en el ataque?
Donald Trump ha pasado a la historia como el primer presidente de Estados Unidos en someterse a dos ‘impeachments’, el segundo de ellos acusado de “incitar a la insurrección” durante su discurso previo al asalto al Capitolio.
El 6 de enero de 2021, el republicano congregó a miles de sus seguidores frente a la Casa Blanca y lanzó un discurso en el que insistió en que hubo fraude electoral en las elecciones de 2020 y les animó a “marchar” hasta el Capitolio. Sin embargo, Trump resultó absuelto en su segundo juicio político.
“Particularmente pensé que era el fin definitivo de Trump, pero para mi sorpresa no ha sido así. Donald Trump sigue teniendo una fuerza muy importante dentro del Partido Republicano y sigue siendo uno de los pesos pesados”, ha afirmado Gurpegui.
El activista conservador de extrema derecha Ali Alexander, considerado uno de los organizadores del asalto, ha asegurado que antes del ataque estuvo en contacto con la Casa Blanca e incluso con algunos miembros del Congreso republicanos.
Para el catedrático del Instituto Franklin-UAH, es “difícil” decir si Donald Trump es responsable. “Para mí, el ideólogo del asalto sí es Trump, pero factualmente me resulta más difícil afirmarlo, máxime cuando es algo que se venía preparando por grupos radicales”, ha recalcado.
Un ataque nada espontáneo
Después de que fracasaran los intentos para crear una investigación independiente, el 1 de julio se creó en el Congreso un comité compuesto por siete demócratas y dos republicanos. El comité ya ha realizado más de 250 entrevistas y su objetivo es investigar quién fue el responsable del ataque, por qué ocurrió y qué hacer para evitar que suceda algo similar.
Lo que sí se sabe es que el asalto fue algo completamente planeado a través de las redes sociales. En una publicación en un grupo de Facebook que contaba con 150.000 seguidores se describió la protesta ‘Stop the Steal’ (“Parad el robo”, en inglés) anterior al asalto como una “operación para ocupar el Capitolio”.
La profesora Alana Moceri afirma que el asalto estaba “muy organizado”. “Estaba en las redes sociales. Se comunicaban a través de ellas y organizaban quién iba con quién en su coche e incluso quién podía llevar armas”, destaca. Por su parte, Gurpegui coincide con ella: “No fue algo que surgió de forma espontánea o a raíz del discurso que había hecho Donald Trump ese mismo día, sino que era algo que ya venía preparándose en redes sociales por los grupos más radicales”, recalca.
¿Se ha recuperado del ataque la democracia de Estados Unidos?
En lo que no coinciden los expertos es en si la democracia de Estados Unidos se ha recuperado de la herida que supuso el asalto. Según Moceri, a los estadounidenses les sigue costando hablar de lo ocurrido hace un año y el país “sigue dividido sobre si lo que pasó fue algo horrible”. “La mayoría de la gente no está de acuerdo con lo que pasó, pero hay algunos que siguen pensando que era lo justo. Ese es el problema, que no podemos estar de acuerdo sobre hechos básicos: que hubo una elección que fue justa”, ha explicado.
Por su parte, Gurpegui afirma que, a pesar de que el asalto “ha supuesto un golpe muy fuerte para la democracia norteamericana”, Estados Unidos “lo ha superado” y cree que “un episodio similar será muy difícil que vuelva a repetirse”.
Sin embargo, según una reciente encuesta realizada por la cadena CBS News, el 66% de los estadounidenses considera que la democracia de su país un año después del asalto al Capitolio todavía está amenazada y creen que la violencia es una de las principales razones. Asimismo, el orgullo de los estadounidenses por su democracia se ha reducido notablemente del 90% registrado en 2002 al 54% actualmente, según un estudio del Washington Post y la Universidad de Maryland.