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¿Habrá nuevas Filomenas en el futuro? El cambio climático, detrás de fenómenos cada vez "más frecuentes y extremos"

  • El calentamiento global provoca que borrascas procedentes de zonas subtropicales alcancen cada vez más a España
  • Se cumple un año de la nevada histórica que paralizó el centro del país durante días

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Un año de Filomena, la histórica nevada que congeló media España

Fue una tormenta perfecta. Varios factores excepcionales se unieron para provocar a un fenómeno pocas veces antes visto en la Península Ibérica. La borrasca Filomena llegó poco después de Reyes del año pasado, trayendo consigo una nevada histórica en el centro del país, con medio metro de nieve en Madrid, y dejó los días siguientes una ola de frío también excepcional.

Episodios como este tienen lugar en nuestro país una vez cada 50 años, e incluso cada 100 en la capital, según explican a RTVE.es desde la Agencia Española de Meteorología (AEMET). Los expertos ven "muy complicado" vaticinar si puede haber otras 'Filomenas' en los próximos años, aunque alertan de que el cambio climático hará "más frecuentes e intensos" fenómenos extremos, tanto de precipitaciones torrenciales como, sobre todo, de olas de calor y sequías, detalla José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored y divulgador científico.

Cuando la "nevada del siglo" azotó el centro de la península, muchos ciudadanos salieron a las calles a pesar de las recomendaciones de las autoridades, pensando que nunca volverían a ver algo así. Sin embargo, Viñas "no descartaría" que, por los cambios en la circulación atmosférica que ya está provocando el cambio climático, "en un plazo mucho menor de estos 50 años se pudiera volver a gestar una situación similar".

¿Por qué fue excepcional Filomena?

Filomena paralizó durante días Madrid, Toledo o el interior de Castellón. Durante el 8 y 9 de enero no dejó de nevar en toda la Meseta, algo insólito por su duración y abundancia, y que provocó que en la capital se suspendieran las clases durante días o que no pudieran funcionar con normalidad ni la atención sanitaria ni prácticamente ningún medio de transporte -salvo el metro-. La ola de frío que comenzó el día 10 impidió que se derritiera la nieve y complicó aún más una situación que se alargó una semana, con récords de bajas temperaturas por toda España.

Pero, ¿por qué se dio un episodio tan excepcional? Según señala Viñas, la singularidad de Filomena fue su procedencia subtropical, algo "muy poco habitual". En los días previos, había sobre la Península una masa de aire polar, encima de la cual la que situó la masa de aire cálido y húmedo de Filomena, de origen subtropical. La combinación de las dos, con una masa cargada de vapor de agua de una zona más caliente del Atlántico, dio lugar a la abundante nevada.

14 horas - Un año después de Filomena - Escuchar ahora

"En meses como enero, cuando ocurren entradas de aire frío polar puede coincidir con que entre una borrasca por el Atlántico y deje un episodio típico de invierno de nevadas. Lo que pasó es que esta borrasca no vino por la zona normal, que sería Galicia o el Cantábrico, sino que lo hizo por la zona subtropical", explica. De hecho, antes de llegar a la Península, Filomena dejó fuertes lluvias en Canarias, por donde venía desde las Azores.

Este cambio de tendencia será más habitual a causa del cambio climático, coinciden los expertos consultados. Muchas borrascas y "situaciones anómalas" que antes predominaban en latitudes más altas se irán desplazando hacia el sur, y otras más propias de zonas subtropicales se desplazarán hacia el norte, lo que afectará directamente a España. Las temperaturas tan inusualmente altas que se ha vivido este fin de año, señala Viñas, son un ejemplo de esto.

Por ello, "los ciclones tropicales cada vez van a discurrir por latitudes algo más altas, y ya se ve de vez en cuando que una tormenta tropical se acerca a las Canarias y afecta a la península". También contribuye a la intensidad de estos fenómenos el hecho de que el agua del Atlántico, de la que se nutren las tormentas, está cada vez más cálida, añade.

España cubierta por el manto blanco de Filomena, en una imagen del satélite Copernicus Sentinel-3 de la ESA

España cubierta por el manto blanco de Filomena, en una imagen del satélite Copernicus Sentinel-3 de la ESA ESA

Más variación térmica y precipitaciones más torrenciales, pero menos frío

No hay ningún estudio que demuestre que Filomena fue una consecuencia directa del calentamiento global. "Lo que sí tenemos claro que los fenómenos extremos serán más frecuentes, sobre todo en relación a precipitaciones más intensas y en cambios más súbitos de las condiciones térmicas, es decir, de pasar de periodos de mucho frío a otros de mucho más calor", señala Albert Barniol, físico y director del Área de Meteorología de RTVE. Enero de 2021 fue histórico precisamente por eso, con una oscilación térmica de 55 grados: de los -25 ºC en Molina de Aragón el día 12 a los 29,8 ºC en Alicante, la máxima para ese mes, el día 29.

Barniol cita el informe de la AEMET sobre Filomena, que encontraba una posible relación entre el cambio climático y el aumento de la frecuencia de estas nevadas en el calentamiento súbito estratosférico, un fenómeno según el cual "se rompe de alguna manera la circulación general de las borrascas y los anticiclones, y que esto provoca situaciones excepcionales que pueden ser algo más habituales", aclara.

Otro efecto de la crisis climática en un país mediterráneo como España es "una distribución distinta de los patrones de precipitación". Esto no significa que llueva menos, aclara el meteorólogo de TVE, sino que las precipitaciones se concentrarán de otra manera. "Probablemente en los meses de octubre, noviembre y diciembre podríamos tener lluvias más intensas y, en cambio, julio, agosto y septiembre van a ser meses todavía más secos".

Para Bea Hervella, portavoz de la AEMET, lo que sí que está claro es que olas de frío como la que dejó tras de sí Filomena ya están siendo cada vez más cortas. "Entre 1985 y 2010 había ocho días cada invierno de ola de frío. En la década de 2011 a 2020 la cifra se ha reducido a la mitad: ya solo tenemos cuatro días de ola de frío", alerta.

La verdadera preocupación por el cambio climático: sequías y olas de calor

Más allá de grandes nevadas, que en todos los escenarios seguirán siendo anecdóticas en España, los científicos advierten del impacto que tendrá el cambio climático en fenómenos extremos como las olas de calor, las sequías, e incluso las lluvias torrenciales, especialmente en un país situado en plena "zona cero" del cambio climático, el Mediterráneo.

"Los eventos que vamos a tener más con más probabilidad, y que tendrán seguramente mayor incidencia en la salud, seguramente van a ser las olas de calor", subraya Hervella. Estas tienen "más repercusión a nivel humano y provocan más muertes que Filomena, pero en cambio llaman mucho menos la atención porque provocan menos destrozos físicos", sostiene Barniol.

Ante las olas de frío y nevadas excepcionales como Filomena es difícil prevenir, especialmente al desconocerse cuándo tendrán lugar, pero, por el contrario, la adaptación a los fenómenos extremos cálidos es más conocida. "Las ciudades se deben preparar ya, no solo reduciendo las emisiones, sino también con medidas que no son tan complicadas, como plantar más árboles o crear áreas donde haya más zonas de sombra y vegetación", indica el meteorólogo.

Barniol también pide un poco más de humildad. Aunque se podría haber actuado de otra forma con "un poco más de previsión", asegura que "hay que aceptar que también somos vulnerables a según que situaciones y que, por tanto, no las podemos controlar".