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Astronomía

El telescopio espacial James Webb completa su despliegue y se prepara para iniciar la exploración del cosmos

  • Con las dos alas de su gran espejo principal abiertas, ultima su viaje hacia su órbita final, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra
  • El telescopio, considerado el sucesor del Hubble, comenzará a enviar sus primeras imágenes en seis meses

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Recreación artística del telescopio James Webb en el espacio.
Recreación artística del telescopio James Webb en el espacio.

El telescopio espacial James Webb ha completado este sábado con éxito la última etapa de despliegue de su enorme espejo principal, mientras avanza por el espacio a toda velocidad tras su lanzamiento en Navidad para poder iniciar en unos meses la exploración del cosmos.

El icónico espejo principal del telescopio, de 6,5 metros de diámetro y compuesto por 18 hexágonos de berilio bañados en una fina capa de oro, era demasiado grande para caber en el cohete Ariane V en el que fue enviado al espacio hace dos semanas. Por eso sus paneles laterales se doblaron hacia atrás para el lanzamiento.

"El último ala está ahora desplegada", ha informado la NASA a través de Twitter

La primera de las dos alas, la del lado de babor (izquierdo) se desplegó el viernes y la segunda se ha abierto este sábado, como estaba previsto, ha informado la NASA, una circunstancia que parece garantizar la viabilidad de la misión.

Durante una transmisión en directo de un modelo que simulaba lo que estaba sucediendo en tiempo real en el espacio, el público pudo observar este sábado el acoplamiento de esta última ala, la de estribor, del espejo principal.

"Estoy conmovido", ha afirmado Thomas Zurbuchen, jefe de misiones científicas de la NASA . "Qué paso tan extraordinario", ha añadido.

Rumbo a su órbita final

Esta semana ya se abrió con éxito el parasol, del tamaño de una cancha de tenis, que evitará la radiación solar y proporcionará sombra a los instrumentos del observatorio.

La NASA también desempacó esta semana un espejo secundario, todo mientras avanza rumbo a su órbita final, a 1,5 millones de kilómetros la Tierra, en un punto gravitacionalmente estable llamado L2, donde se prevé que llegue el 23 de enero próximo para posteriormente iniciar sus tareas de exploración.

Durante los últimos días el telescopio se ha venido desempacando, alineando y encendiendo poco a poco y con gran cuidado para no arruinar la misión antes de su destino final, en donde permanecerá estacionado durante la próxima década.

El telescopio, diseñado durante más de tres décadas y considerado el sucesor del Hubble, fue enviado al espacio el pasado 25 de diciembre, desde el puerto espacial europeo en Kurú (Guayana Francesa).

"La finalización exitosa de todos los despliegues del telescopio (...) es histórica", ha dicho por su parte Gregory L. Robinson, director del programa Webb en la sede de la NASA.

Objetivo: observar las galaxias tras el Big Bang

Con un coste de 10.000 millones de dólares (más de 8.800 millones de euros al cambio actual), el James Webb ofrecerá una vista inédita del universo y permitirá mirar hacia atrás más de 13.500 millones de años para ver las primeras galaxias que nacieron tras el Big Bang, la gran explosión que dio origen al universo.

Su parasol, que protegerá al observatorio de la radiación solar y mantendrá a sus instrumentos en un ambiente térmico estable, terminó de desdoblarse el martes pasado tras dos días de una delicada maniobra, similar a separar las capas de una cebolla.

"Acabamos de terminar uno de los pasos más desafiantes de nuestro viaje hacia #UnfoldTheUniverse (Desdobla el universo)", señaló entonces la NASA en Twitter.

Destacó que abrió la cinco capas de tensado del parasol completas y que, gracias a ello, se eliminó aproximadamente el 75% de las 344 posibles fallas.

Evitar las fuentes de luz y calor

El James Webb observará principalmente la luz infrarroja de objetos débiles y muy distantes, pero para poder detectar esas señales de calor el telescopio debe mantenerse extremadamente frío y evitar las fuentes externas de luz y calor como el Sol, la Tierra y la Luna o el propio calor emitido por el observatorio.

El miércoles pasado, la NASA desplegó también el espejo secundario del telescopio, un reflector de 0,74 metros. "Se ha desplegado el trípode más sofisticado del mundo", dijo entonces Lee Feinberg, director de proyectos de Webb.

Este espejo está colocado sobre tres puntales de 7 metros de largo y reflejará las firmas infrarrojas capturadas por el espejo principal y las dirigirá hacia los instrumentos del telescopio.

Si todo va bien, este proyecto de la NASA y las agencias espaciales de Europa (ESA) y Canadá (CSA) mostrará las primeras imágenes en unos seis meses, probablemente el próximo mes de junio.