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Arqueología

Un "error informático" pone en duda el hallazgo de los restos del templo de Melqart y Hércules en Cádiz

  • Un cartógrafo ha comprobado que la investigación está basada en un uso erróneo de la tecnología Lidar en el agua
  • El hallazgo de los restos se hizo público hace un mes

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Embarcaciones en Sancti Petri
Embarcaciones en Sancti Petri

La investigación sobre los posibles restos hallados del templo fenicio-púnico de Melqart y de Hércules en Cádiz, realizada por investigadores del Departamento de Prehistoria y Arqueología la Universidad de Sevilla, está ahora en duda por la tecnología empleada para su búsqueda.

El cartógrafo Kiko Sánchez, que ha sido jefe de Cartografía de la Junta de Andalucía y actualmente realiza una tesis doctoral sobre el uso de la tecnología Lidar en arqueología, ha comprobado que la investigación está basada en un uso erróneo de esta tecnología, por lo que sus resultados podrían no ser correctos.

El hallazgo de los supuestos restos del templo se hizo público hace un mes en una rueda de prensa en el Centro de Arqueología Subacuática de Cádiz, presentada por la delegada en Cádiz de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Delegación Provincial en Cádiz, Mercedes Colombo.

Ahora, Colombo repite que "siempre se dijo que era una hipótesis" y que debía confirmarse mediante costosos sondeos submarinos el hallazgo de los restos, que podrán ser la base del templo de Melqart y Hércules. Una estructura de 300 metros de largo y 150 de ancho, que tendría su ubicación a una profundidad de entre cinco y tres metros bajo el agua en una zona entre Sancti Petri y Camposoto.

Este posible descubrimiento salió a raíz de las investigaciones que Ricardo Belizón Aragón realizaba para su tesis doctoral de las Universidad de Sevilla a través del método de teledetección llamado Lidar. Mediante este sistema obtuvo los datos que luego fueron interpretados por un 'software' libre que los transformó en el mapa donde se visualizaba la estructura.

Las estructuras que se ven en esta imagen podrían ser los restos del templo de Melqart y Hércules Universidad de Sevilla

Un sistema cuestionable debajo del agua

El cartógrafo Kiko Sánchez se preguntaba junto a muchos compañeros si realmente sirve la tecnología Lidiar en el agua. Este sistema funciona enviando a la tierra pulsos de luz desde la altura y mide después el tiempo que la superficie tarda en rebotarlos, con lo que se hacen cálculos de alturas.

Sin embargo, el cartógrafo ha concluido que esta tecnología no funciona en una superficie de agua. Puesto que la información retorna con errores, por lo que el mapa se crea con parámetros erroneos y el resultado es irreal.

"Lo que en realidad veían era una estructura a 63 centímetros sobre el nivel del mar. Y si no se ve, es que es un error, no existe", asegura Kiko, que junto a más compañeros suyos ha trasladado esta información al Instituto Geográfico Nacional, al Instituto de Patrimonio Histórico Andaluz y al autor de la investigación.

Una hipótesis precipitada

En España existen cuatro equipos de arqueología con Lidar en cuatro universidades distintas, por lo que señala que "podían haber contactado y haber hecho alguna comprobación antes de lanzarse a una rueda de prensa".

Kiko Sánchez piensa que "ha debido haber mucha premura política" para presentar "una hipótesis" sin haber realizado antes una mínima comprobación, saltándose las normas de todo método científico.

No obstante, en la rueda de prensa, el director del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, Francisco José García, alababa la discreción, la meticulosidad y la prudencia con la que se estaba realizando la investigación.

Antes de esta hipótesis de los restos, ya hubo otra unos meses antes. La investigación de las universidades de Córdoba y Cádiz ubicaban el templo en el Cerro de los Mártires en San Fernando, a apenas unos cuatro kilómetros de distancia.

No obstante, el el cartógrafo defiende que no se cometió el mismo error en esta investigación. El motivo, que la tecnología Lidar fue utilizada para calcular la altimetría de la superficie terrestre de la zona junto a un sonar, que usa la propagación del sonido bajo el agua para detectar objetos sumergidos y así poder encontrar entre el fondo marino los restos del templo, que de momento seguirán siendo un misterio.