Villarejo alude a un "pacto" con el CNI para que se "monitorizara" su vida
- Asegura que las grabaciones que se le incautaron al ser detenido son responsabilidad del CNI
- Ha vuelto a defender la labor que, como "agente de inteligencia", dice que ejerció al servicio del Estado durante años
El excomisario José Manuel Villarejo ha negado estar detrás de las múltiples grabaciones que se le incautaron al ser detenido en 2017 y ha responsabilizado de ellas al CNI, con quien ha dicho alcanzó un "pacto" por el que se "monitorizaba" su vida desde principios de los 2000.
Así lo ha expuesto Villarejo en su declaración como acusado en el juicio de tres piezas separadas de la macrocausa 'Tándem', centradas en las labores de espionaje que habría realizado con CENYT para despachos de abogados, empresarios y particulares y por las que la Fiscalía Anticorrupción pide una condena de 109 años de cárcel. Aunque no estaba prevista su declaración, la incomparecencia de varios acusados ha hecho que Villarejo haya declarado este lunes.
Durante más de tres horas, Villarejo se ha afanado en tratar de desvirtuar todas las acusaciones y no se ha movido un ápice de su versión habitual: todo es un "montaje" del CNI y de Asuntos Internos contra él, con un "arsenal de pruebas montadas" para incriminarle
El excomisario no se ha salido del guión y ha vuelto a defender la labor que, como "agente de inteligencia", dice que ejerció al servicio del Estado durante años, en los que sostiene que le encargaron "cuestiones muy delicadas" que le impedían darse a conocer "con luz y taquígrafos", porque sus funciones de agente de Inteligencia "no habrían tenido sentido".
Villarejo ha reiterado este lunes que su grupo empresarial, CENYT, era una tapadera para su trabajo como agente de Inteligencia, asegurando que así se plasmó por escrito en 1995, cuando se reincorporó como comisario tras una excedencia.
La única condición era que no debía percibir dinero más allá de su nómina, ha señalado, y ha asegurado en este sentido que nunca recibió fondos reservados y que la facturación de sus empresas iba destinada a "reinvertir en la estructura empresarial al servicio del Estado".
El pacto para "monitorizar" su vida
Y ese no es el único pacto al que ha aludido. También ha hecho referencia a otro que dice que suscribió con el Centro Nacional de Inteligencia para que se "monitorizara" su vida, como ha dicho que ocurrió con Bárbara Rey, a quien el CNI le dio copia de las grabaciones con la condición de que no sacara nada, según la versión del comisario.
De esta forma se ha desvinculado de las múltiples grabaciones que se le incautaron tras su detención a finales de 2017 y que han salpicado a numerosos personajes públicos. Según Villarejo, el CNI también le dio copia de esa supuesta monitorización, pero resultó ser una "técnica ficticia" porque "jamás" pensó que sus actuaciones como "agente de inteligencia" iban a ser conocidas "por todos".
Durante un tenso interrogatorio del fiscal, también ha negado tajantemente que pidiese ningún informe de compatibilidad en 2015 para que quedase formalmente acreditada esa actividad empresarial porque estaba convencido "de que estaba trabajando para nuestro país" y ha asegurado que "pedir explicaciones al presidente de turno" le parecía una "incoherencia".
Según ha recalcado, imaginaba que el informe lo pidió el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y ha supuesto que por indicación del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a quienes, sin embargo, no ha nombrado expresamente.
Cree que es un "montaje" del CNI y Asuntos Internos
Ha afirmado que se reunió con el exdirector de la Policía Ignacio Cosidó y el ex director adjunto operativo Eugenio Pino, a quienes explicó "todas las cuestiones". "Colaboré absolutamente", ha dicho.
De nuevo, Villarejo ha asegurado que todas las acusaciones en su contra son un "montaje" del CNI y de Asuntos Internos. "Lo que no sé es cómo no han encontrado cocaína en mi casa", ha ironizado.
Interrogado sobre el presunto encargo de espionaje del despacho Herrero y Asociados, denominado Iron, ha asegurado que nunca les entregó ni listados de llamadas, ni datos bancarios, ni información tributaria de personajes a los que presuntamente espió, documentación hallada en los registros y que, según su versión, fue colocada por Asuntos Internos.
Según ha apuntado, como policía ni tenía ordenador, ni claves para acceder a esa información. Además, ha defendido que "todas las labores de Inteligencia suelen ser secretas", por lo que "hay muy pocas cosas que se escriben". Por ejemplo, ha apuntado, "tampoco creo que hay autorización por escrito para financiar a terroristas y que liberen secuestrados, y se ha hecho".
Su declaración ha comenzado con uno de los ya habituales choques con la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, quien le ha llamado la atención por intentar cuestionar la actuación del fiscal en el procedimiento, quien le ha pedido que no le llamase por su nombre. "Él es una institución, usted es un acusado", le ha espetado la magistrada.
Tras la declaración de otro acusado, Villarejo continuará el martes declarando sobre la causa 'Land' y el proyecto 'Pintor', del que este lunes ha hablado el empresario Juan Leocadio Muñoz, marido de la periodista Ana Rosa Quintana, y su hermano Fernando. Ambos han admitido haberle contratado por 20.000 euros para que investigase patrimonialmente a un tercero y a su abogado.