- Los adolescentes se enfrentan a peligros inimaginables en una Europa hermética donde conseguir asilo es casi imposible
- El documental se ha rodado durante tres años y también incluye los vídeos grabados por los chicos en sus arriesgados trayectos
Cada día con mayor frecuencia, niños y adolescentes huyen de sus países devastados por la guerra en busca de protección y seguridad. Emprenden un viaje peligroso, camino de la deseada y hermética Europa donde se enfrentan a campos de minas, contrabandistas, vallas kilométricas y policía fronteriza.
Para atenuar el miedo que supone cruzar las fronteras, han convertido su arriesgado y peligroso trayecto en un juego. Si llegan a sus destinos, ganan, pero si la policía les arresta, el juego termina.
El juego de pasar fronteras
Son menores y, en muchas ocasiones, los niños que vagan por Europa solos no tienen más de 12 o 13 años.
Su único objetivo, llegar a Alemania, Gran Bretaña, Bélgica o Países Bajos. Proceden de Afganistán, Sudán, Siria o Irak y huyen de la guerra y de la inestabilidad política que asola a sus países de origen. Muchas veces, hasta sus propios padres son los que les alientan a abandonar familia y hogar para buscar una vida mejor lejos de las bombas y de la muerte.
"Yo era feliz en Siria", exclama Mohammed, un adolescente de 14 años que salió caminando hace 10 meses de su tierra y ha cruzado Turquía y Grecia para, desde Albania, llegar a Montenegro. Ahora se enfrenta a un campo de minas en la frontera de Bosnia-Herzegovina.
Como él, cada día más adolescentes viajan por un mundo de sombras en una Europa blindada. Ataviados con una mochila y un móvil, estos chicos han convertido en un macabro juego, el hambre, el frío, la violencia y el miedo que van dejando grabados en sus teléfonos.
“Si la policía te atrapa, tu juego termina“
"¡Hola, amigos! Hoy es mi juego y quiero llegar a Macedonia", les cuenta SK a sus contactos en el vídeo que se está grabando. Con tan solo 15 años, SK abandonó Afganistán hace siete meses y hoy, comienza su particular juego desde una playa de Grecia.
"Si la policía te atrapa, tu juego termina", continua. "Si pasas, ganarás, por eso lo llaman el juego", explica a las periodistas que han estado tres años con ellos siguiéndoles en el peligroso juego al que se han aventurado.
“Si pasas ganarás, por eso lo llaman "el juego"“
Destino, Europa: Game over
"El juego" es el nombre que estos adolescentes emplean para referirse al cruce de fronteras europeas que van pasando hasta llegar a sus destinos. Ahora que se han levantado más vallas en Europa y que conseguir un permiso de asilo es prácticamente imposible, "el juego", cada día es más habitual y no para de registrar nuevos jugadores.
"Jugar al juego es jugar con la vida y la muerte", asegura Mo, un joven iraní de 17 años que lleva dos atrapado en Grecia. "Quiero ir a la escuela. No he venido hasta aquí para vivir como un perro", añade abatido. Pero "no me gusta este juego", se lamenta.
“Jugar al juego es jugar con la vida y la muerte“
Igual que Mo, por toda Europa se encuentran otros chicos que han intentado "el juego" en innumerables ocasiones sin éxito alguno. "Lo más duro es cuando te obligan a regresar", comenta Faiz, un sudanés de 17 años que huyó de su país hace cuatro.
Desde entonces, ha intentado cruzar la frontera italiana hasta en veinte ocasiones. "Venimos de la muerte y vamos hacia la muerte", afirma con impotencia, después de haberse roto la rodilla en el último intento de saltar a Gran Bretaña desde Francia. Para algunos, "el juego" ha terminado antes de lo previsto.
Montañas, ríos, vallas y policía
"Pasar de Bosnia a Eslovenia a través de Croacia fue lo peor, 16 días", cuenta Jano que tenía 17 años cuando salió de Siria con su hermano pequeño, de 15. Caminaron por la nieve, cruzaron montañas y ríos huyendo de los lobos y los osos hasta llegar a la frontera croata. Es la quinta vez que intentan cruzarla y saben de lo que hablan.
"Algunos guardias fronterizos te pegan", afirma Jano que coincide en la experiencia con el afgano SK.
"No hay compasión en sus corazones", asegura, mientras muestra a las periodistas un vídeo que ha grabado de una actuación violenta de la policía con los menores que han intentado franquear las kilométricas vallas de la frontera serbo-croata. "Volveremos una y otra vez, lo intentaremos aunque nos maten", advierte SK.
“Este es el último nivel. Si lo pasamos, todos nuestros problemas se acabarán“
"Quería pedir asilo en Croacia, pero no me permitieron quedarme", cuenta . Así que no ve más salida que seguir jugando.
"Este es el último nivel. Si lo pasamos, todos nuestros problemas se acabarán", cuenta con esperanza en su nuevo intento de salir de Serbia. Son las oscuras consecuencias de la política de asilo europea.