Un madrileño de 19 años lanza al espacio los primeros seis picosatélites españoles
- Julián Fernández es el cofundador de FOSSA Systems, empresa pionera a nivel mundial que fabrica sus dispositivos en Madrid
- Los seis primeros satélites viajarán en un cohete de Space X, la compañía de Elon Musk
En 2019, con tan solo 16 años, Julián Fernández, ya había lanzado con éxito su primer satélite. Ahora es el cofundador y CEO de FOSSA Systems, un proyecto que surgió hace tres años, con el lanzamiento del primer picosatélite español. Por aquel entonces, eran una asociación sin ánimo de lucro; ahora son una entidad comercial con un objetivo claro: democratizar el acceso a la conectividad y al espacio.
“La única diferencia es que antes se hacía desde un dormitorio en mi cuarto y ahora somos una empresa de diecisiete personas lanzando ochenta satélites" - ha declarado Julián Fernández a RTVE. Ese es el objetivo que persiguen, desplegar una constelación de ochenta satélites que comienza con el lanzamiento este jueves de los seis primeros. Viajan al espacio en un cohete de Space X, la compañía de Elon Musk, que, solo en esta misión, tiene previsto desplegar satélites de 29 compañías procedentes de 17 países distintos.
“La idea es tener toda la constelación desplegada en 2023, el primer lanzamiento lo haremos en junio”, ha explicado Vicente González, fundador de FOSSA Systems, una empresa pionera a nivel mundial que fabrica todos sus dispositivos en unas oficinas ubicadas en el centro de Madrid. Al poner en órbita estos ochenta satélites persiguen crear una red espacial dedicada al internet de las cosas, capaz de proporcionar servicios de conectividad en las zonas más remotas del planeta.
Estos picosatélites utilizan la miniaturización de la tecnología, como ocurre en un móvil o en un ordenador portátil, y la llevan al espacio. "Tenemos un sistema mucho más económico, pero que puede dar funciones muy similares a los que ya está en órbita. No significa que sean satélites peores, solo son más económicos y están focalizados en tareas específicas", explica Julián.
Pero, ¿qué son estos picosatélites?
A simple vista, se trata de cubitos muy pequeños, de 10x5x5 centímetros, pero que integran todos los sistemas tradicionales de un satélite. Pesan menos de un kilo y tienen componentes que permiten la innovación continua, reduciendo los tiempos de fabricación y los costes de lanzamiento. “Dan servicio como torres de telecomunicaciones en el espacio”, explica Julián.
En cuanto a sus aplicaciones, la principal ventaja es que la conectividad vía satélite no requiere de infraestructura terrestre, lo cual es muy útil para zonas del planeta sin conectividad de ningún tipo. "El ejemplo más visual yo creo que es el del transporte marítimo. Al final, los contenedores pasan gran parte de su vida útil en el océano, en zonas donde no existe acceso a la cobertura móvil. También se pueden utilizar en grandes extensiones de terreno para monitorización de cultivos o de cabeza de ganado”, explica Vicente González.
Para este tipo de empresas y proyectos, dice Julián Fernández, lo más difícil es encontrar financiación, por eso, valora lo que han logrado hasta el momento. “Hemos crecido de un equipo de dos a diecisiete personas y hemos conseguido todas las licencias y los permisos para poder montar esta constelación. Ahí está el hito más grande que hemos conseguido”. Ahora están realizando varios proyectos piloto y ensayos, y prevén empezar a dar servicio global en los próximos meses.