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Rusia advierte a EE.UU. y a la OTAN: "No esperaremos para siempre una respuesta"

  • Había exigido establecer garantías de seguridad para frenar la expansión de la Alianza Atlántica
  • No descarta dialogar con la Unión Europea, pero solo con EE.UU. a la cabeza de las negociaciones

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Rusia advierte a EEUU y a la OTAN: "no esperaremos para siempre una respuesta"

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha lanzado una advertencia a Estados Unidos y la OTAN: “No esperaremos para siempre” una respuesta a sus exigencias de establecer garantías de seguridad legalmente vinculantes para evitar una mayor expansión de la Alianza Atlántica y el emplazamiento de armamento cerca de sus fronteras.

"Estamos esperando una respuesta por escrito de nuestros colegas”, ha dicho el ministro en su rueda de prensa de comienzo de año. “Creemos que ellos entienden la necesidad de hacerlo inmediatamente y de hacerlo por escrito. No esperaremos para siempre".

Rusia dice sí a negociar con la Unión Europea, pero solo con EE.UU. a la cabeza

Ha manifestado, además, la disposición de Rusia para dialogar con la Unión Europea sobre seguridad europea, pero solo si en ese diálogo participan los Estados Unidos. "A nosotros no nos preocupa tanto quién está en las negociaciones si a la cabeza de las mismas se encuentra EE.UU., porque de ellos depende cómo se está construyendo la política de seguridad en Europa y de hecho, en otras partes del mundo".

Ucrania teme una nueva invasión rusa y lamenta no participar en las negociaciones

Esta semana está siendo clave en las negociaciones entre EE.UU. y Rusia, que tratan de llegar a un acuerdo en Ginebra, sin resultados por ahora, para lograr una distensión de la situación en Europa generada por la crisis en Ucrania. Los rusos también se reunieron con la OTAN en Bruselas este miércoles y con la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) el jueves.

El presidente ucraniano, Volodymir Zelenski, ha propuesto celebrar una reunión con su homólogo estadounidense y ruso para discutir sobre las crecientes preocupaciones de seguridad en torno a Ucrania.

Mientras tanto, la Unión Europea ve cómo se pone sobre la mesa la seguridad de su continente sin su participación, evidenciando su dependencia de los Estados Unidos. Ocurre lo mismo con Ucrania, que teme una escalada en el conflicto y lamenta no tener una silla en las negociaciones sobre su propio futuro.

La UE lamenta que Rusia no muestre señales de querer continuar dialogando

Los Ministros de Exteriores de la Unión Europea han lamentado la falta de interés por seguir con el diálogo con EE.UU y la OTAN por parte de Rusia. Lo han hecho en la reunión informal que mantienen en Brest, que finalizará este viernes. "Parece que los rusos no tienen demasiadas ganas de continuar (dialogando). Pero estén seguros de que Europa estará presente, activa, en todas las negociaciones que sigan, si es que las hay", ha asegurado el alto representante de de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.

Tras las reuniones del martes entre Washington y la Alianza Atlántica con Moscú y la del jueves organizada por la OSCE, el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, aseguró este jueves que no ve "motivos" para reanudar las conversaciones ante el rechazo de Washington y la OTAN a sus demandas de garantías de seguridad.

La ministra de Exteriores de Suecia, Ann Linde, ha calificado de "inaceptable" la petición rusa de reducir la expansión de la OTAN hacia el este, incorporando a antiguas repúblicas soviéticas como Georgia o Ucrania. Annalena Baerbock, por su parte, ha pedido "unidad" a los países europeos para poder defender una misma postura en los distintos "formatos muy intensivos" en los que están presentes en el diálogo con Moscú, es decir, la OTAN, la OSCE y "en pequeño formato", en el cuarteto de Normandía, que reúne a Francia, Alemania, Rusia y Ucrania.

La tensión aumentó en las últimas semanas ante el aumento del número de tropas rusas en la frontera con Ucrania, visto por Occidente como un anuncio de una pronta invasión. El Kremlin publicó entonces una lista de exigencias para rebajar la tensión existente. Entre ellas, exigía que se limitara la actividad de la OTAN en sus países vecinos o que la Alianza Atlántica descartara la unión de Ucrania y Georgia.