El Tribunal Supremo de EE.UU. rechaza de nuevo frenar la ley que impulsa el veto al aborto en Texas
- Es la tercera vez en los últimos seis meses que vuelve a poner en vigor la polémica medida
- La legislación no contiene excepciones para los casos de incesto o violación
El Tribunal Supremo de EE.UU. ha asestado un nuevo golpe a los opositores a la nueva ley de Texas que prohíbe los abortos a partir de las seis semanas de embarazo. De este modo, vuelve a dejar en vigor el veto casi total al aborto en este estado, que no contiene excepciones para los casos de incesto o violación y que promete continuar en vigor durante meses ante la negativa de las cortes de frenarlo.
Por tercera vez en los últimos seis meses, el Supremo ha rechazado frenar la implementación de la polémica ley. El alto tribunal, que cuenta con una sólida mayoría conservadora (seis de nueve jueces), se ha negado, sin explicar sus razones, a devolver el caso a un juez federal que había bloqueado la legislación en primera instancia.
En la práctica, esto significa que el caso sigue en manos del muy conservador tribunal federal de apelaciones de Nueva Orleans, donde los procedimientos están bloqueados.
Los tres magistrados progresistas del Tribunal Supremo se han desmarcado de sus colegas, mientras que los tres magistrados progresistas expresaron su desacuerdo.
"Este caso es un desastre para el Estado de derecho y supone un grave perjuicio para las mujeres en Texas", ha escrito la jueza progresista Sonia Sotomayor, quien ha prometido que no se quedará "callada mientras un estado sigue anulando la garantía constitucional" que es el derecho a abortar.
La ley permite denunciar a la persona que ayude a una embarazada a abortar
El Supremo ya permitió que continuara el veto de Texas justo después de que entrara en vigor en septiembre y volvió a hacerlo en diciembre, cuando devolvió el caso a la corte de apelaciones del Quinto Circuito, una de las más conservadoras del país.
Este lunes pasado, un panel de ese tribunal decidió pedir a la Corte Suprema de Texas que interprete la constitucionalidad del veto, un proceso que promete llevar meses.
Para impedir que la polémica ley siga en vigor en Texas durante ese periodo, grupos que defienden el derecho a abortar enviaron una petición urgente al Supremo estadounidense, con la esperanza de que esa corte anulara la decisión del tribunal de apelaciones.
El objetivo de esos grupos era que el Supremo devolviera el caso a una corte federal inferior que ya bloqueó temporalmente el veto en octubre.
"La gente en Texas sigue obligada a abandonar el estado para conseguir cuidados de salud esenciales, si pueden, o a seguir embarazadas en contra de su voluntad. Esto es inhumano", ha dicho en un comunicado Alexis McGill Johnson, presidenta de Planned Parenthood, la mayor red de clínicas de salud reproductiva de EE.UU.
La ley de Texas permite a particulares presentar demandas civiles contra cualquier persona que ayude a una embarazada a abortar en caso de que crean que están infringiendo la prohibición, y ofrece indemnizaciones de hasta 10.000 dólares a cada demandante por juicio ganado.
El Supremo de EE.UU. tiene previsto decidir a mediados de este año si mantiene en pie el precedente legal marcado por esa misma corte en 1973, conocido como "Roe versus Wade", que garantizó el aborto legal en EE.UU. hasta alrededor de las 24 semanas.
Si el Supremo deroga "Roe versus Wade", cada territorio de EE.UU. sería libre de prohibir o permitir el aborto a su antojo, y se espera que, en ese caso, más de la mitad de los estados del país tomen medidas para vetarlo.