Italia busca a su próximo presidente: claves de una elección incierta que marcará el futuro del país
- El Parlamento inicia este lunes la elección del jefe de Estado con Draghi como favorito
- El presidente de la República tiene cada vez más poder ante la inestabilidad política
Italia llega estos días a uno de sus momentos políticos cumbre, la elección del Presidente de la República. En la votación (o votaciones) emergen conspiraciones, traiciones y rebeliones.
Mario Draghi es el favorito para ascender al Quirinal, el palacio presidencial, pero como ha sucedido tantas veces en la historia, la elección puede contener giros de guión que ni El Sexto Sentido, con más razón en este año pandémico.
¿Tanto revuelo por un cargo simbólico?
Cierto, el presidente de la República acostumbra a mirar los toros desde la barrera pero, cuanto más inestable se ha vuelto la política italiana, más ha metido baza.
Ha pasado de ser solo un árbitro a solucionar problemas como el Señor Lobo. Sonado fue el veto del presidente Mattarella al ministro de Economía anti-euro propuesto en 2018: los partidos tuvieron que poner sobre la mesa otro nombre para poder formar gobierno. Y también Mattarella evitó unas elecciones anticipadas en plena pandemia llamando a Mario Draghi. Así que, sin ser un Macron o un Biden, el presidente italiano tiene poder, y cada vez más.
¿Cuándo van los italianos a las urnas a votar a su presidente?
Van este lunes, pero ojo, no votarán los ciudadanos, sino sólo 1.009 personas: son los llamados “grandes electores”, la suma de diputados, senadores y delegados regionales.
Para votar, acostumbraban a hacinarse en la Cámara de Diputados. Esta vez, por la pandemia, en el hemiciclo sólo podrán estar 200 al mismo tiempo, y habrá medidas especiales para que los grandes electores positivos o en cuarentena puedan votar.
¿Quiénes son los candidatos a presidente de la República?
Según la Constitución, 27.329.267 personas, es decir, todos los italianos mayores de 50 años. En el hemiciclo se han visto votos hasta para Sofía Loren y Rocco Siffredi, votos totalmente legales, pero cuando se ponen serios, los parlamentarios se dejan de actores.
Por eso el gran favorito es el primer ministro Mario Draghi, pero no hay que descartar que el actual presidente, Sergio Mattarella, acabe repitiendo si el proceso se enquista. Circulan otros nombres con menos peso como Giuliano Amato, Pier Ferdinando Casini o Maria Elena Casellati, pero no es raro que todos acaben quemados en las primeras votaciones y acabe siendo presidente alguien con quien nadie contaba.
¿Por qué ha renunciado Berlusconi?
Hay un universo paralelo en el que Silvio Berlusconi es un veterano estadista respetado por todos que no ha pisado un tribunal: allí sería el gran favorito. En este universo y en esta Italia, Berlusconi entusiasma a los suyos y horroriza a los demás. Para alguien tan divisivo era prácticamente imposible reunir los apoyos transversales imprescindibles para ser presidente.
Es más, al ser el voto secreto, ni siquiera era seguro que le respaldasen todos en la derecha. Aún así, Berlusconi, en la llamada por los medios “Operación Ardilla”, no ha parado de hacer llamadas, presentándose a veces como “el señor del Bunga-Bunga” [sic]. Acabada la broma, con Berlusconi fuera del tablero, ha comenzado el verdadero juego del Quirinal.
¿Y Mario Draghi? ¿Por qué querría ser presidente si como primer ministro manda más?
Porque si en 2021 casi todos los partidos han obedecido a Draghi sin rechistar, en 2022 la tregua acabará y comenzarán a ir a la suya. Entramos en año preelectoral y ya no se trata de gobernar sino de ganar puntos en los sondeos de cara a las elecciones de la primavera de 2023. En cambio, desde el Quirinal, Draghi podría seguir marcando el rumbo del gobierno desde la sombra durante los próximos siete años.
Esto Draghi lo gana de calle…
No es tan sencillo. Con Draghi en el Quirinal, el gobierno quedaría descabezado y el riesgo de unas elecciones anticipadas se dispararía. Muchos parlamentarios tienen miedo a las elecciones porque entra en vigor una reforma que encoge la Cámara y el Senado, es decir, se juegan perder su escaño y su trabajo.
Y terror es lo que tienen en el Movimiento 5 Estrellas, el mayor grupo del parlamento, que según las encuestas está llamado a darse un batacazo de los que hacen historia. Esos parlamentarios no votarán por el mejor presidente, sino por el que retrase lo más posible la cita con las urnas. Por eso, el nombre de Draghi irá ligado muy probablemente a un acuerdo transversal sobre el nuevo gobierno y el nuevo primer ministro, evitando el anticipo electoral.
¿Cuándo habrá nuevo presidente de la República?
Es la pregunta más difícil de responder. Podría ser ya este lunes, si los grandes electores votaran en masa a un sólo candidato. Pero si nadie recibiera 672 votos (dos tercios de los “grandes electores”), al día siguiente iríamos a la segunda votación y, al otro, a la tercera. A partir del cuarto voto basta con 505 votos (mayoría simple).
Paciencia: para escoger a Giovanni Leone en 1971 llegaron a las 23 votaciones. Cuanto más se alargue el proceso, más nervios, más intranquilidad en los mercados y más posibilidades de que los parlamentarios pidan de rodillas a Sergio Mattarella que se quede.