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'Cerdita', la catarsis no normativa que asalta Sundance

  • La ópera prima de Carlota Pereda, participada por RTVE, participa en el festival estadounidense
  • Toma como punto de partida su cortometraje ganador del Goya en 2019

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'Cerdita': la ópera prima de Carlota Pereda, única película española en Sundance

Obligados por ómicron, los participantes del Festival de Sundance celebran estos días una edición completamente virtual, lejos de las montañas de Utah. Carlota Pereda, directora de Cerdita, la única película española del certamen, trata de destacar el aspecto positivo: “Por lo menos me está dando tiempo a ver películas, si estuviera allí estaría todo el día en reuniones”.

Cerdita llega a Sundance tras un largo viaje. Su origen fue un cortometraje que en 2019 ganó el Premio Goya. Ahora se extiende a largometraje aún más salvaje y desafiante: terror, bullying, serial-killer, España vaciada encajan en una propuesta atractiva con cargas de profundidad morales.

El inicio de Cerdita es prácticamente el cortometraje homónimo: Sara (Laura Galán), una adolescente de un pueblo, vive acosada y marginada por su sobrepeso. Un día de verano, niñas de su edad le agreden, roban su ropa y le dejan sola en una piscina. Mientras regresa al pueblo, Sara descubre que las adolescentes han sido secuestradas por un psicópata. Paralizada, no sabe cómo actuar ante la desgracia de quienes destrozan su vida. A partir de ahí, una montaña rusa de suspense.

Fotograma de 'Cerdita'

“El cine de terror que se basa nuestro miedo al otro, pero aquí el otro somos nosotros: ese no sentirse a gusto en tu propia piel, pensar que no perteneces, que tiene tanto que ver con la adolescencia y con los cuerpos no normativos”, explica Pereda.

Dice Pereda que Cerdita surge de su miedo como madre al bullying y afirma que, en su pasado de adolescente LGBTQIA, ocultaba sus sentimientos. Carmen Machi interpreta a una insensible madre igualmente opresora para Sara. “La base de la película es colocarte en el lugar de Sara. Y, a partir de ahí, descubrí que había margen para hacer un thriller”.

El cine de género como acto político

Precisamente en Sundance puede verse estos días el documental Brainwashed, de Nina Menkes, cineasta que reflexiona sobre si la historia del cine está construida sobre un lenguaje visual de la opresión: encuadres, iluminación y códigos cinematográficos en general someten a las mujeres en las imágenes.

Carlota Pereda dando instrucciones a la protagonista, Laura Galán

En ese sentido, Cerdita es una película que dialoga directamente con Titane, de Julia Ducournau: subvertir el cine de género para mostrar un cambio de paradigma ideológico. “Es verdad. Cuando enfocas algo, ya estás haciendo un comentario. Cada movimiento de cámara, cada manera de enfocar, es un acto político de una manera u otra”, sostiene Pereda.

El espectador de Cerdita disfruta con el trabajado suspense, pero es incomodado constantemente con su fondo moral. Aunque el fondo conecta con una de las principales corrientes temáticas de la actualidad, la defensa de la diversidad, el guion es todo menos complaciente.

Uno de los grandes aciertos es encajar el género en un ambiente hiperrealista y costumbrista de pueblo. “El cine coreano hace eso muy bien: anclar el género en una realidad social muy local. En fin, me encanta Berlanga y si escribo de lo que conozco siempre va a tener más verdad”.

¿Visibilizar es clave para normalizar? “Sí, es una cosa que decía Marcel Proust: El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos. Y es verdad: cuando cambias tu forma de mirar, ya no hay vuelta atrás”.

Fotograma de 'Cerdita'