La desgarradora reivindicación de Maryse Condé de Tituba, la "bruja negra de Salem"
- Se publica una de las grandes novelas de la eterna candidata al Nobel de Literatura
- La escritora reivindica a la esclava negra que fue condenada por brujería en los juicios de Salem
Eterna candidata al Premio Nobel de Literatura y ganadora del Premio Nobel Alternativo en 2018, la escritora Maryse Conde (Isla de Guadalupe, 1937) lleva toda su vida reivindicando el feminismo y la cultura africana en grandes novelas como La deseada, La vida sin maquillaje o Corazón que ríe, corazón que llora. Todas publicadas por Impedimenta dentro de una colección a la que ahora se une Yo, Tituba, la bruja negra de Salem (1986), inspirada en la esclava negra que fue la primera acusada de brujería en los famosos juicios de Salem de 1692.
Una historia tan bella como desgarradora en la que Maryse trata temas como la pérdida de la inocencia, el racismo, la esclavitud, la violencia, la búsqueda de las raíces, el deseo femenino, la religión, la diáspora y las supersticiones. Para muchos es la mejor novela de la autora.
Y todo eso lo cuenta a través de la historia de esta joven, hija de una esclava violada por un marinero inglés a bordo de un barco negrero, y cuyos padres no conocieron otra cosa que los abusos de los blancos, que los trataban peor que animales.
En la novela, Tituba es iniciada en el arte de lo sobrenatural por Man Yaya, una de las curanderas más poderosas de la isla de Barbados, y se convertirá en una bruja, pero con una connotación muy diferente a la occidental, ya que las brujas de esa isla usan sus plantas y pociones mágicas para ayudar a la gente.
Aunque Tituba es libre en su juventud, acabará convirtiéndose en esclava cuando se enamora y se casa con un esclavo negro. Ambos serán llevados al continente americano hasta convertirse en propiedad de un pastor obsesionado con el diablo que recibirá el encargo de ocuparse de la iglesia de la pequeña comunidad puritana de Salem, en Massachusetts, donde Tituba terminará siendo juzgada y encarcelada por bruja.
Una historia sobre la libertad, las supersticiones y el sexo
La libertad es lo que Tituba buscará durante toda la novela y lo que se le negará una y otra vez. En su juventud es libre, pero el descubrimiento de su sexualidad y su tendencia a enamorarse de hombres indeseables llevará a esta mujer a aceptar voluntariamente la esclavitud en su búsqueda del amor y el placer.
Destacar esa reivindicación del autodescubrimiento, de la sexualidad y de la búsqueda del placer femenino que también recorre toda la novela. Y la lucha constante por la reivindicación de la mujer y lo femenino en un mundo tremendamente machista en el que, si la vida de los esclavos no valía nada, la de las esclavas aún menos.
Por supuesto, otro de los temas es esa permanente búsqueda de sus raíces por parte de Tituba; esa identidad caribeña a la que se verá obligada a renunciar y que intentará recuperar una y otra vez.
Destacar también la religión y las supersticiones. El miedo a los demás, e incluso a nosotros mismos, que es la única explicación para barbaridades como los juicios de Salem. Y la Diáspora (palabra que designa a pueblos diseminados fuera de su país de origen), que es otro de los temas recurrentes en la bibliografía de Maryse Condé y que aquí está representado en la figura de la protagonista y de un comerciante judío que se convertirá en otro de los amos de Tituba, y al que los puritanos de Salem no dejarán tranquilo por sus creencias religiosas.
En definitiva, una novela que apela a la libertad, a la tolerancia, a la independencia, al amor... y al valor de tantas y tantas mujeres anónimas a lo largo de nuestra historia.
La "bruja negra de Salem"
La auténtica Tituba, de la que desconocemos casi todo, fue una esclava del siglo XVII que sirvió al reverendo Samuel Parris, padre de Betty Parris y tío de Abigail Williams, las dos niñas famosas por fingir que estaban embrujadas y cuya travesura dio origen a los famosos juicios de Salem, de 1692, en los que se juzgaría a más de 200 personas, se encarcelaría a unas 150, y se ejecutaría a una veintena, la mayoría mujeres.
De hecho, Tituba fue la primera persona en ser acusada de brujería por las niñas, lo que la ha convertido en un símbolo contra la intolerancia y los prejuicios de género y raciales. Tras la acusación, Tituba fue torturada por el reverendo Samuel Parris, que la obligó a confesar que practicaba la brujería sacrificando a animales, e incluso volando en palos de un sitio a otro. Y acabó en la cárcel, condenada por brujería.
Al final desapareció sin dejar rastro, pero Maryse Condé ha querido darle un final más épico, convirtiéndola en una figura fundamental en las primeras revueltas de esclavos en su país natal, en la época de los negros cimarrones.
Ni siquiera sabemos sus orígenes ni su etnia con certeza (hay teorías que dicen que incluso podía ser india), pero la cultura popular convirtió a Tituba en la "bruja negra de Salem", y en una especie de hechicera vudú. Se hizo tan famosa que grandes historiadores y escritores se dejaron "hechizar" por su figura, destacando a Arthur Miller y su famosa obra de teatro Las brujas de Salem.
Los padres de Maryse rechazaban su herencia africana
No podemos terminar sin destacar la estupenda traducción de la novela, por parte de Martha Asunción Alonso, y la fantástica edición de Impedimenta, una editorial que nos sigue ofreciendo algunos los mejores títulos de la literatura actual y continúa rescatando clásicos imperecederos como este Yo, Tituba, la bruja negra de Salem. Y a la que queremos felicitar porque este 2022 celebra su 15 aniversario.
Queremos recordaros que nuestra compañera Ana Belén Flores ya recomendó esta historia en su lista de los mejores libros para comenzar este 2022. Y para animaros a que rescatéis alguna otra de sus recomendaciones.
Por cierto, que la publicación de este libro coincide con la iniciativa del Parlament para "reparar" la memoria de las mujeres condenadas por brujería en Cataluña. Y es que no podemos olvidar que en España fueron asesinadas cientos de mujeres acusadas de brujería.
Y para concluir os recomendamos la entrevista que Página 2 dedicó a Maryse Condé con motivo de la concesión del Premio nobel Alternativo de Literatura y de la publicación de su novela. En ella la escritora confesaba su profundo amor por su madre, aunque nunca entendió por qué sus progenitores se las daban de altivos y rechazaban su propia herencia africana, algo muy presente, como decimos, en este Yo, Tituba.