La Asamblea de la República, epicentro de la crisis política en Portugal: "Pensaba que al final se iba a imponer el sentido común"
- RTVE entrevista a dos de los vicepresidentes de la Asamblea: Edite Estrela, del Partido Socialista, y Fernando Negrão, del PSD
- El no a los presupuestos de la derecha y del Bloco de Esquerda y el Partido Comunista provocó el adelanto electoral
"Tengo la conciencia tranquila. Hice todo lo que pude para sacar adelante estos presupuestos". Con esta frase asumía el socialista António Costa que la legislatura acababa abruptamente a mitad de mandato en Portugal.
El no a sus presupuestos de toda la derecha parlamentaria y de sus antiguos socios, el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista de Portugal, provocó el adelanto electoral. "Si mañana no tiene presupuestos generales es porque no ha querido negociar", le espetaba al primer ministro Catarina Martins, la líder del Bloco.
Así se escenificó el divorcio (o separación) de la llamada geringonça, la inédita alianza parlamentaria entre partidos de la izquierda portuguesa que llevó a Costa al poder contra todo pronóstico en 2015.
Geringonça en portugués es una especie de cacharro, algo inestable que no se sabe si va a funcionar o no. Funcionó seis años, seis cuentas públicas salieron adelante…el séptimo presupuesto se atascó y la coalición acabó saltando por los aires el 27 de octubre de 2021.
Volvemos a la Asamblea de la República, epicentro del terremoto político que ha llevado a Portugal a una elecciones anticipadas a mitad de mandato y en plena pandemia.
El Palacio de São Bento, en Lisboa, es un espectacular edificio de estilo neoclásico. Visitamos el hemiciclo, ahora vacío, de la mano de dos de sus vicepresidentes: la veterana política Edite Estrela del Partido Socialista y Fernando Negrão, del PSD.
Debates más sosegados en Portugal
Edite Estrela dice que recuerda con estupor y tristeza ese día. “Pensaba que al final se iba a imponer el sentido común y que los presupuestos seguirían su tramitación parlamentaria. En medio de una crisis sanitaria, de una crisis económica y social entramos en una crisis política que nada justificaba y que los portugueses no querían".
El resultado también cogió por sorpresa a Fernando Negrão. "Fue un debate muy tenso, pero pensábamos que alguno de los socios de António Costa iba a echarse para atrás. Al final los presupuestos no salieron adelante y el presidente (Marcelo Rebelo de Sousa) disolvió la Asamblea y convocó elecciones”.
Estrela y Negrão, a los que entrevistamos por separado por motivos de agenda, coinciden en algo. Los debates en Portugal poco se parecen a los del Congreso de los Diputados. "En Madrid y en otros parlamentos europeos algunas veces, no siempre ni todos los diputados, pero los debates son agresivos, suben mucho el tono y el registro también", opina Estrela.
“Adoramos a los españoles, su alegría, su entusiasmo, pero el portugués es mucho más calmado“
En Portugal, nos explican, los debates son intensos, vivos, se defienden las ideas, con ardor, con argumentos, pero no es habitual, aseguran, bajar al barro. Ambos lo atribuyen al carácter de los portugueses. "Adoramos a los españoles, su alegría, su entusiasmo, pero el portugués es mucho más calmado", dice entre risas Fernando Negrão. Nos cuenta que algunas veces algún diputado ha perdido los nervios, pero es poco habitual. Los ataques personales entre diputados, asegura, son una rareza. "Habrá pasado dos o tres veces en más de 40 años de democracia. No es significativo".
Unas elecciones más inciertas que nunca
El actual primer ministro, António Costa, partía favorito en todas las encuestas, a mucha distancia de su principal rival, Rui Rio, exalcalde de Oporto y candidato del PSD. Pero a medida que la campaña avanzaba, Rio iba ganando terreno y Costa lo perdía. Ahora aquí hablan de empate técnico.
Los indecisos, el 30% según los sondeos, y sobre todo los confinados podrían ser clave. Hay un millón de personas en confinamiento obligatorio, el 10% del censo portugués. Aquí le temen a la abstención. Si es muy alta, dice la diputada socialista Edite Estrela, "podría distorsionar los resultados, al perjudicar a los partidos grandes y sobre representar a otras formaciones muy minoritarias".
También es una incógnita si Chega, el partido de extrema derecha que en 2019 logró entrar al parlamento portugués por primera vez con un diputado, tendrá o no el importante avance que auguran las encuestas. Algunas le sitúan como tercera fuerza en Portugal, desplazando al Bloco de Esquerda.
El líder de Chega, André Ventura, avisa: si sacan más del 7% de los votos van a pedir entrar a un posible gobierno de coalición de derechas encabezado por Rui Rio. Rio descarta tajantemente darles ministerios, pero se abre a recibir sus votos para ser primer ministro.
"Rui Rio tiene la cabeza muy bien amueblada", asegura el vicepresidente de la Asamblea Fernando Negrão. "Formará él mismo un gobierno o dará su apoyo para que se forme un gobierno estable. Es el único que tiene la creatividad y el coraje para hacerlo".
Pero quién gobierna en Portugal y con quién lo deciden este domingo los casi 11 millones de portugueses y portuguesas llamados a las urnas. La clave podría estar en la correlación de fuerzas izquierda-derecha. O no. De momento, los 230 escaños de la Asamblea de la República esperan silenciosos a sus nuevos inquilinos.