La vacuna en el mundo: más de 10.000 millones de dosis que siguen sin llegar a todos
- Un año después del inicio de la campaña de vacunación, las diferencias entre los países persisten
- La OMS marca mediados de 2022 como fecha límite para tener al 70 % de la población vacunada
La vacunación contra el coronavirus en el mundo ha cumplido esta semana un nuevo hito: la administración de más de 10.000 millones de dosis. Ya han pasado más de doce meses desde que las primeras dosis comenzaran a circular en países como Reino Unido y Estados Unidos, pioneros en esta carrera. Con los últimos datos de Our World In Data, ya se han administrado más de 10.000 millones en 189 países, 17,76 millones en el último día y con una media de 25 millones de inoculaciones en las fechas más recientes, aunque el ritmo ha ido frenando. El récord de inyecciones diarias se registró el pasado 10 de enero, cuando se anotaron más de 59 millones en una sola jornada.
Después de un año y con las peores cifras de contagios registrados de toda la pandemia, los datos de ingresos hospitalarios, así como de defunciones, demuestran que las vacunas funcionan. Pero las buenas noticias no llegan a todos por igual. Las diferencias entre regiones -y, sobre todo, entre rentas- siguen marcando el rumbo de la lucha contra la enfermedad. Y aunque contener la pandemia lo requiere, no parece que la brecha vaya a desaparecer a corto plazo.
1. Un 70 % de la población mundial vacunada en 2022. ¿Es posible?
La desigualdad también se hace hueco en tiempos de adversidad, algo que desde el inicio de la pandemia ha denunciado la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por eso, su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, hizo un llamamiento a finales de 2021 y marcó julio de este año como la fecha límite para tener vacunada al 70 % de la población global.
Pero, ¿es posible conseguirlo en menos de seis meses? Con la información de Our World In Data (OWID) y, teniendo en cuenta la media diaria de personas que reciben segundas dosis en las últimas dos semanas, muchos territorios se quedarían sin llegar a esta meta. En el siguiente gráfico se muestra que gran parte de África no alcanzaría la inmunidad de rebaño, pero tampoco países de Europa, Latinoamérica y Oceanía. Ni siquiera Estados Unidos, uno de los primeros territorios en iniciar la vacunación masiva.
Adhanom Ghebreyesus urgía "a los líderes de los países ricos" y a las industrias farmacéuticas para que trabajasen unidos tras “las lecciones de alfa, beta, gamma, delta y ahora ómicron". De momento, la OMS informaba a mediados de enero de este año que, gracias a COVAX (Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19), ya se habían repartido más de 1.000 millones de vacunas entre los países con menos recursos.
Sin embargo, los reclamos de la organización no siempre se han cumplido. Por eso, esta nueva meta del 70 % busca remediar el anterior objetivo, que buscaba tener al 40 % de la población vacunada en 2021. Gran parte de los países de África y algunos de Europa, Asia y Oceanía ni siquiera han alcanzado aún ese porcentaje.
2. A vueltas con terceras y cuartas dosis
Y mientras la OMS pedía en agosto de 2021 que no se administraran terceras dosis hasta que todo el planeta contara con la pauta completa, países como Israel y Chile ya inoculan una cuarta. En Europa, el tercer pinchazo está recomendado para los mayores de 18 años; España también ha rebajado el umbral para situarse en los estándares europeos y no se plantea, de momento, hablar de más inoculaciones adicionales.
En el siguiente gráfico se puede ver que el nivel de renta de los países también afecta a la administración de distintos tipos de dosis. Si se tienen en cuenta las dosis de refuerzo ya distribuidas entre los países de rentas más altas, estas duplican todas las administradas en regiones con ingresos más bajos donde, en muchos casos, aún no se ha conseguido cerrar la pauta de vacunación.
Y si el nivel de renta se divide aún más, las diferencias siguen siendo muy pronunciadas.
3. El camino hasta aquí y el futuro desde ahora
Como se puede observar en el siguiente gráfico, el punto mínimo en los últimos meses en el ritmo de vacunación se localiza el pasado 17 de octubre, momento en el que comenzó a recuperar fuerza tras un mes prácticamente de caída. Pese a la remontada, desde hace una semana la curva vuelve de nuevo a descender.
Y a partir de aquí, ¿hacia dónde avanzar? Hace unas semanas, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba la intención del Ejecutivo de llevar a cabo un plan para que el coronavirus pasara a ser tratado como una enfermedad respiratoria más. Por extensión, el Ministerio de Sanidad, liderado por Carolina Darias, aseguraba, no obstante, que el proyecto de "gripalización" no se pondría en marcha hasta el fin de la sexta ola, y que pretendían presentar la idea ante sus socios europeos.
Este propósito también forma parte de la futura estrategia de la OMS. La organización publicará, previsiblemente a finales de febrero, un plan de transición para llevar la gestión actual de la pandemia a una "fase de control" que sustituya a la actual situación de emergencia. Así lo comunicaba el pasado lunes el director de Emergencias Sanitarias del organismo, Mike Ryan.
El objetivo final será que haya un "control sostenido" de la enfermedad, como ocurre con la gripe. Sin embargo, Ryan advertía que antes debían cumplirse algunos requisitos previos, "como reducir la infección descontrolada, especialmente en poblaciones vulnerables, y reducir el riesgo de que surjan nuevas variantes".