Pugna por la victoria, por los votantes de Cs y el voto urbano de la España Vaciada, claves electorales en Castilla y León
- Los cruces de datos de la encuesta preelectoral del CIS permiten indagar en el perfil del voto ante el 13-F
La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para las elecciones de Castilla y León difundida esta semana apunta al PSOE como partido ganador con el 30,8 % de los votos, pero a solo un punto del PP (29,8 %) y con ambos con posibilidades de gobernar la Junta con el necesario apoyo de otros partidos. A la incertidumbre de las posibles combinaciones ganadoras se une que el 31 % de los electores reconocen que aún no saben qué van a votar.
Las estimaciones de voto del CIS llevan tiempo siendo polémicas, y en esta ocasión también, por ser el único gran sondeo que apunta a una victoria socialista. En las elecciones de los últimos años, el CIS ha tendido a sobreestimar las perspectivas electorales de la izquierda en comparación con el resto de encuestadoras privadas y con el escrutinio final de las urnas. Y pasó en las últimas elecciones de 2019 en Castilla y León, aunque no con el resultado de PSOE, para el que la estimación se quedó corta, sino con el de Podemos, que sacó menos de la mitad de los votos que se le atribuían en el sondeo.
Pero, al margen de las estimaciones de voto y escaños -la denominada 'cocina'-, la encuesta del CIS es la más potente de las disponibles. Se aplica a una enorme muestra de 7.131 entrevistas, con un mínimo por circunscripción de 441 (Soria), por lo que los datos 'crudos' permiten cruces interesantes del voto a cada partido a partir del perfil de los votantes.
Y en ese sentido, el análisis de los datos apunta a una pugna igualada entre PSOE y PP por el primer puesto, y a otra entre Vox y Unidas Podemos por alzarse como tercera fuerza y aliado en un gobierno de coalición que parece inevitable, todos a costa de un Ciudadanos que se desinfla en la región donde cogobernaba. Y además, un resultado en apariencia paradójico: las formaciones locales y regionales que concurren por los intereses de la España vaciada y hacen bandera de la lucha contra la despoblación atraen más bien el voto urbano.
El trasvase del voto que muestra el macrosondeo del CIS ilustra estas tendencias. La política de bloques instalada descartaría fugas de votantes de partidos de izquierda a la derecha o al contrario, así que todo dependería de la capacidad para movilizar a los abstencionistas e impedir que los propios se desmovilicen. Y ahí Ciudadanos tendría las de perder, incapaz de retener a apenas uno de cada tres votantes de 2019 y con 15 % pensando en quedarse en casa.
Dentro del mismo bloque ideológico, el PSOE obtendría más votantes de Podemos (14,2 %) que los que se le irían a los 'morados' (3,9 %). El PP, por su parte, presentaría un saldo positivo con Vox (captaría a un 15 % de votantes de esta formación en 2019, aunque perdería un 11 % de los propios), pero la ruptura con sus socios le saldría bien a Mañueco si capturase el 22 % de votantes de Ciudadanos que ahora podrían cambiar de papeleta.
Respecto a las nuevas formaciones de la España Vaciada, se observa que su voto vendría principalmente de la izquierda (PSOE y Unidas Podemos) y de Ciudadanos, de donde proceden también algunos de los candidatos de sus listas.
El PSOE destaca entre votantes de toda clase social
También es llamativa la preferencia del voto en función de la clase social en la que los ciudadanos se autoubican. El PSOE no solo es el partido preferido por las personas que se consideran de clase media-baja o inferior, sino que también es la primera opción entre los votantes que se identifican como de clase media-alta y alta.
Los partidos del bloque de la derecha (PP, Vox y Ciudadanos) obtienen más simpatía a medida que la clase social es superior, aunque el PP logra una mayor transversalidad y tiene elevados porcentajes en todas las clases sociales. Y Unidas Podemos obtiene la mayor identificación entre las personas que se consideran a sí mismas de clase obrera y trabajadora.
La polémica de las macrogranjas no llega al electorado
La encuesta preelectoral del CIS se realizó entre el 7 y el 22 de enero, cuando la precampaña de las elecciones ya se había puesto en marcha con la polémica por las macrogranjas porcinas, a raíz de las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, al diario británico The Guardian, en las que criticaba la calidad de la carne de este tipo de explotaciones frente a la ganadería intensiva. Desató un rifirrafe político al que se sumaron las organizaciones agrarias e incluso el PSOE se desmarcó de las palabras del ministro de Unidas Podemos.
Este problema no llegó a preocupar al electorado. A pesar de estar en todo su fragor mientras se ejecutaba la encuesta, no figura en la lista de 46 asuntos que los participantes en el sondeo citaron cuando se les preguntó por el principal problema de Castilla y León; el 1,4 % mencionó los problemas relacionados con la agricultura y la ganadería y el 0,1 %, el medio ambiente. Para los castellanoleoneses, los principales problemas actualmente son la despoblación (30,1 %) y el paro (18,1 %).
El interés por las macrogranjas por parte de los partidos de la derecha tiene su reflejo en el voto a estos. Como se ve en el gráfico siguiente sobre las preferencias de voto en función de la ocupación, agricultores y trabajadores agropecuarios tienen más inclinación a apoyar al PP (26,3 % de este grupo profesional) y a Vox (18,8 %), por encima del PSOE (15,5 %).
Las mujeres, más abstencionistas ante la cita del 13-F
En cuanto a las diferentes preferencias de hombres y mujeres, según se desprende del CIS, las mujeres votan más a los partidos tradicionales, PSOE y PP, pero también son más abstencionistas y son más mujeres que hombres las que se plantean no votar el 13 de febrero.
Por su parte, los hombres se muestran más proclives a votar a Unidas Podemos y, en especial, a Vox. El voto a los partidos regionalistas y provinciales como UPL, Por Ávila y las nuevas candidaturas de Soria ¡Ya! y España Vaciada también presenta un perfil masculino.
Relacionado con lo que se observaba por edades, un mayor nivel de estudios se relaciona con el voto a formaciones de nuevo cuño. El peso del voto a las formaciones más 'tradicionales' en Castilla y León (PSOE, PP y también UPL) es mayor entre las personas con menor formación académica y decrece a medida que suben los años de estudios cursados -salvo en el caso de los regionalistas leoneses. En el caso de Podemos, Ciudadanos y Vox, y también, en su escala, en lo que respecta a las candidaturas de Por Ávila, Soria ¡Ya! y la España Vaciada, reciben más apoyos entre quienes han cursado estudios de Secundaria o superiores.