Mattarella, reelegido presidente de Italia tras el fracaso para nombrar a otro candidato
- A falta del recuento final, ha obtenido los 505 votos necesarios en la octava votación en el Parlamento
- Los partidos han sido incapaces de encontrar una alternativa durante siete votaciones consecutivas
El Parlamento de Italia ha elegido este sábado a Sergio Mattarella para un nuevo mandato como jefe del Estado, después de que los partidos hayan sido incapaces de encontrar una alternativa durante siete votaciones consecutivas.
Mattarella ha obtenido 759 votos, de los 505 necesarios (mayoría absoluta de los 1.009 "grandes electores" que podían participar), y el Parlamento lo ha celebrado con un largo aplauso. En su anterior elección, en 2015, había obtenido 665 votos.
El actual mandato de Mattarella concluye el 3 de febrero y ya había indicado que no quería renovar por un segundo septenio, pero este sábado ha reconocido que aceptará a los partidos que le comunicaron su intención de apoyar su reelección, en una visita personal que realizaron a la sede de la Presidencia de la República antes de la votación.
El jurista siciliano se convertirá en el segundo jefe del Estado en repetir mandato, después de que Giorgio Napolitano lo tuviera que hacer en 2013, también a pesar de que había dicho que quería jubilarse, si bien firmó su dimisión en 2015.
Han sido necesarias ocho votaciones para que los partidos pusieran fin al impás y la solución ha sido dejar todo como está, que Mattarella siga al frente de la Jefatura del Estado y Mario Draghi en el Gobierno.
El primer ministro, Mario Draghi, había mostrado su voluntad para ser el nuevo presidente, pero su designación habría exigido nombrar a otro jefe del Gobierno capaz de mantener unida a la heterogénea coalición actual, y esto no ha sido posible.
La reelección de Mattarella es una "noticia espléndida para los italianos", ha dicho Draghi en un comunicado tras la votación. "Estoy agradecido con el presidente por su decisión de aceptar la voluntad extremadamente fuerte del Parlamento de reelegirlo para un segundo mandato".
Mattarella, única figura de consenso
Tanto la Liga de Salvini como Forza Italia han abrazado la perspectiva de mantener el statu quo, su aliado Hermanos de Italia, que no se ha sumado a ellos en la coalición gobernante, se ha mostrado más escéptico al respecto.
"Los italianos no se merecen más días de desconcierto. Tengo la conciencia tranquila, he hecho numerosas propuestas, todas de alto nivel, todas rechazadas por la izquierda. Defendemos que Mattarella sigua en el Quirinal (sede de la Jefatura del Estado) y Mario Draghi en el Gobierno", ha escrito el líder de la Liga, Matteo Salvini.
"Mantener a Mattarella en el Quirinal y a Draghi en el Gobierno es la única forma de sacar a Italia de esta locura extravagante y de la falta de liderazgo político", ha señalado, por su parte, el ex primer ministro, Matteo Renzi, en las redes sociales.
En la misma línea se ha manifestado el líder del Partido Demócrata (PD), Enrico Letta, quien ha colgado una fotografía en Twitter en la que se podía leer "Gracias presidente Mattarella", mientras que el de Forza Italia, Silvio Berlusconi, ha dicho en una nota que es el único que puede garantizar la unidad.
Fracaso de los partidos para dialogar y encontrar puntos de convergencia
La elección de Mattarella ha evidenciado el fracaso de los partidos políticos para dialogar y encontrar puntos de convergencia.
El líder del PD, Letta, había defendido al actual primer ministro, Draghi, como mejor opción, pero la Liga, Forza Italia y el M5S lo habían rechazado, argumentando que debe seguir su labor en el Ejecutivo en un año relevante, pues Italia ha iniciado el camino de la recuperación económica tras la pandemia y debe demostrar a Bruselas que cumple con las reformas pactadas para recibir ya en 2022 casi 46.000 millones de euros, de los 191.500 millones podrá obtener de fondos europeos hasta 2026.
La coalición de derechas, formada por Forza Italia, Hermanos de Italia y la Liga, había propuesto varios candidatos que fueron rechazados por la izquierda y el viernes se estrelló en el Parlamento con la propuesta de la presidenta del Senado, Maria Elisabetta Alberti Casellati, que sacó incluso menos votos que los que conforman la alianza conservadora, lo que desató una crisis entre los socios por saber quién se había desmarcado de la línea pactada.
Esta alianza tripartita sale duramente dañada tras estos días, pues la líder de Hermanos de Italia no ha ocultado públicamente sus discrepancias con Salvini por la elección de Mattarella y Forza Italia ha señalado que a partir de ahora actuará con independencia.
Salvini, que tomó las riendas de la negociación por parte de la derecha, lanzó el viernes la idea de que la Jefatura del Gobierno fuera ocupada por otra mujer, algo que no ha ocurrido nunca en la historia del país y que respaldó Conte, y entonces uno de los nombres que cobró entonces fuerza fue el de la actual jefa de los servicios secretos del país, Elisabetta Belloni. Pero fue tildada de "inaceptable" por el exprimer ministro Matteo Renzi y también este sábado el diputado de Forza Italia, Antonio Tajani, reconoció que su formación preferiría un perfil político.