La comunidad más grande no tiene capital ni himno: datos y curiosidades de Castilla y León ante sus elecciones
- ¿Sabías que Castilla y León es la autonomía más extensa y con más municipios de España?
- Surgida de la conjunción de dos reinos históricos, su unión fue una decisión política que no dejó satisfechos a todos
Castilla y León celebrará el próximo 13 de febrero sus undécimas elecciones autonómicas, las primeras convocadas de forma aislada -sin ir acompañadas de locales o europeas- y de forma anticipada tras decidirlo así el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco.
Una ocasión que pone por primera vez a esta comunidad en solitario en el centro del debate político y que permite acercarse a ella para conocer algunas curiosidades.
La comunidad más grande y con más municipios de España
Castilla y León es la comunidad más extensa de España. Ocupa 96.224 kilómetros cuadrados, el 19 % de la superficie española, la sexta parte de toda la Península Ibérica. Es más grande que Portugal, más grande que Irlanda, más grande que Países Bajos y Bélgica juntos, aunque está mucho menos poblada que estos países. En el último padrón tenía 2.383.139 habitantes, la sexta comunidad autónoma en población.
También es la comunidad autónoma con más municipios, un total de 2.248, lo que significa que el 28 % de los municipios de España están en Castilla y León. Burgos es la provincia con más municipios de todo el país, 371.
Eso no significa que sea una comunidad eminentemente rural. Aunque sus principales ciudades no son grandes -la mayor es Valladolid, con 297.775 habitantes, y Soria no llega a 40.000-, el 44 % de la población vive en ciudades de más de 50.000 habitantes.
Valladolid no es la capital de Castilla y León
Valladolid está en el centro de Castilla y León, es la provincia y la capital más poblada, pero no es la capital. Esta comunidad no tiene una capital declarada.
El Estatuto de Autonomíay solo aludía a que una ley posterior fijaría la sede o sedes de las instituciones de autogobierno. Esa ley llegó en 1987, con José María Aznar como presidente, y estableció la sede de las Cortes en el castillo de Fuensaldaña, a la espera de poder contar con una nueva, que se inauguró en 2007.
Es cierto que las instituciones básicas (Junta, Cortes y Presidencia) se encuentran en Valladolid, pero eso no la convierte en la capital autonómica, aunque lo sea de facto. Le queda el consuelo de haber sido capital del imperio de 1601 a 1606, cuando el Duque de Lerma, valido de Felipe III, trasladó la Corte desde Madrid.
El gentilicio de Castilla y León es... una declaración política
¿Los habitantes de Castilla y León son castellanoleoneses o castellanos y leoneses? Ambas formas podrían ser válidas, pero no significan lo mismo. El diccionario de la Real Academia Española recoge la forma castellanoleonés, pero la denominación institucional recogida en el Estatuto de Autonomía desde 2007 es "castellano y leonés", que hace énfasis en el origen de la comunidad autónoma a partir de la "moderna unión de los territorios históricos que componían y dieron nombre a las antiguas coronas de León y Castilla".
Una actualización respecto al Estatuto original de 1983, para el que el gentilicio de la comunidad autónoma era "castellano-leonés". Y una diferencia significativa que hace un guiño al leonesismo político. Así pues, el uso de uno u otro, amparado respectivamente en la corrección lingüística o en la denominación oficial, no carece de significado.
Dos reinos, ningún himno
Castilla y León es una construcción política en la génesis del Estado de las autonomías. Geográficamente tiene sentido como entidad territorial, ya que sus límites coinciden casi completamente con la cuenca hidrográfica del río Duero, que atraviesa la comunidad por la mitad de este a oeste.
Pero políticamente es una conjunción a partir de la historia compartida. Castilla y León se define en su estatuto como una "comunidad histórica y cultural", y surge de la unión política de los territorios históricos de los antiguos reinos de León y Castilla. O dicho de otra manera, de las nueve provincias que existían ya desde la división territorial de 1833: tres de la región de León (León, Zamora y Salamanca) y seis de las que pertenecían a Castilla la Vieja (Palencia, Burgos, Valladolid, Soria, Ávila y Segovia), dejando fuera a Santander y Logroño, que se convertirían en Cantabria y La Rioja.
Este origen e identidad se muestra en su bandera y escudo, pero no en su himno. Castilla y León carece de himno oficial. El Estatuto establecía que el himno y los demás símbolos de comunidad se regularían mediante una ley específica, pero no hay ninguna composición aprobada como himno oficial. Castilla y León es una de las cuatro comunidades -junto con Castilla-La Mancha, Murcia y Baleares- que no tienen himno autonómico.
El Día de Castilla y León celebra una derrota
Castilla y León no decidio celebrar su fiesta regional el 25 de febrero, conmemorando la promulgación de su Estatuto de Autonomía, sino el 23 de abril -también Día del Libro-, en recuerdo de la derrota sufrida por los ejércitos comuneros en Villalar durante la guerra de las Comunidades, en 1521. Celebrar una derrota como festividad propia es algo que Castilla y León comparte con Cataluña.
El Día de Castilla y León, conocido también como Día de los Comuneros, recuerda la fallida rebelión de las milicias comuneras que se levantaron contra el rey Carlos I, nieto de los Reyes Católicos e hijo de Juana la Loca. Recelosos de la corte extranjera que le acompañaba, querían que fuese un castellano el que dirigiese el reino en ausencia del monarca, que los puestos de responsabilidad los ocuparan nacidos en Castilla y que los intereses del pueblo estuviesen por encima de los de un emperador que pedía impuestos a los castellanos para sus contiendas en Europa.
Los líderes comuneros fueron ejecutados y los últimos rescoldos de la rebelión sofocados un año después, pero su derrota se convirtió en símbolo de libertad y en la primera revolución de la Edad Moderna.
Castellanistas y leonesistas: el nacionalismo según Castilla y León
Castilla y León, que "ha contribuido de modo decisivo a la formación de España como Nación" -subraya su Estatuto-, tiene también su propio nacionalismo identitario. Son los castellanistas y los leonesistas, que defienden respectivamente la independencia de los antiguos reinos y se niegan a una amalgama en la que pierdan las características que creen que les distinguen.
Por un lado, hay una corriente castellanista que cuestiona la identificación de lo español y lo castellano, lo que ha generado movimientos regionalistas o nacionalistas, con inspiración en la revolución de los comuneros, y partidos como Tierra Comunera, Izquierda Castellana -de izquierdas- o el efímero Partido Nacionalista de Castilla y León, entre otros.
Por otro, un leonesismo independentista descontento con que León, Zamora y Salamanca se integraran en lo que consideran una comunidad inventada, que dio lugar también a diversos partidos políticos. Entre ellos, el principal y más activo es Unión del Pueblo Leonés (UPL), con representación en las Cortes desde 1995 -cuenta ahora con un procurador-. Los distintos partidos leonesistas, con su propia versión en la comarca de El Bierzo, superaron los 35.000 votos en la provincia, y UPL alcanzó el 10 % del total.
Fuera de la política autonómica estas pretensiones no han tenido mayor eco, salvo a finales de 2019 cuando concejales del PSOE apoyaron en el Ayuntamiento de León una moción de UPL a favor de la autonomía de la "Región Leonesa".
Un vasto patrimonio histórico y cultural
Siendo un territorio tan cargado de historia, el legado cultural y patrimonial de Castilla y León es enorme. Identificada plenamente con la lengua castellana, el patrimonio de la comunidad incluye nueve bienes Patrimonio de la Humanidad. Son la catedral de Burgos, la ciudad vieja de Ávila e iglesias extramuros, la ciudad vieja y el acueducto de Segovia, la ciudad vieja de Salamanca, el camino de Santiago, Las Médulas, el sitio arqueológico de Atapuerca y los sitios de arte rupestre prehistórico del valle del Coa y de Siega Verde.
En su territorio cuenta con 12 catedrales y una concatedral -en Soria, su catedral está en el Burgo de Osma-. En Castilla y León se encuentra en torno al 50 % de todo el patrimonio propiedad de la Iglesia católica en España.
En la actual Castilla y León nacieron la Universidad de Salamanca y la de Valladolid, dos de las más antiguas de Europa. Hoy tiene cuatro universidades públicas y cinco privadas, en las que se forman más de 83.000 estudiantes. Además cuenta con 1.800 bienes de interés cultural clasificados, 112 conjuntos históricos, más de 500 castillos y la mayor concentración de arte románico en Europa.
Sobre estas elecciones: no se eligen diputados, sino procuradores
El Ejecutivo de Castilla y León no se llama gobierno, sino Junta. Su cámara legislativa no es el Parlamento, sino las Cortes, y los representantes que se eligen no son diputados, sino procuradores, la denominación que tenían los representantes del pueblo en las Cortes de Castilla desde la Edad Media. En estas elecciones se van a elegir 81. Hasta 2015 se elegían 84, pero la pérdida de población ha menguado el tamaño de la cámara.
Por provincias, las que reparten más parlamentarios son Valladolid (15), León (13), Burgos (11) y Salamanca (10), seguidas de Ávila, Palencia y Zamora (7 cada una), Segovia (6) y Soria (5).
Para conseguir representación en las Cortes, en cada una de las circunscripciones los partidos tienen que llegar al menos al umbral del 3 % de los votos válidos. Después entra en funcionamiento la fórmula de la conocida ley D'Hondt para la asignación de escaños.
Casi 2,1 millones de electores están llamados a las urnas. Exactamente, 2.094.490 ciudadanos mayores de 18 años, un 1 % menos que en 2019, es decir, 20.315 potenciales votantes menos. De ellos, 1.934.411 son residentes en España y 160.079 en el extranjero. Hay 51.755 jóvenes que podrán ejercer este derecho por primera vez.
Los candidatos, todos hombres y solo uno es novedad
De los partidos con representación en las Cortes, en las próximas elecciones repiten seis de los siete últimos cabezas de lista. Con la incorporación del nuevo candidato de Vox, Juan García-Gallardo, la edad media es de 48,7 años:
- Luis Tudanca (PSOE): 43 años
- Alfonso Fernández Mañueco (PP): 56 años
- Francisco Igea (Cs): 57 años
- Pablo Fernández (Unidas Podemos): 45 años
- Luis Mariano Santos (UPL): 53 años
- Pedro Pascual (Por Ávila): 57 años
- Juan García-Gallardo (Vox): 30 años
Faltan mujeres en la política de Castilla y León
En las Cortes elegidas en 2019 había 35 procuradoras entre los 81 electos. Es decir, el 43 % de los actuales representantes de los castellanoleoneses. De ellas, 17 son del PSOE, 12 del PP, cinco de Ciudadanos y una de Unidas Podemos, algo en lo que ha tenido una influencia fundamental que tanto socialistas como 'morados' presenten listas paritarias a las elecciones.
Aunque aún no se ha conseguido la deseable igualdad, es una proporción mucho mejor que la de la primera legislatura, en 1983, cuando solo hubo dos procuradoras entre los 84 de las primeras Cortes de Castilla y León. Se llamaban María del Rosario Peñalva (electa en Valladolid) y Concepción Puente (León), ambas del PSOE.
Lo que no se ha visto nunca tras diez legislaturas es a una mujer como líder de una de las formaciones representadas. Está por ver si en la undécima se alcanzaría ese hito si se produce la entrada de procuradores de las candidaturas de España Vaciada.
Feudo político del PP desde hace 35 años
Así que es inevitable que de nuevo un hombre sea presidente de Castilla y León. Hasta ahora, ha habido siete presidentes en la Junta de Castilla y León en unos comicios que casi siempre ha ganado el PP. Solo en la primera legislatura y en la última hubo victorias del PSOE en las urnas, pero únicamente en la de 1983 les sirvió para gobernar, en la persona de Demetrio Madrid. Su vicepresidente, Constantino Nadal, le sucedió durante unos meses tras su dimisión en 1986 por una denuncia por presunta venta fraudulenta de la que fue absuelto.
Desde 1987, Castilla y León es gobernada por el PP y casi siempre sin depender de nadie. Su primer presidente fue José María Aznar, en el período en que Alianza Popular se transformó en el actual Partido Popular. A mitad de legislatura, en 1989, abandonó la Junta de Castilla y León para convertirse en candidato del recién fundado PP a la Presidencia del Gobierno, lo que finalmente consiguió en 1996.
El 'popular' Juan Vicente Herrera gobernó Castilla y León a lo largo de 17 de los últimos 38 años. Ganó cuatro elecciones, las tres primeras con mayoría absoluta. En 2015 obtuvo justo la mitad de escaños y terminó con él una racha de mayorías incontestables del PP que había empezado en 1991. Tras las elecciones de 2019, Alfonso Fernández Mañueco formó el primer gobierno de coalición en Castilla y León, con Ciudadanos. Al decidir romper con sus socios, ha provocado el adelanto electoral.