La hostelería se levanta contra el gobierno de Navarra
- Los hosteleros inician una campaña de protestas por la situación económica que sufren
- Aseguran que es el sector más perjudicado por las actuales restricciones contra el COVID
Si usted visita un bar o restaurante de Pamplona, o simplemente se limita a pasear por las calles de la capital, es muy posible que escuche la canción "matándome suavemente", que hizo famosa Roberta Flack.
“Nosotros vamos a ayudar, pero nosotros también necesitamos ayudas porque si no matan nuestro negocio“
Es el lema que ha elegido ANAPEH, la Asociación Navarra de pequeñas empresas de hostelería, para llamar la atención de las instituciones forales, y hacerles llegar sus peticiones de ayuda a un sector que, afirman, esta seriamente tocado por las restricciones de horarios y aforos que sufren por la pandemia de COVID.
La canción viaja por todos los puntos de la ciudad para que nadie pueda ser ajeno a su mensaje y a su llamamientos desesperado.. Casi 20.000 personas viven de la hostelería en la Comunidad Foral.
“Hemos estado cerrados y hemos aguantado restricciones“
Aseguran que son los más perjudicados en estos dos años de pandemia, porque a la hora de establecer restricciones han sido los primeros afectados. Acusan al gobierno directamente y le recuerdan que sus actuaciones están teniendo consecuencias muy graves en muchos negocios.
“Hay gente que está buscando otro trabajo para salirse de la hostelería“
Algunos establecimientos cerraron con el confinamiento y ya no han vuelto a abrir sus puertas.Ahora nos aseguran que estas restricciones hacen inviable su futuro, sobre todo el de los locales más pequeños y el de aquellos que no pueden contar con terrazas en el exterior. Dependen de la barra y ahora no se puede consumir en barra, con lo que sus ingresos han caído en picado.
Por eso reclaman ayudas económicas, porque la situación no va a cambiar de momento, ya que las actuales restricciones se mantienen en principio hasta el 14 de febrero
Una montaña rusa
El sector de la hostelería de Navarra, y el de Pamplona en particular, ha sufrido enormes pérdias económicas al dejar de celebrarse actos que les permitía salvar la temporada. Llevamos dos años sin celebrar los sanfermines y casi todas las fiestas de los pueblos. Las navidades tampoco son lo que fueron.El año pasado, después de otra temporada complicada, parecía que Semana Santa podía suponer un alivio en sus cuentas, pero de nuevo las restricciones dieron al traste con sus esperanzas.