China aprovecha los Juegos Olímpicos para reafirmarse pese al bloqueo diplomático
- La ausencia de representantes políticos de EE.UU. y otros países surtirá poco efecto, según los analistas
- Moscú y Pekín utilizan la cita olímpica para mostrar su creciente sintonía
China inaugura este viernes los Juegos Olímpicos de Invierno, la segunda cita olímpica que organiza en su historia después de los Juegos de Verano de 2008. Los juegos estarán deslucidos por la pandemia, que obliga a estrictas medidas de seguridad, y, en menor medida, por un bloqueo diplomático de Estados Unidos y sus aliados más cercanos, que no han enviado delegaciones gubernamentales.
Pero aun así serán una oportunidad para que Pekín muestre al mundo y a su población su fortaleza en medio de la COVID-19, y también para simbolizar su cercanía con Rusia en un momento en que este país afronta una crisis en su flanco occidental por Ucrania.
China intenta mejorar su imagen en medio de la pandemia
Prácticamente aislada del exterior desde 2020 por la pandemia, China ha abierto sus fronteras tímidamente para los Juegos, que se celebrarán bajo estrictas medidas de seguridad sanitaria. Días antes del inicio se hicieron cribados masivos a la población, y los atletas y trabajadores venidos del extranjero permanecerán aislados en una burbuja. Los espectadores han sido previamente seleccionados y deberán someterse a tests antes, durante y después de los juegos.
Pese a las limitaciones, Rafael Bueno, director del departamento de Política y Sociedad de Casa Asia, considera, en declaraciones a RTVE.es, que Pekín quiere aprovechar la oportunidad para "demostrar cómo pueden, en medio de una pandemia, celebrar unos Juegos Olímpicos, y lo bien que lo ha hecho China".
Bueno recuerda el antecedente de los Juegos Olímpicos de verano de 2008, que pusieron al gigante asiático en el mapa como una gran potencia moderna. Estos nuevos juegos son "una reafirmación", añade.
Por su parte, Mario Esteban, investigador del Real Instituto Elcano (RIE), subraya que los Juegos Olímpicos de Invierno tienen menos proyección internacional que los de verano, y que tanto los países de mayor tradición en este tipo de deportes como los que copan el medallero son socios o aliados de EE.UU. Lo más importante para las autoridades chinas es la dimensión interna.
"En el ámbito doméstico, se usa como muestra del prestigio internacional del país y de las autoridades. Acoger grandes actos internacionales es una forma de decir a la población que China es admirada y reconocida internacionalmente", explica a RTVE.es.
Boicot diplomático de EE.UU.
A China se le ha complicado un poco su campaña de imagen. Estados Unidos, Australia, Canadá, Reino Unido y Japón, entre otros países, han puesto en marcha un boicot diplomático de los Juegos: no enviarán delegaciones gubernamentales, aunque sus atletas sí participan, por lo que no afectará a la competición. Alemania ha anunciado que no viajarán sus ministras de Exteriores y Deportes.
El motivo alegado es el tratamiento que China da a los musulmanes uigures de la región de Xinjiang. Después de varios atentados cometidos por uigures (incluyendo uno en la plaza de Tiananmen en octubre de 2013, con cinco muertos), China ha encerrado a alrededor de un millón de personas en campos que las autoridades califican de "centros de formación provisional" para combatir el extremismo religioso.
Pekín niega cualquier violación de los derechos humanos, condena el boicot y acusa a Estados Unidos de inmiscuirse en sus asuntos internos.
"Este bloqueo político es endeble y se ha quedado sin efecto desde el momento en que hay grandes potencias que van a asistir", afirma Rafael Bueno, que cita la presencia de Rusia.
Putin aprovecha la oportunidad de mostrar su alianza con China
Y es que el presidente ruso, Vladímir Putin, será uno de los mandatarios que asista a la inauguración. Putin anunció que se reuniría con su homólogo chino, Xi Jinping para discutir, entre otros asuntos, de la seguridad en Europa y de la crisis de Ucrania, en la que China ha apoyado las demandas de garantías de seguridad de Rusia.
Rafael Bueno señala la importancia de la reunión. "Lo de Ucrania es un capítulo más, no es ajeno a la reordenación mundial que se está produciendo. Para Putin, tener a China como gran socio y aliado y como respuesta a EE.UU. y Europa es fundamental".
"Van a escenificar una relación muy estrecha y una relación reforzada en contraposición al modelo que pretende EE.UU. , basado en las reglas de Occidente y en el modelo que pervivió durante el siglo XX. Vamos a ver una Rusia y China cada vez más próximas, a pesar de que históricamente han tenido grandes diferencias su relación no siempre ha sido amable", señala el experto de Casa Asia.
"Claramente, Putin intenta darle un valor político a la visita", explica Mario Esteban. "Ambos se han encontrado de manera regular en multitud de ocasiones. Durante la pandemia se han visto de manera telemática y esta es la primera vez que se van a ver cara a cara. Simbólicamente es importante.
"En un momento de tensión de Rusia y China frente a EEUU y sus aliados - continúa Esteban - la relación bilateral Pekín-Moscú ha alcanzado hitos importantes en los últimos meses: la renovación el Tratado de Buena Vecindad; la hoja de ruta para la cooperación militar 2021-2025; la estación lunar de investigación... El comercio bilateral ha batido récords en 2021".
"Son vasos comunicantes: mientras la relación de Rusia y China con el bloque occidental se hace más difícil, mejora entre ellos en ámbitos estratégicos. La visita de Putin va a poner cara a todo esto", insiste el investigador del RIE.
El presidente ruso, sin embargo, no podrá ver desfilar a sus atletas bajo la bandera nacional. En 2019, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) excluyó a Rusia de las grandes competiciones internacionales durante cuatro años por los casos de dopaje. Los atletas rusos que hayan demostrado estar limpios compiten representando a sus federaciones, no al país.