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Afganistán

Una sola bomba mató a 13 soldados estadounidenses el pasado 26 de agosto en Kabul

  • En el atentado contra el aeropuerto de la capital de Afganistán también perdieron la vida 170 civiles
  • El Pentágono informó inicialmente que había habido un ataque armado posterior

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Imagen de archivo del 27 de agosto de 2021 de varios soldados estadounidenses sujetando el féretro de un compañero fallecido en un atentado en el aeropuerto de Kabul, Afganistán.
Imagen de archivo del 27 de agosto de 2021 de varios soldados estadounidenses sujetando el féretro de un compañero fallecido en un atentado en el aeropuerto de Kabul, Afganistán.

Una investigación de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos ha concluido que una sola bomba mató a 13 soldados estadounidenses y a 170 civiles el pasado 26 de agosto en un atentado contra el aeropuerto de Kabul (Afganistán), y que no hubo ningún ataque armado posterior como el Pentágono había informado originalmente.

El jefe del Comando Central de EE.UU. (CENTCOM), el general Kenneth McKenzie, ha dicho este viernes en una rueda de prensa en el Pentágono, donde ha intervenido virtualmente, que las pesquisas han hallado que la detonación de un solo artefacto explosivo en una de las puertas del aeropuerto causó todas esas víctimas, debido a que contenía bolas de metal.

El atentado, que fue reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), se produjo durante la evacuación de tropas y ciudadanos estadounidenses, así como de sus aliados afganos, de Afganistán tras la toma de Kabul por parte de los talibanes.

McKenzie ha señalado que el hecho de que la carga explosiva contuviera bolas de metal hizo que los soldados de EE.UU. perdieran la vida pese a que llevaban cascos y protección corporal.

Se ha interrogado a más de un centenar de testigos

"La investigación no encontró ninguna prueba definitiva de que alguien recibiera el impacto o muriera por fuego de armas nuestras o de los afganos", ha dicho McKenzie.

Durante las pesquisas los investigadores castrenses han interrogado a más de un centenar de testigos, entre los que figuran los militares que estaban apostados en torres de vigilancia en el aeropuerto, entre los que hay estadounidenses y británicos.

El jefe del Comando Central de EE.UU., el general Kenneth McKenzie.

McKenzie ha indicado que en principio se pensó que hubo un intercambio de fuego debido a que las bolas de metal que contenía la bomba causaron heridas que parecían disparos.

En ese sentido, el investigador jefe, el general de brigada Lance Curtis, ha remarcado en la misma comparecencia ante los medios que "esto no fue un ataque complejo, fue un único estallido y no hubo ningún ataque después".