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Igualdad

Aisse Cisse y la lucha contra la mutilación genital femenina

  • Nació en Mali hace 35 años y fue víctima de mutilación genital
  • Hoy es mediadora de Médicos del Mundo en Castilla-La Mancha

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Aisse Cisse fue víctima de mutilación genital
Aisse Cisse fue víctima de mutilación genital

Se estima que 200 millones de mujeres han sido víctimas en todo el mundo.

Se vincula a creencias culturales y existe una gran presión social para que las familias mantengan la costumbre

En más de 30 países, sobre todo del África Subsahariana, es una costumbre vigente. Unas 14.000 menores, afincadas en España, visitan a sus familias y podrían sufrirla. “Se vincula a creencias culturales y existe una gran presión social sobre las familias por eso, su erradicación es lenta” nos lo cuenta Aisse Cisse, mediadora del programa de Médicos del Mundo para su prevención en C-LM.

Trabaja en colegios de Albacete y Recas, en Toledo, donde más del 20% de sus alumnas proceden de países donde la mutilación genital femenina se practica.

Informar y Sensibilizar sobre las consecuencias

El momento más peligroso para las niñas es cuando van a viajar a sus países. Se averigua a través de los profesores. Es entonces cuando Aisse, dentro de un abordaje integral, se reúne con los padres. Les habla en su lengua, sabe lo que supone en su cultura donde se vincula a ser mejor musulmana, mejor madre…Idoia Ugarte, del grupo estatal de Médicos del Mundo contra la mutilación genital femenina, insiste, se les habla “desde el respeto, sin culpabilizar”.

Se les habla desde el respeto, sin culpabilizar

La percepción de Aisse es que “cuando se les hace ver que nada dice el Corán sobre esta práctica, que millones de mujeres tienen hijos sanos en el mundo sin haber sido mutiladas, cuando se les habla de los probables daños a la salud que les supondrá, apartan a sus hijas”.

El compromiso preventivo

En el encuentro, los padres deben firmar un compromiso preventivo de que no practicarán a sus hijas la mutilación genital femenina. Para demostrarlo, al volver de su viaje la niña irá a un centro de salud donde se comprobará. Se firman dos copias. Una se la queda la familia. Para ellas, explica Idoia, es “una salvaguardia”. Les empodera frente a sus comunidades para no tener que hacerlo.

El compromiso preventivo empodera a las familias. Les da una justificación para no mantener la práctica

En el colegio Recas, desde el 2018 cuando arrancó el programa de mediación, 22 niñas han sido “salvadas” tras las reuniones celebradas con los padres. Gonzalo Ballesteros es el director del centro. A él le toca, como institución, informar de las acciones legales a las que se enfrentarían en España, si una niña vuelve mutilada. Aquí es un delito de lesiones castigado con pena de prisión de 6 a 12 años y perdida de la patria potestad.

“Que a 22 niñas en Recas las hayamos podido salvar alegra mucho, confiesa Aisse, pero lo que buscamos es que ellos también sean agentes de cambio. Que les expliquen a sus familias de origen que no deben continuar esta tradición”. A ella, su trabajo, también, le ha generado problemas. “Hay quien piensa que te has venido a Europa y reniegas de tu país, de tu cultura, pero hay gente que es así”. “A veces llegamos tarde, niñas a las que se les ha practicado antes de la edad escolar”. Es su historia. Apenas lo recuerda porque era muy pequeña.

Las Ongs alertan de que incluso ha empezado a realizarse a recién nacidas. Avisos que demuestran el trabajo que queda por delante. UNICEF estima que 30 millones de niñas podrían ser víctimas en las próxima década.