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La cooperante española Juana Ruiz queda en libertad tras diez meses detenida en Israel

  • Ruiz ha agradecido la colaboración del gobierno español y ya se ha reunido con su familia en Cisjordania
  • Su excarcelación ha sido posible al no haber recurso por parte de la Fiscalía tras habérsele concedido la libertad condicional

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Juana Ruiz, la trabajadora humanitaria encarcelada en Israel, sale de prisión y cumple su condena desde casa

La trabajadora humanitaria española Juana Ruiz ha quedado en libertad este lunes tras haberle sido concedida la semana pasada la libertad condicional y no haber sido recurrida por parte de la fiscalía. Las autoridades penitenciarias han trasladado a Ruiz hasta el puesto militar israelí de Yamala, desde donde ha podido acceder a Cisjordania ocupada, donde reside, y donde se ha reunido con su familia y una representación del Consulado General de España en Jerusalén.

El plazo para excarcelar a Ruiz expiraba este martes, una semana después de que el comité penitenciario le concediera la libertad condicional. La Fiscalía ha anunciado su decisión de no apelar la medida, por lo que, tras haber permanecido encarcelada desde abril, la española podrá terminar de cumplir su condena en su domicilio.

Juana Ruiz, de 63 años y residente desde hace décadas en la Cisjordania ocupada, fue condenada en noviembre a 13 meses de prisión y a 14.000 euros de multa "por trabajar y recaudar fondos" en una ONG considerada ilegal por Israel. Su defensa solicitó la libertad condicional en diciembre, cuando Ruiz ya había cumplido ocho de los 13 meses de condena. La Junta de Libertad Provisional del Tribunal de Nazaret la denegó en primera instancia, pero tras la apelación de la defensa se la concedieron la semana pasada.

Ruiz agradece la colaboración del gobierno español

La cooperante ha trasladado al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, su "profundo agradecimiento" por las gestiones realizadas por el gobierno español para su puesta en libertad, así como su deseo de encontrarse en persona con el ministro. Tal y como ha informado el Ministerio de Exteriores en un comunicado, Albares ha podido hablar con Ruiz después de que ella se haya reunido con su familia en Cisjordania y tras ser acompañada por personal diplomático español.

Ruiz se ha mostrado "muy feliz" por la solidaridad que ha despertado su caso en España que, según le han contado sus hijos en estos meses, ha sido fundamental para el proceso. Además, la cooperante ha confesado que ha vivido "momentos muy malos, muy tristes, muy deprimentes", especialmente al principio de su detención, pero asegura que no tiene "ningún rencor ni sentimiento malo". "Seguramente habrá mucho que contar, pero ahora de momento lo único que necesito es un poco de descanso y reponerme moralmente y físicamente y estar de nuevo con mi familia", ha señalado ante la prensa.

Albares había anunciado poco antes que el ministro de relaciones exteriores israelita, Yair Lapid, le había informado de la puesta en libertad de Ruiz. El ministro español se ha mostrado agradecido a Lapid por su llamada y ha dado las gracias "a los servicios del Ministerio de Asuntos Exteriores que han trabajado para prestar asistencia consular a lo largo de estos meses" a la cooperante y a su familia.

La trabajadora humanitaria se reúne con su familia

La trabajadora humanitaria cumplía condena en la prisión de Damon, desde donde ha sido trasladada por las autoridades israelíes a uno de los puestos militares de control que dan acceso a Cisjordania ocupada. Allí se ha reunido con su marido y su hija para volver a su casa en la ciudad palestina de Beit Sahur, cerca de Belén.

La española fue arrestada en su domicilio el pasado 13 de abril por su labor como contable en los Comités de Trabajo para la Salud, una ONG a la que Israel acusa de desviar fondos al Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), considerado grupo terrorista también para la Unión Europea y Estados Unidos.

Un mes después de su arresto, se le imputaron cinco cargos por su trabajo en la ONG palestina, aunque en noviembre aceptó un acuerdo de culpabilidad por el que los cargos se redujeron a dos, por haber "trabajado y recaudado dinero" para los Comités, con lo que quedó exenta de los cargos por desvío de fondos a una organización ilegal que Israel le imputó en un primer momento y que ella siempre negó.

El caso de Ruiz ha suscitado la atención internacional por tratarse de un proceso militar, al residir ella en los territorios palestinos ocupados, y ante las alegaciones de financiación de terrorismo por parte de ONG que reciben fondos europeos y que Israel asegura que son "brazo civil" del FPLP.