Radiografía de los salarios en España, en el Telediario
- En España, el salario medio mensual es de 2.038 euros brutos, según las cifras que recoge el INE del año 2020
- El Ministerio de Trabajo ha iniciado una nueva negociación con sindicatos y patronales para acordar la subida del SMI
El Ministerio de Trabajo ha iniciado este lunes una nueva negociación con sindicatos y patronales para intentar acordar la subida que debe experimentar en 2022 el salario mínimo interprofesional (SMI). El Gobierno ha propuesto subirlo a 1.000 euros mensuales en catorce pagas, en línea con lo que piden los sindicatos, pero los empresarios lo rechazan.
Para calcular el salario mínimo se toma como referencia el salario medio. El Telediario de TVE ha querido profundizar a través de un nuevo bloque especial en cuál es ese salario medio en nuestro país, cómo se adapta a los niveles de vida de diferentes ciudades y cuáles son las propuestas de los expertos ante un escenario de inflación.
En España, el salario medio mensual es de 2.038 euros brutos, según las cifras que recoge el INE del año 2020. Sin embargo, la última encuesta de estructura salarial desvela que el sueldo más frecuente rebaja esta cifra hasta los 1.320 euros, 700 menos.
Además, de acuerdo a esta encuesta, los salarios más elevados están en las actividades financieras y de seguros, mientras que la rama con menor remuneración es la hostelería. También destaca que las mujeres cobran menos que los hombres. Esto se debería, entre otros motivos, a que ellas trabajan en sectores menos remunerados y tienen más trabajos a tiempo parcial.
Vivir con el salario medio
José y Roberto tienen perfiles profesionales y salarios similares. Ambos cobran un sueldo bruto que ronda los 1.700-1.900 euros, pero viven en lugares muy diferentes.
En Villarrubio (Cuenca), localidad de algo más de 200 habitantes, José trabaja de técnico de mantenimiento en una fábrica de equipamiento de baño. De Madrid se vino a esta empresa como empleado fijo, algo importante para poder comprarse una casa en el pueblo vecino, donde reside con su familia. "El gasto más fuerte que tengo de mi salario es la hipoteca, que son 313 euros. Entre hipoteca y comida, se puede ir fácil de mi sueldo un 40 %", asegura.
Esos dos gastos suponen un mayor mordisco al sueldo como oficial de primera en una compañía de telecomunicaciones de Roberto en Barcelona, especialmente la compra con la subida constante de los precios. Vive en un piso de unos 80 metros cuadrados con su mujer, en paro, y su hijo de 24 años. Con los gastos de luz, agua o gas, la pensión de su suegra es, muchas veces, el único recurso con el que cuentan.
¿En qué países se pagan los salarios más altos?
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Estados Unidos es el país donde se pagan los salarios más elevados: 60.600 euros. Frente a esta cifras, México destaca por tener el salario medio más bajo y no llega a los 14.200 euros. Si miramos a Europa, de entre las grandes economías sobresale Alemania, que se sitúa por encima de la media de la OCDE, mientras que España se sitúa en el puesto 23 de 35 con un salario de algo más de 33.000 euros, una cifra muy similar a la de Italia.
Cristina Villalibre es una de los muchos ingenieros españoles que emigraron a Alemania en busca de trabajo. "Empecé en una empresa pequeña, con condiciones peores que quizás un alemán no aceptaría, pero acepté para entrar en el mercado laboral", cuenta en el Telediario. Varios años después, logró acceder a un puesto en una multinacional, subiendo los escalones donde las diferencias con sus compañeros alemanes ya habían desaparecido.
"Las empresas alemanas se han dado cuenta de que los ingenieros españoles son una generación muy bien preparada", cuenta Ruth Vijande, también ingeniera y con una empresa de consulting dedicada a la caza de talentos en el área técnica. Asegura que entre los españoles hay una alta satisfacción y que más de la mitad de ellos aún no han decidido cuándo van a volver, "lo que indica flexibilidad".
La malagueña Randa Gueniari se fue a vivir a Londres hace 10 años. Llegó a la capital británica ella sola con sus dos hijas y sin hablar inglés, pero encontró un empleo la primera semana. El mismo tiempo que tardó Beatriz Vasile, de Castellón, en encontrar trabajo de vendedora por unos 2.300 euros limpios al mes. Ambas ganan lo mismo, aunque como madre soltera, Randa cuenta con ayudas sociales: "Si trabajas jornada completa, te pagan entre un 50 y un 25 %. Si trabajas media jornada, un 80 %. Si no trabajas, el 100 %".
Ahora con el Brexit, el Reino Unido ha cerrado la puerta a los trabajadores europeos que quieran optar a un empleo no cualificado. Randa y Beatriz tienen menos competencia y han notado algunos cambios, como una mejoría en ciertas condiciones o más flexibilidad. "Tengo amigos que lo han notado más. Cambian de trabajo porque les van a pagar más, pero yo no lo he notado tanto", asegura Beatriz.
Por otro lado, aunque en EE. UU. encontramos los salarios más altos, desde hace meses se está produciendo lo que se conoce como 'La gran renuncia'. Muchos trabajadores abandonan sus puestos de trabajo porque quieren renegociar sus condiciones o porque están mal pagados, entre otros motivos.
"Buscan más satisfacción personal, quieren más tiempo, más flexibilidad. Es gente que siente que avanza en sus carreras, pero no lo hace económicamente", explica Patricia Campos, experta en el mercado laboral estadounidense. Ya se estudia como el mayor cambio en el mercado laboral de este país en casi un siglo.
Los salarios y la inflación suben de manera desigual
Frente a lo que ganan los trabajadores aparece otro punto clave: el gasto. El aumento de los precios de la energía ha disparado la inflación. Ejemplo de ello es el mes de enero, en el que el Índice de Productos de Consumo (IPC) subió un 6 %.
Los sindicatos denuncian que los salarios no están subiendo al mismo ritmo, ya que en 2021 solo subieron de media la mitad que los precios. Por eso han pedido ya a los empresarios que negocien un acuerdo a nivel nacional que contemple subidas en los próximos dos o tres años. "Tenemos que garantizar que no pierden poder de compra", defiende el secretario general de CC.OO., Unai Sordo. Y añade: "Si los sueldos en España hubieran crecido ligados a la productividad, hubieran tenido mayor poder adquisitivo en los últimos años".
Las patronales, por su parte, creen que es momento de aguantar sin subirlos. Argumentan que hacerlo aumentaría el coste de las empresas, algo que repercutiría en los propios precios, con el consiguiente peligro de una espiral inflacionista. "Esta inflación está castigando a los trabajadores y también castiga a la empresa. Yo creo que es el momento de que empresa y trabajadores nos ajustemos el cinturón", dice el presidente de CEPYME, Gerardo Cuerva.
La productividad, la asignatura pendiente
La patronal y los sindicatos coinciden en abogar por vincular el alza de los salarios a la productividad. Sin embargo, es uno de los talones de Aquiles de la economía sobre el que expertos y organismos internacionales llevan años advirtiendo.
Aunque existen diversos factores, como la temporalidad o la estructura del tejido productivo, todos los organismos internacionales coinciden en poner el foco en la falta de inversión, sobre todo en tres áreas fundamentales para la productividad: I+D, el desarrollo tecnológico y la formación de los propios trabajadores.
Esto provoca que la evolución de la productividad total de España haya empeorado si tomamos como referencia los niveles del año 2000. No es una excepción, puesto que también ha habido un declive en la zona euro, pero nuestro país vuelve a empeorar la media de la eurozona y se mantiene lejos de otros como Alemania.